Entre chicas

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DEBE SER INVIERNO

Capítulo 5: Entre chicas

Por Okashira Janet/Janet Gaspar

Con ambas manos apoyadas en su bastón Hiashi Hyuuga oteó el jardín, frente a él su segunda hija se esforzaba en su entrenamiento, pateaba, golpeaba, brincaba, arrojaba kunais, aún era una niña pero había conseguido fácilmente ser nombrada gennin, luego volverse chunnin sería cosa de juego, no había una cosa que se le pidiera a Hanabi Hyuuga que esta no pudiera cumplir, muy al contrario de su hermana mayor.

—¡Ah! —Lanzando un certero golpe al frente Hanabi apretó los dientes para no dejar escapar un resoplido de cansancio, ¿cuántas horas llevaba entrenando, cuatro, cinco?, nadie podría saberlo, la niña entrenaba desde que amanecía hasta que anochecía, vivía para ser fuerte, para llevar en alto el nombre del clan Hyuuga y su padre estaba orgulloso de ella.

El patriarca giró la mirada al cielo, Hanabi era lo que siempre había deseado: fuerte, decidida, empeñada, constante, sí, pero había un pequeño detalle, Hanabi era una mujer, ¿por qué desgracia del destino había tenido él que engendrar dos mujeres?, ¿por qué no había querido el cielo darle un varón?, en eso, debía aceptarlo, envidiaba a su fallecido hermano, Neji había sido el único hijo que su hermano había tenido pero había sido suficiente, había engendrado de sus entrañas a un genio y estúpidamente él había pensado que si tomaba a su mujer podría conseguir lo mismo.

Suspirando giró nuevamente a ver a Hanabi, aunque lo deseara con todas sus fuerzas su segunda hija jamás podría liderar el clan, aunque fuera increíblemente fuerte, tenaz y decidida estaba escrito en las leyes de Konoha que el apellido lo daba el hombre y solo había un hombre que Hiashi considerara apto para ese puesto y ese era Neji Hyuuga. Así se había escrito entonces, Hinata y Neji contraerían nupcias, se casarían y en manos de Neji el clan se volvería lo que siempre había tenido que ser, pero ahora sus planes se veían contrariados, ¿por qué Uchiha Sasuke habría secuestrado a su hija?, ¿qué fines tenía para ello?, sacudiendo la cabeza con cansancio el hombre se llevó una mano a la sien, Hinata era débil, era tan débil que no podía defenderse por sí sola, estaba a merced de quien fuera, completamente en las garras del enemigo.

Un par de hojas revolotearon al frente con el viento del otoño y él las observó con nostalgia, las hojas de otoño le recordaban a su fallecida esposa, la manera en la que se ocupaba barriendo hojas durante aquella época, ¿por qué su hija mayor tenía que parecerse tanto a su madre?, aún la recordaba a los diez años, cuando su cuerpo empezó a desarrollarse de una manera demasiado abrupta para alguien de su edad, demasiado rápido para lo que era común en los Hyuuga.

—"Te comportaras a la altura del clan". —Lo que quería decir que debía acostumbrarse a vestir pesadas chamarras que ocultaran aquel pecado, aquella figura que era tan parecida a la de su madre, tanto que le provocaba desviar la mirada.

Pero a pesar de ocultarla y relegarla el destino tenía curiosas maneras de burlarse de él. El cabello de Hinata largo, oscuro, abundante y sedoso provocaba en él la intención de acariciarlo, de enredar en él sus dedos como lo había hecho con su esposa en el pasado. Por aquella razón un día, sin previo aviso, la había sentado frente a él y con un kunai le había cortado el cabello a la altura de la nuca. Hinata había llorado, pero nada más. Siempre demasiado dócil para reclamar, demasiado dulce para ver las intenciones escondidas de los demás.

Despreciarla y mantenerla alejada de él había sido la única manera de lidiar con lo que le provocaba. Hasta que había decidido casarla con Neji. Era una práctica común el contraer matrimonio entre familia para mantener la pureza de la sangre, todos en Konoha esperaban que el genio Hyuuga desposara a la joven y débil heredera.

Debe ser inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora