Capítulo 9. Buena compañía

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DESMOND

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DESMOND

—¿Qué hacemos aquí Desmond?— Eric va detrás de mí, subo la siguiente rama del gigante roble, unas hojas caen al suelo —. El bosque no me gusta, nos van a regañar por escaparnos.

—Que miedoso eres, se supone que tu magia te protege ¿no es así?—al llegar a la siguiente rama me detengo y le extiendo mi mano a Eric, es más alto que yo, pero muy asustadizo, escalar árboles no es su fuerte —. Vamos, puedes hacer magia y subirnos más alto y...

No quiero usar mi magia aquí Desmond, es peligroso, siempre me haces romper las reglas no sé por qué aún sigo tras de ti en todo.

Porque eres buen amigo y aprecio eso, además mi cumpleaños  lo quiero celebrar diferente, me canse de las grandes fiestas y bailes, Luca distraerá a mis padres por mí.

—Es verdad, casi se me olvida que traigo tu regalo aquí.— Eric busca algo en su bolsillo, pero su otra mano se resbala haciendo que él caiga del árbol

Sin siquiera pensarlo me dejo caer con él, el tiempo parece ir más lento e intento agarrar la mano de Eric, es todo mi culpa, siempre lo meto en líos, siempre hago que resulte lastimado, nuestros dedos se rozan antes de caer de golpe al suelo, sin embargo, no siento el impacto ni dolor alguno, la mano de Eric toma la mía, estamos envueltos en una nube color blanca, la magia de Eric nos salvó...

—¿Estás bien?— su rostro refleja preocupación absoluta, mi padre hizo que Eric me siguiera a todas partes para cuidarme, los hechiceros de luz usan su magia para proteger a los demás, son un escudo humano —. ¿Te lastimaste algún hueso?— se acerca a mí y me toma de la cara revisando si no tengo alguna herida —. Desearía ser un hechicero rojo, así yo... yo podría curarte siempre que hagas algo impudente y...

Conozco a Eric desde mis seis años, ahora los dos tenemos catorce, siempre que pienso lo mismo de él voy a entrenar con Luca hasta que mi cuerpo ya no puede más, me encierro en mi escondite y no dejo pasar a nadie hasta que esos pensamientos, emociones y sentimientos se borren de mi mente ¿por qué es tan difícil? ¿Por qué no soy normal? Siento que si lo escondo más mi mente explotara, debí de ser como Luca, perfecto y sin errores, debí de ser como los demás chicos que hablan de que chica les gusta más...

 pero a mí me gusta él. 

—No necesitas ser un rojo o alguien más, tu ya eres suficiente, Eric... siento que si no te lo digo ahora me arrepentiré toda mi vida ¿Somos aún muy jóvenes para esto? Siento algo por ti... Me gustas.

Al decir aquello la nube blanca que nos protege se esfuma y el bosque aparece de nuevo, Eric  se aleja de mí, no puedo ver en que piensa, su rostro sigue igual que antes, de su bolsillo saca un mini juego de ajedrez.

CORONADO: EL AMANTE DEL PRÍNCIPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora