La quiero

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DEBE SER INVIERNO

Capítulo 11: La quiero

Por Okashira Janet/Janet Gaspar

Sasuke algunas veces en su vida se había dormido verdaderamente cansado, por ejemplo, después de un entrenamiento intensivo en la guarida de Orochimaru, y también en aquella ocasión cuando Kakashi le había enseñado el chidori. En esas ocasiones había caído rendido sin percatarse de su alrededor.

Bueno, lo mismo había ocurrido posterior al tonto, muy tonto, torneo en el que habían decidido participar. Sasuke se había metido a su casa de campaña y casi al instante se había dormido.

El problema, claro, era que se había despertado. Eran las dos de la mañana y el frío le hacía castañear los dientes; ciertamente en otras ocasiones había pasado noches heladas, pero por alguna razón en esta ocasión le molestó pensar que a unos pasos de él sus subordinados seguramente se apretujaban —tibios y confortables— los unos a los otros.

¿Era eso?... ¿realmente era eso?, recordó el cuerpo tibio de Hinata en otra noche, su espalda contra la suya.

Deseo.

Sabía reconocerlo, pese a que en el pasado nunca se había dejado llevar por semejante sentimiento. Una vez hacía muchos años había soñado, quizás a los trece años, con cuerpos y sudor, con calor y algo que se erguía dentro de él.

Pero el deseo, como todo en la vida de Sasuke, había tenido un segundo lugar cuando se comparaba con la venganza. Una venganza fría y absurda que actualmente intentaba resarcir.

Itachi estaba vivo, eso había dicho el viejo del ridículo torneo. No había sido solamente un error de Karin, su hermano realmente vivía.

Y en el camino de encontrarlo, aunque Itachi siguiera siendo lo más importante (y quizás siempre lo sería) los otros sentimientos atrapados, aquellos como el deseo... no tenían por qué ser reprimidos. Así que se levantó y salió de su tienda; por un breve instante el viento helado del norte golpeó contra su cara y le puso roja la nariz, era como si por momentos no pudiera respirar.

Era invierno, parecía que no se acabaría nunca.

Silencioso, como lo eran todos sus movimientos, se dirigió a la casa de campaña de sus subordinados y abrió lentamente la puerta lateral, adentro el calor era casi húmedo y las respiraciones de todos parecían acompasadas.

—¿Sasuke? —Suigetsu, siempre alerta, levantó un poco la cabeza—, ¿ya te cansaste de congelarte tú solo el trasero? —Aquella era una buena descripción de su situación así que Sasuke no dijo nada y se metió dentro de la tienda. Karin dormía como tronco y Suigetsu le estaba prestando un brazo como almohada, cuando Sasuke entró el de cabello blanco la pegó contra él para hacerle más espacio. Parecían... no es que a Sasuke le importara demasiado, pero parecían amantes.

Karin murmuró algo adormilada y Suigetsu le pasó una mano suave por la espalda.

—Es para no morir de frío pequeña zanahoria. —Seguro ella se estaba quejando por su cercanía, pero no hacía nada para apartarse de él, al contrario, se arrebujo contra su barbilla.

Porque al parecer las mujeres podían decirte un día que te amaban y al siguiente abrazarse con otro sin demasiados traumas.

"Yo amo a Naruto-kun", recordó a Hinata, sus mejillas enrojecidas, aquella mirada enamorada, como si el amor que sentía por Naruto fuera suficiente para llenarla y fortalecerla. Y quiso —realmente deseó— quebrar aquella imagen.

Juugo estaba en medio de la tienda y al oírlo entrar se movió más cerca de Karin para dejarle espacio, Sasuke fue a acostarse ahí, metiéndose bajo las cobijas y entonces ella —que estaba junto a la puerta— despertó.

Debe ser inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora