Malas impresiones

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DEBE SER INVIERNO

Capítulo 2: Malas impresiones

Por Okashira Janet

Kiba tomó sus kunais y los aventó de mala manera en su mochila, ya había metido dentro los shurikens, sellos explosivos, pastillas de soldado y un poco de comida, iría por Hinata aunque tuviera que hacerlo solo.

—Kiba. —Escuchó la voz de su compañero llamándolo desde la ventana.

—Apártate Shino. —Ni siquiera giró a verlo, sabía lo que diría, Shino seguiría las indicaciones que le dieran sus superiores al pie de la letra.

—Vengo a exponer las razones que...

—¡No quiero oír ninguna de tus razones! —Giró hacía él cabreado— ¡Pareciera que Hinata no es nada para ti!

—Tus pasionales sentimientos solo conseguirán nublarte durante la batalla. —Shino apretó suavemente los puños, para él tampoco era fácil, por supuesto que no lo era, Hinata era más que una compañera para él, ella y Kiba habían sido sus primeros amigos, los primeros camaradas reales que tenía, ninguno de los dos había hecho muecas al ver que los insectos surgían de su cuerpo como todos sus compañeros anteriores en la academia, ninguno de los dos lo había rechazado y ninguno de los dos intentaba cambiar su retraída manera de ser, lo habían aceptado, lo habían hecho sentirse por fin parte de algo.

—¡Maldición Shino! —Pero Kiba era demasiado arrojado, demasiado aventurero y tenaz, no soportaba quedarse quieto y menos en un caso como ese—. ¡¿Es que no te importa en lo más mínimo?! —Con rabia lo sujetó de su gabardina, las uñas se clavaron en la tela hasta el punto de casi desgarrarla.

—Kiba... —Shino sujetó su mano, al instante el Inuzuka abrió grandes los ojos, nunca antes había sentido el contacto con la piel de su amigo, era frío, casi hasta el punto de la congelación—. No quiero perder otro amigo. —Amigo, era la primera vez que lo decía, también admitía que había perdido a Hinata. Kiba dejó caer los brazos inertes a sus costados, aunque sus ojos no se rindieron, Kiba, a diferencia de todos, nunca se rendía.

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¡Ya los siento! —Karin se puso de pie sonriendo, a su lado Juugo se había entretenido observando a los pajaritos que bajaban a batir las alas cerca de él—. ¡Sasuke-kun! —Gritó lo más coqueta posible, sus mejillas sonrojadas y sus manos unidas una a la otra al tiempo que movía en círculos su estrecha cintura. El joven Uchiha llegó al claro con su paso sereno de siempre, su rostro completamente impasible.

—¡Mira lo que te trajimos! —Suigetsu que venía atrás sonrió ampliamente al tiempo que bajaba a Hinata sujetándola de los hombros y haciéndola trastabillar hacía delante.

—¿Quién diablos es ella? —El cambio en el tono de voz de la joven fue evidente, bajo sus gafas sus sagaces ojos parecieron traspasar a la recién llegada.

—Es tu reemplazo pelos de zanahoria. —Suigetsu se divertía de lo lindo—. ¿No es lindo que ahora tengas una nueva amiguita?

—No, no es lindo en absoluto y ella tampoco lo es. —Enarcó una ceja, la guerra estaba declarada.

—Silencio y en marcha. —Sin alzar la voz Sasuke habló dando media vuelta y enseguida los demás echaron a andar tras él.

—Llevo caminando toda la noche, —Suigetsu gruñó por lo bajo—, y además venía cargando a esta chica. —En automático Hinata tuvo el impulso de disculparse, pero se frenó a tiempo con un sonrojo, que tonta era, disculparse con el enemigo cuando eran ellos quienes la habían obligado a aquello, para empezar, ¿por qué tenía que obedecer a Sasuke?, ¿por qué tenía que obedecer el caminar a su lado?, en cuanto lo pensó sus pies se detuvieron, aunque Suigetsu le tomó un brazo presionándola al frente, ella apretó los labios, no cooperaría.

Debe ser inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora