ix. 3 DAYS ALIVE

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| 3 días después... |

Era normal a este punto despertar con unos brazos rodeando mi cintura y una respiración a mis espaldas.

Mikey me había hecho dormir con él desde que llego de su "trabajo" aquel día en el que me entere que estaba supuestamente casada con él. Fue extraño al principio, ya que después de todo lo que había vivido con sus ejecutivos seguía teniendo una gran inseguridad hacia los hombres, pero de todas formas no pude hacer nada. A Mikey no se le podía decir que no, y eso me lo había informado personalmente Kakucho una mañana durante el desayuno. Si no mal recuerdo, esa había sido la ultima vez que Kakucho me dirigió la palabra, ya que Mikey había ordenado que nadie podía hablar conmigo. El único que tenia permitido hablarme era Kokonoi, quien era un hombre extravagante de pelo blanco con aires de ser uno de los pilares mas importante de Bonten.

Después de ese día en el que me había enterado que yo y Mikey habíamos compartido infancia me entere que tanto Sanzu como Ran estaban "castigados", o eso es lo que me había dicho Mikey. No los veía desde ese día, y de cierta forma eso me tranquilizaba. Por un instante quise preguntar que significaba exactamente estar "castigado" en el mundillo de Bonten, pero al recordar la clase de personas que eran decidí quedarme callada y no hacer preguntas innecesarias.

Mikey había adaptado una personalidad muy posesiva conmigo. Se había vuelto muy dependiente de mi, por eso mismo me llevaba a todos lados con él. No le gustaba que me miren, que me hablen o incluso que respiren cerca mío. Su personalidad me daba miedo porque no podía llegar a predecirlo. Era muy confuso verlo dispararle a alguien en la cabeza y a los pocos minutos sentir como estaba recostando su cabeza sobre mi hombro mientras me decía que me amaba.

"— Te amo mucho, Rumi-chan..."

"¿Amor?"

Dudo que Mikey supiera lo que significa estar realmente enamorado.

En estos tres días me había demostrado ser incapaz de sentir empatía o remordimiento. Cuando mataba a gente enfrente mío lo único que llegaba a ver en sus ojos era un vacío infinito, pero ese vacío desaparecía cuando me miraba a los ojos y me pedía un beso en la frente.

Mi relación con Mikey era rara, confusa, y sobre-todo aterradora.

Era como si mi vida dependiera total y únicamente de lo que Mikey decidiera. Era como si él fuera la razón por la que siguiera convida.

Y en realidad si era así.

Durante una de las ultimas noches intente suicidarme, pero Kakucho apareció justo a tiempo y me detuvo. Y lo único que me impidió seguir con mi plan de suicidio fueron las palabras que salieron de la boca de Kakucho.

"— Nuestra vida en Bonten depende de lo que te pase a ti. Ten en cuenta que Mikey se mantiene cuerdo desde que llegaste..."

"¿Mikey cuerdo? ¿Qué mierda significa eso?"

No entendía del todo a Mikey, ni sus razones por las que me tenia a su lado todo el tiempo, pero sin duda alguna esto no tenia pinta de terminar bien. Cada minuto a su lado era cada minuto que me la pasaba pensando en mi posible muerte.

Seguía sin recordar algo de mi pasado, y eso me estaba quitando las ganas de seguir respirando. Estaba mas vacía que antes ahora que solo estoy fingiendo amar a Mikey, porque si, solo fingía. No podía amar a una persona que matara a otra solo por haberme preguntado donde se encontraba el baño.

Porque si, eso había pasado, y fue realmente traumatizante.

— Rumi~ —la voz de Mikey hizo que dejara de pensar tan profundamente en mis dudas existenciales por un momento. Al oírlo llamarme solamente solté un sonido de afirmación para que se diera cuenta que lo estaba escuchando.— Buenos días.

Poison ━ Bonten +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora