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Al llegar el viernes los padres de Hyunjin y Minho fueron a su cita en el hospital, normalmente sólo asistía el castaño pero hoy decidieron acompañarlos ya que todos estaban nerviosos y ansiosos por los resultados de la compatibilidad de los pulmones.

—Buenas tardes, primero quisiera hablar a solas con Hyunjin—Dijo el doctor.

Los padres del pelinegro y Minho se quedaron en la sala de espera con los nervios a flor de piel.

—Buenas tardes Doc—Hyunjin pasó a su oficina.

—Hyunjin, es hora de hablar seriamente sobre tu tratamiento y sobre lo que quieres hacer, estos últimos meses de tratamiento te noto más agotado de lo normal y cada vez con menos ganas de seguir en terapia. Así que por eso te preguntaré esto ¿realmente quieres esos pulmones? Aún no sé si son compatibles contigo pero antes de hacer las pruebas quiero saber si aún quieres seguir con esto. Se que es muy difícil para ti vivir de terapia en terapia y se que es aún más difícil tomar dos de estas

La mente del menor comenzó a cuestionarse si realmente valía la pena tener esos pulmones nuevos, él ya no quería seguir estando de hospital en hospital, pero sus padres y Minho habían estado haciendo mucho por él como para que les pagara de esa manera.

Y como si el doctor leyera su mente agregó.

—Está decisión solo te corresponde a ti Hyunjin, no pienses en nadie más que en ti— Hyunjin se quedó unos segundos más pensando—La decisión que tomes no tienen porque saberla los demás, puede quedarse entre nosotros dos.

Finalmente y después de un largo rato el pelinegro llegó a una conclusión.

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—Lamentó darles esta noticia, pero los pulmones no son compatibles con Hyunjin

Los padres del pelinegro comenzaron a consolarse entre ellos, el castaño se acercó al menor.

—Estas bien, lindo?

—Si, supongo que no eran para mi—Minho lo abrazo, Hyunjin pensó que por lo menos lo que le quedaba de vida lo iba a pasar con la persona más linda del mundo.

El pelinegro tomó su quimio y al llegar a casa sus padres se soltaron a llorar abrazándolo e inevitablemente él también lloró con ellos.

Los iba a extrañar mucho.

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Era sábado, un día después de la quimio, se encontraba en casa del castaño para despedirse de sus hijos ya que no podría verlos después por su delicado estado de salud.

—Adiós Soonie, adiós Dori y adiós Doongie, su papá Hyunjin los quiere mucho—Les susurro el pelinegro a los gatos mientras los acariciaba.

—Aún podrás verlos despues, cuando te recuperes y salgas del hospital podrás venir a verlos las veces que quieras, es más cuando salgas te mudarás aquí conmigo—Los ojos de castaño comenzaban a llenarse de lagrimas, aunque aún no caían.

—Minho...—El castaño sabía a lo que se refería Hyunjin pero se negaba a pensar que su noche se iría, no quería pensar en que solo era cuestión de meses, tal vez días para que el pelinegro diera su último aliento.

—Solo, no digas nada Hyunjin, vamos a acurrucarnos y ver las estrellas

Subieron al techo, esta vez con la compañía de sus retoños a petición de Hyunjin.

Ese día el menor cantó muchas canciones para el castaño, ese día internamente le dedicó más canciones de las que conocía al mayor.

Minho vio al menor cantar sin apartar ni un segundo su vista de él, quería grabar en su mente cada pequeño detalle de su rostro, cada melodía de su voz y de su risa, cada movimiento que su cuerpo realizaba y cada destello de estrella que sus ojos reflejaban.

Lo recordaría todo, así pasarán 10, 20 o 30 años el recordaría a su noche.

Tal vez al pasar los años los recuerdos se hicieran borrosos o confusos, pero nunca lo olvidaría a él, a Hwang Hyunjin lo tenía tatuado en la mente y en su corazón.

—Jinne?

—Que pasó Honnie?

—Puedo besarte?

Hyunjin asintió levemente con una sonrisa en el rostro.

El castaño se acercó lentamente a los labios del contrario y los unió con los suyos.

El beso no fue largo, ni intenso, pero si se transmitieron el amor que emanaban por el otro, dejaron salir en ese beso todo el cariño que se tenían.

Al separarse se miraron a los ojos un largo tiempo, esa noche no hubo lágrimas solo tristeza, pero fue opacada  por el amor de dos almas que llenaban toda la atmósfera de dulces caricias y besos cortos pero significativos.

SOLO UNA VEZ- hyunho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora