vii. PEACE

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Al despertar permanecí un largo rato viendo un punto fijo en el techo, intentando buscarle un propósito a mi vida.

No llegue muy lejos con ese pensamientos. Es decir, después de recordar todo lo que había pasado durante la noche lo único que tenia en mente como meta personal era ser atropellada por un camión, o algo peor.

Estaba agotada tanto física como mentalmente. No tenia fuerzas suficientes como para levantarme de la tina en la que había amanecido con frio y sin ropa interior. Estaba totalmente vulnerable ante cualquier persona que decidiera pasar al baño, y sinceramente no estaba ni siquiera interesada en saber quien decidiera entrar al baño en ese momento. Solo quería que mi sufrimiento terminara de una vez.

El hecho de no tener ningún recuerdos almacenado en mi cabeza me hacia sentir aun mas vacía. Sentía que no tenia a nadie fuera de esa mansión, y quizás ese sentimiento estaba en lo correcto. Quizás no había nadie buscándome o extrañándome, y pensar eso repetidas veces me estaba haciendo tener nuevos dolores de cabeza que se alojaban en los golpes del otro día.

Me sentía una cascaron vacío.

No tenia nada. Lo único que tenia en ese instante eran las palabras de Sanzu clavadas en la cabeza. La manera en la que me miraba con asco me hacia cuestionarme si había algo mal conmigo, o si estaba haciendo algo que provocara que yo misma me metiera en ese tipo de situaciones tan grotescas.

"Quizás fue mi culpa que me secuestraran..."

Pensé pausadamente mientras me deslizaba por la tina quedando completamente acostada en esta. Mientras seguía pensando lleve mi mano a mi nuca, comenzando a jugar con un par de mechones.

"Si tan solo recordara algo de mi vida..."

Quizás eso haría la diferencia. Recordar algo o a alguien me haría pensar positivamente.

Alguien que me brindara un poco de paz.

Deje de pensar cuando sentí algo en mi mano. Al levantarla pude ver que me había arrancado una cantidad considerable de mi pelo. Por un momento me asuste, y un poco confundida me logre sentar con dificultad en la bañera. Pase mis dedos por mi cabello, como si lo estuviese peinando, y de cierta forma me aterre al ver mucho de mi pelo entre mis dedos.

Tal vez el no dormir bien este haciendo que mi pelo se caiga, o quizás era el estrés provocado por lo sucedido durante la noche.

De repente oí unas pisadas rápidas que lograron hacerme salir de mis pensamientos. Pude percibir al momento que las pisadas pasaron por todo el pasillo unas cuatro veces, como si la persona fuera del baño estuviese desesperado por algo. Sus pasos eran firmes, como si cargara con un gran porte. No le preste mucha atención sino hasta que oí como aquella persona comenzaba a llamarme.

— ¡¿RUMI?! Carajo... —oí como varias cosas caían el suelo antes de percibir como los pasos y voz de Kakucho se iban alejando poco a poco.

Como pude me levante de la bañera y me arrastre hasta la puerta. No podía ni quería ponerme de pie, me sentía enferma. Evite pensar en el dolor punzante en mis muñecas cuando golpee la puerta repetidas veces con mi puño cerrado, intentando con esto llamar a Kakucho. Cosa que logre puesto que a los pocos segundos de comenzar a golpear la puerta pude oír sus pasos aproximándose.

— ¿Rumi? —intento abrir la puerta.— ¿Qué haces ahí dentro? ¿te encuentras bien?

Intente hablar y responder sus preguntas, pero ninguna palabra salió de mi boca. No quería explicarlo, no quería ni siquiera recordar el porque estaba encerrada en aquel baño.

Mierda... —lo oí maldecir, y seguido de eso escuche el sonido de unas llaves.

Me aleje de la entrada al sentir que Kakucho iba a abrir la puerta, permanecí sentada en el tapete del suelo. Cuando él abrió la puerta lo primero que hizo fue mirarme a los ojos fijamente para luego pasar su mirada por todo mi cuerpo pausadamente. Pude percibir frustración, enojo, y lastima viniendo de sus ojos al verme en ese estado, pero él al final no me dijo nada al respecto.

Poison ━ Bonten +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora