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Minho rápidamente reaccionó al ver a Hyunjin pálido y con los labios azules, su piel estaba helada.

El mayor cargo al pelinegro en sus brazos, corrió tan veloz como pudo, hasta el se sorprendió de la fuerza y rapidez con la llegó a su auto.

Subió a Hyunjin en los asientos traseros y se dirigió al hospital acelerando cada vez más, preocupándose menos por chocar y pensando más en el menor que estaba tosiendo descontroladamente.

Minho saltó los altos y rebasó tantos autos como pudo, llegó al hospital en dos minutos, pero para él se había sentido como una eternidad. El castaño estacionó al auto mal, pero poco le importó, bajo de este y cargó a Hyunjin en sus brazos para ingresarlo a urgencias.

—!AYUDA POR FAVOR!—Una enfermera llegó rápidamente y subieron al menor en una camilla.

Hyunjin abrió los ojos por la falta de calor del cuerpo contrario.

—Minho no me dejes—La voz del pelinegro era baja pero audible para el mayor.

—No te dejare Jinnie, siempre estaré a tu lado

La camilla comenzó a avanzar y Minho comenzó a seguirla para estar más tiempo con el pelinegro, no quería alejarse de él ni un metro.

—Lo prometes?—Hyunjin extendió un poco su mano hacia el mayor levantando el meñique, tal vez era una manera absurda de hacer una promesa, pero para ambos significaba más.

Minho unió su meñique con el del contrario.

—No te preocupes lindo, no iré a ningún lado

Los paramédicos le informaron al castaño que tenía que alejarse de Hynjin para poder atenderlo.

Minho pudo ver como el cuerpo de su amigo se debilitaba en la camilla, alejándose cada vez más.

Tan pronto como el mayor llegó a la sala de espera marco a los padres del menor para informales la desagradable situación.

Solo bastaron un par de minutos para que los progenitores del pelinegro hicieran acto de presencia en la misma triste sala de espera en la que se encontraba el castaño.

—Qué paso Minho? Qué le sucedió a Hyunjin?—La primera en hablar fue la señora Hwang.

Minho tardo unos segundos en responder al aún estar en estado de shock.

—E-estábamos viendo la nieve y....y nos quedamos dormidos—Una pequeña pero dolorosa lágrima resbaló por su mejilla—Desperté y Hyunjin...

El castaño no pudo seguir hablando, las palabras no querían salir, pero las imágenes de lo sucedido atormentaban su mente.

La señora Hwang comenzó a llorar también, el único que aún mantenía la calma a simple vista era el señor Hwang, aunque  por dentro estaba igual de preocupado.

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Después de una larga hora de espera el doctor les informó que Hyunjin tenía neumonía, desgraciadamente para los pulmones del pelinegro tener neumonía lo volvía todo más complicado.

Minho paro de llorar, pero el dolor se volvía más intenso a cada segundo, no saber que pasaría con su pequeña noche lo tenía al borde del precipicio.

Por el contrario del castaño, la madre del menor no había parado de llorar, las lágrimas recorrían su rostro como un río, el cual se llenaba con su angustia. El señor Hwang nunca se apartó más de lo necesario de ella, él era su único pilar en estos momentos.

El castaño seguía sumido en sus pensamientos, hasta que una voz familiar lo distrajo.

—Quieres un café Minho?—Pregunto el señor Hwang.

Minho no contestó de inmediato, hasta después de unos segundos habló.

—Lo siento señor, no pude cuidar de Hyunjin y ahora todo es mi culpa, nunca debí quedarme dormido, lo siento—El castaño escondió su rostro entre sus manos, tratando de ocultar la culpa latente que sentía en el pecho.

El padre del menor tomó asiento a un lado de él.

—No creo que sea tu culpa Minho, ninguno de los dos sabía lo que pasaría

—Pero yo debía cuidarlo, me prometí protegerlo y ahora por mi culpa el está aquí—Minho en ningún momento miro al señor Hwang, no sabía como lidiaría con la mirada del contrario.

—Escucha Minho, se cuanto quieres a Hyunjin y se perfectamente que no harías nada para dañarlo, lo que sucedió nadie podía preverlo, deja de culparte, ya verás como todo saldrá bien

El castaño no sabía que pensar ante las palabras de señor Hwang, se sentía confundido y abrumado.

—Te traeré un café, si quieres ir a descansar puedes hacerlo

—No, le prometí a Hyunjin que no lo dejaría

SOLO UNA VEZ- hyunho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora