Desmond Andillac príncipe segundo tendrá que asumir ser el heredero al trono después de que su hermano Luca cayera dormido por un hechizo oscuro, en su camino conocerá a Conan Chalamet un hechicero rojo capaz de traer a la gente de la muerte y curar...
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CONAN
Mis pies están muy cansados, pero parece que Amber no quiere dejar de bailar, me he escondido de ella detrás de un gran jarrón lleno de flores, necesito un respiro, ella me cae muy bien, solamente que su pasión por bailar es demasiada. Por entre las flores alcanzo a ver en el rincón a los tres reyes hablando, todos están igual de altos, siempre supuse que el padre de Desmond, mi rey, por así decir, era el de una aura superior al de los demás, que equivocado estaba, no sé el nombre del rey del reino Marisma, pero sin duda su aura le gana a todos, puedo sentir que es demasiado fuerte, trasmite elegancia y un poder inusual.
—¿Te escondes de mi querido?— la Duquesa Ruby aparece detrás de mi
Me toco el corazón del susto y ella ríe topándose con su mano, toma una flor del jarrón y me la entrega.
—Un gusto volver a verla.— hago una reverencia y mi vista vuelve a los reyes —. ¿Ya hablo con el rey?
—Claro que sí, fue lo primero que hice al llegar, debiste ver como sudaba de los nervios, ahora que ya tiene el apoyo de todas las casas, sin duda el reino Marisma se unirá a la batalla.
—¿Cree posible ganar esta guerra?
La duquesa se quita su antifaz —Posiblemente, el reino Marisma cuenta con cientos de hechiceros de luz, es por eso que su participación es importante.— se acerca más a mí y me susurra —. Oí por ahí que el reino Umbria buscara a todo tipo de hechiceros y brujas para que se unan a nosotros.
—Por fin te encuentro.— la cara de Desmond aparece del otro lado del jarrón, sus ojos verdes destacan entre las flores blancas —. Veo que tienes una charla con la duquesa.
La duquesa y yo salimos de nuestro escondite, la duquesa toma del brazo al príncipe con una gran sonrisa.
—Querido, has crecido tanto, antes solo eras un niño inquieto, ahora eres todo un caballero. Veo que no estas aquí para solamente saludarme.— me mira a mí con cara de cómplice —. ¿Ya te conté como Conan salvo a Amber de su enfermedad? Todo un héroe así es.
—No lo sabía...
En ese momento un mesero choca con Desmond haciendo que gotitas de vino caigan en su traje
—Lo siento mucho su alteza, yo no...
—Tranquilízate, nada más fue un accidente.— Desmond le da unas palmaditas en la espalda al mesero y este se va avergonzando con la cabeza baja —. Iré a secarme.
—Iré contigo.— digo al instante
—Iré a por más vino.— la duquesa se va siguiendo a otro mesero con su copa en mano
Todos nos quedan viendo, no sé muy bien si a mí o a Desmond, supongo que a las dos agradezco tener puesto mi antifaz, ya que así nadie me verá sonrojado.
