Poison ━ Bonten +18

v. US

Abrace mis piernas mientras hundía mi cara en mis rodillas.

Nuevamente me encontraba llorando en silencio.

El agua que me rodeaba estaba tibia, era relajante hasta cierto punto. No podía tolerar el sentir el ardor que me provocaban las heridas. Era doloroso. Pero prefería bañarme y limpiarme antes que tener que seguir oliendo a mi propia orina.

Mi cuerpo seguía doliendo a pesar de haber pasado ya como una hora y media. Era algo de esperarse puesto que aquel tipo me había golpeado muy fuerte.

"Ese maldito enfermo..."

Fruncí mis cejas y apreté la piel de mis piernas con la yema de mis dedos. Sin poder evitar la tensión que me recorrió el cuerpo de tan solo recordar su estúpida cara, su risa, y la forma en la que me miraba como si fuera un simple objeto que usaba para su propio entretenimiento. Como si fuera basura.

Si tuviera la oportunidad de estar en una situación parecida en un futuro, definitivamente le rompería la cabeza a golpes. Tal como él hizo conmigo. Seria una oportunidad que no desaprovecharía de ninguna forma.

Al oír unos pasos acercándose al baño donde yo me encontraba abrace mis piernas mas fuerte. Así me encontraba actualmente, con miedo a volver a estar a solas con ese hombre de pelo rosa y ojos intimidantes. Sabia que aun tenia ganas de golpearlo, pero no era el momento. A penas y podía mantenerme de pie con ayuda.

— ¿Ya terminaste?

La puerta fue abierta por Kakucho, el tipo de cicatriz que me intimidaba de cierta forma. Aunque se había vuelto amable conmigo desde que me vio en el suelo toda golpeada y cubierta con orina.

Yo levante la cabeza. Estaba tan cansada, no tenia muchas ganas de hablar. Solo asentí levemente. Mi respuesta era una mentira, no había sido capaz de lavarme el pelo, solo pude pasarme una esponja con jabón. No pude hacer mucho después de que las articulaciones comenzaran a dolerme con cada movimiento que hacia. Fue una tortura intentar levantarme de la tina para poder secarme, por eso mismo seguía dentro, intentando poner orden a mis propios pensamientos.

— ¿Y por que sigues ahí dentro si ya terminaste? —pregunto frunciendo su entrecejo y mirándome severamente. Yo me encogí en mi lugar, sintiéndome muy pequeña ante sus sola presencia.

Aparté la mirada casi al instante. Subí mis hombros sin saber como responder sin sentirme una inútil por no poder hacer nada por mi cuenta.

Kakucho y yo nos quedamos en silencio. Mientras él clavaba su mirada seria en mi, yo solo me dedicaba a ver el agua que me rodeaba en total silencio. No pude hacer mucho. Pero Kakucho pareció cansarse de mi silencio, por lo tanto salió del baño cerrando la puerta.

Pasaron unos segundos hasta que él volvió a entrar, pero esta vez tenia algo entre los brazos.

— Te traje ropa nueva. —hablo dejándola sobre el lavabo.

Yo no dije nada, permanecí en la misma posición intentando no volver a hacer contacto visual con él. Pero eso pareció hacerlo enojar, puesto que a los dos segundos Kakucho se había arrodillado a un lado de la bañera con su típico entrecejo fruncido.

— Oye... —hablo severamente. Yo permanecí en silencio una vez mas. Al hacer esto, el decidió tomar mi cara con su mano e hizo que girara mi rostro, obligándome a mirarlo.— Mírame a los ojos cuando te hablo.

Yo trague saliva al mirar sus ojos bicolores. A pesar de que su mirada se mostraba fría, podía sentir una calidez natural venir de sus palabras, como si en el fondo intentara no sonar muy duro al hablarme. Algo que sin duda alguna logro hacerme sentir un poco segura estando con él.