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ELLIE

El despertador suena otra vez, lo apago a distancia poniendo mi mano en la mesa y me quedo unos minutos mirando el techo de mi habitación dándole vueltas a todo, cuando el despertador vuelve a sonar decido levantarme, ya que no puedo llegar tarde a la prueba y llevo más de 20 minutos tumbada en la cama.

Por la ventana veo que todavía es de noche, las luces nocturnas de la ciudad siguen encendidas. Y a pesar de no haber salido nunca de Utopía puedo afirmar que es la ciudad más hermosa de todas, sigue conservando ese toque natural, que no hace parecer que vives encerrado dentro de una muralla y una cúpula protectora.

Me levanto y me dirijo al baño para prepararme, me doy una ducha y amarro mi cabello húmedo en una coleta, me pongo un conjunto cómodo, me rizo las pestañas y me hecho unos pocos polvos intentando no parecer una muerta viviente.

Salgo del baño y preparo un conjunto más elegante para las clases de la universidad lo meto dentro de mi bolso junto con mi teléfono y salgo a la cocina.

Toda la casa está en completo silencio, todavía es muy temprano y por lo tanto todos están durmiendo, intento no hacer ruido mientras espero a que la cocina me prepare el desayuno.

Una vez está listo lo tomo leyendo las noticias de última hora, dándome cuenta de que todas son sobre los sectores que están llegando y sobre las pruebas de la compatibilidad, aburrida dejo el móvil de lado y termino mi desayuno, una vez he terminado guardo todo y salgo de casa tomando el ascensor.

Cuando estoy fuera, la brisa de la madrugada choca con mi rostro, helándome por segundos al tener el cabello mojado. Un soldado se coloca a mi lado y comienzo a buscar un coche del gobierno, pero no llego a encontrar ninguno.

–¿Sabes dónde puedo conseguir un coche del gobierno?– le pregunto al soldado el cual asiente y comienza a caminar en una dirección, los soldados de la FED tienen prohibido establecer comunicación con aquellas personas a las que cuidan a menos que sea estrictamente necesario, ya que dicen que la comunicación es una distracción que les puede hacer fallar en el desempeño de su trabajo.

Le sigo observando la ciudad a oscuras, el silencio gobierna las calles por las que caminamos, se ve a muy poca gente a estas horas así como a muy pocos coches transitando por la vía. A pesar de ser verano la brisa que corre me pone la piel de gallina, seguimos caminando pasando por la separación del distrito A y B, la estructura blanca y dorada que separa los rangos 1 y 2 del 3 y 4.

Al pasar por esta puerta todos los días en coche nunca he llegado a verla completamente, en cuanto la pasamos noto el leve cambio en las estructuras tecnológicas de los edificios, dando a entender que la gente que vive aquí tiene mayor poder adquisitivo que los demás.

Seguimos caminando por unos minutos hasta que llegamos a unos pisos cercanos a la separación, en los que se encuentran unos coches del gobierno aparcados, y es que al ser tan temprano solo existe transporte para aquellos que pertenecen a este distrito.

Ambos subimos al coche y pongo la dirección de la FC, me siento en mi asiento y observo por la ventana como la ciudad se va despertando poco a poco, cuando estamos cerca  de la facción noto la vía más abarrotada de coches haciendo que vayamos más despacio. A pesar de ser tan pronto y de no haber dormido mucho, los nervios me tienen totalmente despejada.
Al cabo de un rato de espera llegamos a la puerta de la FC, bajo sola del coche acercándome al grupo de gente que está en la entrada.

A lo lejos veo un coche de alto nivel aparcar cerca de la entrada, la mirada de muchas chicas gira en su dirección, del coche salen Maddie y Martha, al verlas me acerco hacia ellas, en cuanto Maddie me ve, corre hacia mí para abrazarme.

INFECTADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora