Los temores de Taka

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DEBE SER INVIERNO

Capítulo 12: Los temores de Taka

Por Okashira Janet/Janet Gaspar

—En el puente de la destrucción. —Hinata repitió el nombre—. Shadow-kun dijo que Itachi-san se dirigía allá.

—¿El puente de la destrucción? —Los ojos oscuros de Sasuke se volvieron dos rendijas.

—Shadow-kun dijo que Kabuto lo busca para eliminarlo, él dijo que...

—Está soñando si cree que podrá tocarlo. —El Uchiha gruñó interrumpiéndola aun sujetándola por los hombros.

—Supongo que tenemos una nueva dirección. —Poniendo una mano sobre su cadera el joven de la Niebla esbozó una sonrisa en su cara—. El puente de la destrucción.

—Será mejor ponernos en marcha ahora. —Juugo que estaba tras todos dejó que el viento alborotara su cabello anaranjado.

—Vámonos. —El Uchiha ordenó y todos asintieron con la cabeza, en ese instante ninguno se imaginó lo que tal orden desencadenaría, no pensaron en las consecuencias, lo que pasaría al conseguir su fin, solo tenían una meta clara, encontrar a Itachi Uchiha.

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—Tranquilo... tranquilo Akamaru estoy bien... —El enorme perro blanco gimoteó y su dueño apenas alcanzó a sujetarse a su lomo, la sangre escurría desde la comisura de su boca, su cuerpo era un amasijo de heridas.

Con paso lento el enorme can echó a andar, despacio, dándole tiempo a su amo para que pudiera trepar un poco mejor sobre él, no había participado en la pelea, al final Kiba había pensado que las cosas terminarían de esa manera, sabía que su fiel compañero sería el único medio de volver a Konoha por eso lo había dejado escondido, esperando el momento oportuno para hacerse presente.

—Eres un buen chico Akamaru. —Se lo susurró tan suavemente que de no ser porque el animal tenía su sentido del oído muy desarrollado no lo hubiera oído— ¿Ya te lo había dicho?, en verdad eres un buen muchacho... —Sus palabras arrastradas pusieron en tal estado nervioso al can que de haber sido un perro normal se hubiera soltado a gemir lastimeramente incapaz de dar un paso más, pero no era un perro común y corriente, era Akamaru un perro Ninja, el mejor amigo del castaño que ahora se balanceaba en el filo entre la vida y la muerte sobre su lomo.

—Debemos llegar a Konoha... por lo menos eso... —El dolor le empañaba la mirada y sentía como si algo caliente estuviera a punto de tronarle las vísceras por dentro, pero suponía que era buena señal, si aún podía sentir un dolor tan desgarrador era porque su cerebro aún no acertaba a desconectarse, aún estaba vivo y con ánimos de luchar.

No podía darse por vencido, tenía muchas cosas por hacer, aún debía entregar su informe, comunicarle a Kakashi todas las cosas que estaban por pasar, todo lo que Madara Uchiha y Akatsuki planeaban, ¡la seguridad de la aldea estaba en sus manos! La información estaba a salvo en su cerebro, aunque su cuerpo estaba deshecho había logrado el cometido que como Ninja debía cumplir y entonces lo único que tenía que hacer era llegar, solo eso, dar la información, cumplir su misión y luego... ¡No! Aún no podía morir, debía encontrar a Hinata, debía recuperar a su mejor amiga, proteger a Konoha, a su gente, a la aldea entera de lo que estaba por venir.

—Vamos Akamaru, vamos amigo... —Con renovadas fuerzas se aferró al pelaje del animal quien por toda respuesta le pasó suavemente la lengua por la mejilla con sus enormes ojos oscuros observándolo preocupados.

—No te preocupes... —Nuevamente el hilillo de sangre escapó de sus labios perdiéndose bajo su barbilla—. Soy duro como las rocas y además... —Forzó una sonrisa que más bien pareció una mueca—. Shino está con nosotros, ¿no? —El can pareció entenderlo y corrió lo más rápido que podían sus patas, su amo no se caería, eso nunca, porque era Kiba Inuzuka el hombre valiente y salvaje que jamás se rendía.

Debe ser inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora