𝐂𝐎𝐁𝐑𝐀 𝐊𝐀𝐈 , Johnny Lawrence.

O1O. Boston

Capítulo Diez. Boston

Boston, Nueva York, Enero de 1987

— Al fin...— Jimmy se lanzó sobre las bolsas junto a su amiga. — Ok, tuvimos contratiempos...— exclamó mirando cómo dormían en el sillón que instalaron en la oficina.— El tuyo de querer ir a Mexico al ver el mundial de fútbol, pero logramos abrir nuestro negocio.

— Bien que gritaste cuando ganó argentina.

— Oye, no pude evitarlo, fue tu culpa por enseñarme quien era Diego Maradona, ¿Ok?

— Aunque quedan meses para la apertura, ¿Que piensa hacer? — preguntó Maggie observando a su amigo.

— Bueno, me gustaría ir a visitar a mis padres uno tiempo. Los extraño.

— Iras a All Valley, iré contigo.— Jimmy elevó una ceja observándola, ciertamente Maggie ya no tenía nada allí que la haga volver.— No me mires así.

— Iras por Johnny, le dije a Bobby que no era buena idea contarte que él está viviendo Reseda.

— Por favor, Jimmy... sabes que no lo necesito, y el a mi... somos mejores cuando estamos juntos.

— Si eso no puedo discutirlo.

Soltó un suspiro grande, estuvo apunto de irse cuando recordó que Johnny siempre estaba en la playa, bebiendo o dormido, así que tomó sus cosas y manejó hasta la plata de All Valley. Camino un rato por el lugar, una tormenta se acercaba así que tenía poco tiempo para encontrarlo.

Soltó una sonrisa al encontrar una cabellera dorada solitaria en el horizonte.— Wow, si que te creció el cabello.— el chico volteó a verla.

Le costó un poco reconocerla, pero al ver a su chica frente a él no pudo evitar sonreír.— ¿Maggie como estar... qué haces aquí?

— Veni a buscarte...— susurro, Johnny se puso de pie y camino hacia ella.— Me fui de una manera mala, debí enfrentarte yo... no tuve el valor.

— No hagas eso...— la interrumpió.— Fue mi culpa solamente.

—Bobby me dijo que vives en Reseda.

— Si...— rascó su nuca.— Gran cambió, de una mansión a una pocilga.

— Yo vino con Jimmy, un niño y un mono perro en un departamento.— ambos rieron levemente, el rubio pasó sus mano por el pelo de Maggie.— Te cortaste el cabello, me gusta, corto se ve bonito.

— Si, un gran cambio.— río. Johnny no pudo evitarlo y la besó, a lo que ella no se quedó atrás y después de tanto disfrutó de aquel beso.— No creo que esté bien esto.

— Nos vamos a volver a lastimar.— exclamó entre besos.— Pero no me importa.

— A mi tampoco.