DEBE SER INVIERNO
Capítulo 4: Como un equipo
Por Okashira Janet/ Janet Gaspar
Sasuke no esperaba dos cosas ese día, uno era la tormenta invernal que los había atrapado a medio camino en su búsqueda por Itachi y lo segundo el hecho de que Hinata Hyuuga, así, de la nada, había aceptado ayudarlos.
—"Buscare", —su voz había sido suave pero firme—, "buscare si a quien quiere encontrar es a Itachi Uchiha". —Aquello había resultado críptico y por un momento Sasuke había estado tentado de preguntarle si tenía algún asunto con su hermano, pero aquello era del todo inadmisible, Uchiha Itachi no había tenido ningún contacto en su vida con aquella chica, cuando había dejado la aldea tanto él como Hinata tendrían cerca de seis años.
Quizás es que Hinata quería comprobar si Itachi estaba vivo, fuera como fuese había accedido a poner el Byakugan a su servicio.
Y ahora estaban ahí, caminando bajo un viento invernal que los hacía apretar los dientes, los árboles carentes de hojas se mecían casi con melancolía, las hojas secas eran arrastradas por el suelo hasta estrellarse contra sus pies.
—¡Pero que mierda! —Suigetsu se sonó escandalosamente los mocos y volvió a temblar, para él el invierno era un calvario, su preciada agua ahora estaba convertida en hielo y tomar de su cantimplora se volvía un suplicio cuando el agua que pasaba por su garganta era tan fría que le quemaba los labios.
Karin estaba, por otro lado, irritable a un extremo casi bárbaro, era la única del equipo que había recibido la ayuda de Hinata como una afrenta casi personal y si no había expresado su rechazo era solamente porque sabía que Sasuke no soportaría que se metiera en su camino por encontrar a Itachi. De cualquier manera estaba decidida a ser ella quien localizara al hermano mayor de Sasuke, ya verían cuando se dieran cuenta que solo ella era necesaria y que cargar con la tonta de Konoha solo había sido una gran pérdida de tiempo.
—Es un mal día. —Juugo ladeó ligeramente la cabeza, ese día los animales no acudían a él, no podía oír el canto de los pajarillos, los diminutos pasos de las ardillas ni el frágil volar de las mariposas, a su alrededor todo era neblina, viento, bruma. Solo un búho solitario permanecía en lo alto de la rama de un árbol, ojos amarillos y plumas esponjadas.
—Sigamos buscando. —Sasuke siguió caminando sin mudar la expresión, realmente aquel clima no se prestaba a su misión, por momentos sentía que los pulmones le colapsaban.
—¡Byakugan! —Hinata realizó con rapidez los sellos necesarios y luego oteó alrededor pero era lo mismo, no había un alma viviente en kilómetros a la redonda.
—Nada. —Karin informó antes de que a Hinata se le ocurriera abrir la boca, seguramente todo el mundo estaba en su casa, disfrutando de alguna bebida caliente, del calor de una hoguera, ellos eran los únicos que seguían caminando en la intemperie.
—Sigamos. —Apretando los dientes Sasuke volvió a liderar su pequeña comitiva, sabía que ellos no se quejarían, Karin, Suigetsu y Juugo lo seguirían a donde fuera necesario, era una especie de pacto que habían realizado tiempo atrás, cierto que a veces se detenía a pensar cuales podrían ser los motivos del de la Niebla, entendía que Juugo lo siguiera para así poder sellar sus poderes, los motivos de la pelirroja eran más románticos y quizás un poco por soledad ¿pero Suigetsu? Probablemente era la aventura, quizás alguna especie de manera de agradecerle el haberle salvado de Orochimaru o tal vez solo era para así poder conseguir las espadas de las que era tan adicto, no lo sabía en realidad pero siempre y cuando siguiera sus mandatos tampoco se iba a poner a interrogarlo.
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Debe ser invierno
AdventurePara llevar a cabo sus planes Sasuke se ve forzado a raptar a un miembro del equipo de rastreo de Konoha; específicamente a Hyuuga Hinata, la heredera del clan Hyuuga. Pero así como la nieve se derrite en primavera así el tiempo avanza para él y su...