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No sé si ya lo han notado,pero si eres un Young tienes una gran lista de muertos por detrás;mi padre fue uno de ellos, o por lo menos eso creo, Sean Young desapareció el día en que nací.

¿Y me sorprende?

No.

Puede que suene cruel, pero en nuestra familia esto es normal.

Nadie a excepción de los Young sabe sobre las desapariciones,y nadie sabe por qué sucede.Sólo sabemos que a partir de los dieciséis años tienes la posibilidad de morir espontáneamente,ya sea por un accidente o por un infarto, alguien tiene que morir, es algo inevitable.

Pero no crean que esto no nos afecta, somos personas, sufrimos cada una de las muertes que suceden. Algunos sufren duelos más largos que otros, cada uno de formas diferentes, así que puedes ver a mi familia de luto casi todo el año.

Vivimos en Misfield, aquí somos el tema principal de los chismes, no hay persona que no conozca a los "llamativos Young" y es que, aparte de ser las personas con más dinero de todo el lugar, somos algo excéntricos.

Para nosotros es normal, aunque todos nos vean como el centro de atención sólo somos nosotros disfrutando de la vida a nuestra manera,¿nunca han escuchado esas frases acerca de que la vida es muy corta para desperdiciarla? En nuestro caso nos tomamos esas frases muy literalmente, cualquier cosa que se nos pase por la mente la hacemos, generalmente una persona cualquiera hace planes a futuro pero en nuestro caso es diferente.

Eso de vivir la vida al máximo mi familia lo toma muy en serio, pero al cumplir los dieciséis vives con la constante angustia de que podrías morir en cualquier momento, empiezas a creer que ya no puedes hacer nada porque todo te parece peligroso, aunque, si lo piensas todo en la vida involucra un riesgo ¿No?

Si bien una persona común tiene la probabilidad de morir en cualquier momento, en nuestro caso la probabilidad se duplica,o por lo menos hasta que la muerte del año ocurra;así que vivimos cada día como si fuera el último, y en realidad...creo que está bien, saber que no tenemos todo el tiempo del mundo nos hace valorar mucho más ciertas cosas que para la mayoría son cotidianas.

-¡Jay!-gritó mi hermana Alice entrando a mi cuarto.

-¿Qué?

-Has estado todo el día aquí encerrado y pronto llegarán los demás.

-¿Y?

-En primera, la señora que nos dio la vida quiere hablar contigo, y en segunda, siempre nos dice que debemos bajar a saludar a los demás después de un viaje.

-¿Porque debería hacerlo?-rodó los ojos en respuesta.

-Ella te está esperando en su habitación-fue lo último que dijo antes de salir.

Suspiré y me levanté de la cama con pereza.

La noche anterior me desvelé y al parecer mi cuerpo me estaba pasando factura.

Salí de mi cuarto y me dirigí al de mi madre que a diferencia de los otros, estaba más cerca del mío.

Luego de tocar la puerta un par de veces y esperar un "adelante" de su parte, entré y la encontré sentada al lado de la gran ventana de su cuarto, leyendo mientras apoyaba sus codos en la mesita que tenía en frente.

-Buenos días mamá.

-Querrás decir tardes Jay Young-me miró seria y tragué grueso, esa mirada no significaba nada bueno.

Creo que sé por donde irá esta conversación.

-Lo siento,me dormí tarde anoche.

-Eso no importa,siéntate, necesito hablar contigo-señaló la silla frente a ella.

Los YoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora