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Minho cumplió su promesa y no se alejó del hospital más que para ir a alimentar a sus pequeños retoños.

Ya era el día siguiente y aún no tenían noticias del pelinegro, Minho se mantenía positivo ante la situación, no quería pensar en que pasaría si todo salía mal. Se negaba a imaginar un mundo sin su noche.

Los padres del menor tampoco se habían apartado del hospital, la señora Hwang ya no lloraba pero en su cara se podía notar el dolor.

El castaño por quinta vez en el día preguntó a una enfermera sobre el estado de Hwang Hyunjin, esta contestó que aún no tenían noticias del doctor. Minho sentía su corazón desvanecer otro poco a falta del pelinegro.

Cuando estaba por sentarse en la sala de espera apareció el doctor.

—Como está Hyunjin? Esta bien?—Pregunto inmediatamente el castaño.

Los progenitores del pelinegro se acercaron para escuchar las nuevas noticias sobre la salud de su hijo.

—El joven Hwang se encuentra fuera de peligro, solo estamos esperando a que despierte para que puedan pasar a verlo

El castaño pudo sentir como las estrellas en su interior brillaban nuevamente.

Todo el ambiente se aligeró al saber que el pelinegro estaba bien y que en unas horas podían verlo de nuevo.

Minho repaso mentalmente su disculpa para decírsela al menor tan pronto lo viera.

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Solo bastaron dos horas de espera para que el pelinegro despertara, que comparado con la espera de la noche esta había pasado como dos segundos.

Los primeros en entrar a verlo fueron sus padres, el castaño aguardó pacientemente su turno.

Cuado fue su momento de pasar a ver al pelinegro quería correr por los pasillos hasta llegar cerca de su noche estrellada.

—Hola, puedo pasar?—Minho tocó la puerta, quería abrazar al menor lo más pronto posible, pero no quería que su desesperación se hiciera notar.

—Si, pasa—La voz de Hyunjin era débil pero audible.

—Siento haberte causado esto—Tan pronto Minho estuvo a un lado del pelinegro tomó su mano.

—Minho, no fue tu culpa, está bien, yo estoy bien—Hyunjin se veía tan demacrado acostado en esa cama fea de hospital y se veía aún más delgado de lo normal.

Minho no pudo resistir más y se abalanzó a los brazos de Hyunjin con cuidado de no lastimarlo.

—Wow, ese abrazo por qué fue?—El pelinegro correspondió el abrazo, él también había extrañado al mayor.

Minho no contestó, hubo un silencio que llenó la habitación, pero no fue incómodo. Ambos sabían que las palabras a veces eran inservibles.

—Te compre algo—Hablo por fin Minho.

El castaño salió de la habitación y regresó con un peluche de un Hurón.

—Gracias, es lindo—El menor tomó su regalo y lo puso en su regazo.

Minho tomó asiento en la cama a un lado del contrario.

—Me recordó a ti, porque tiene una mancha debajo del ojo y se parece a tu lunar—El castaño tocó el lunar de Hyunjin.

—Eres muy cursi—Hyunjin volteo por otro lado tratando de ocultar su sonrojo.

Gracias a dios el pelinegro fue salvado por sus padres que entraron a la habitación.

—Minho, te podrías quedar cuidando un rato a Hyunjin? queremos ir a cambiarnos a la casa—Pregunto la señora Hwang

—Claro que si señora no se preocupe

—Adiós mi vida, en un rato regresamos—La señora Hwang se acercó a su hijo y le dio un beso en la frente.

—Adiós hijo—El señor Hwang también se acercó al pelinegro y se despidió con un abrazo—Si Minho no te cuida bien me dices— Hyunjin río ante las palabras de su padre, ya que él sabía que su progenitor adoraba al castaño pero se negaba a aceptarlo.

—Si papá, yo te digo—asintió su padre—Ya ves Minho trátame bien

Los padres del pelinegro se fueron.

—Yo siempre te trato bien—Declaró el castaño.

—Y la vez que arrancaste el auto y yo aún no subía? Y la vez que me olvidaste en aquella tienda?

—Bueno bueno, pero tú tampoco eres un santo Hyunjin, ya se te olvidó la vez que me golpeaste con el plato de Soonie por "accidente"

—Ya te dije que me asustaste y no fue a propósito, aparte estoy enfermo, no tienes que reclamarme por cosas, solo tienes que cuidar de mi—Hyunjin tosió falsamente e invito al castaño a que se acostara con él en la cama.

Las camas de hospitales son muy pequeñas por lo cual ambos estaban algo apretados pero no importaba mientras estuvieran juntos.

Minho se sintió mejor al saber que tenía a su estrella ahí, a un lado de él abrazándolo.

SOLO UNA VEZ- hyunho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora