(V)

56 10 0
                                    

Narra Taehyun: 

― Taehyun bonito, bello, precioso, ¿puedes dejar esa mirada? 

― Ya, ¿feliz? 

― Mucho, la verdad, más aliviado que nada. 

― ¿Qué fue lo de esta mañana? 

― ¿Qué fue qué? 

― ¡¿Qué carajos te pasa?! 

― ¿De qué hablas? 

― Sabes que me gusta Kai, sabes que le gusto, ¿por qué hiciste eso? 

― Oh, fue por lo del beso, ya te pedí perdón y te dije que fue un accidente, que estaba medio dormido y que solo me choqué contigo, no fue nada, listo, no estés enojado ―siempre tan inteligente y tan bobo al mismo tiempo, me daban ganas de tirarle una bola de fuego―. Ya pasó, fue un accidente que nunca debió pasar, yo no quería eso, tú no querías eso, así de simple. 

― No es así de simple, idiota, porque yo sí quería que pasara, pero hace mucho y te esperé tres malditos años, tres, ¿para qué?, para que Jeongin fuera mejor que yo en todo sentido, para que hayas considerado dejar a tu propio hermano por él, para que hayas considerado dejarnos atrás por él, para que hayas considerado dejar a tu niño por él, no juegues ahora, te conozco, no estabas medio dormido, sabías muy bien lo que hacías, no me jodas. 

― Tus ojos están ardiendo, sabes que eso te lastima la vista. 

― Me importa un carajo si me quedo ciego una semana, por lo menos no tendré que ver tu horrible rostro, te odio Choi Beomgyu y si sigo aquí es por Yeonjun, porque si fuera por ti, ya me habría ido mucho antes. 

― Bien, sí, sabía lo que hacía, pero solo estaba jugando, no quiero nada contigo, ni con este nuevo cuerpo, así que no te ilusiones ―mis ojos ardían literalmente, veía mejor que nunca, y como jamás fallaba un golpe, Beomgyu terminó en el piso, ya sé que no quiere nada conmigo, no hacía falta restregármelo en la cara. 

― Jodete ―me volteé y volví al armario―. Hoy duermes en el piso o donde se te de la regalada gana, no quiero verte ―estaba llorando, las lágrimas intensificaban las llamas, mis ojos me dolían, pero no quería ver a Beomgyu, y no tenía cara para ver a Kai, después de haber querido que Beomgyu me besara una vez más, me sentía terrible, y me sentía ridículo, porque técnicamente tenía doce años y una vez más esperaba como un tonto a que Beomgyu me correspondiera. 

― Oye, lo siento, pero ya deja de llorar, prometo que no volverá a pasar. 

― ¡Déjame solo! ―mi voz salió un poco rasposa por el dolor, sabía que no podría ver hasta el día siguiente por lo menos, así que me limpié las lágrimas y mis ojos se apagaron, para cuando Beomgyu entró, la parte blanca de mis ojos debía de estar negra, mis iris y pupilas aún ardían como metal al rojo vivo. 

― ¿Kai? ―sabía que no era, pero igual. 

― No, aún no llega, oye, lo siento, yo, si sirve de algo, de verdad me gustas, y me gustaste desde siempre, pero, tú solo pasabas tiempo con Kai y yo no quería arruinarlo, solo, no quería que las cosas entre nosotros cambiaran, me gustaba así, solo amigos, podía hablarte con confianza, pero luego no sabía como dirigirte la palabra, por eso comencé a salir con Jeongin, y me llegó a gustar ―esto solo hacía que lo odie más y que me sienta más estúpido, porque ahora parecía que todo era mi culpa. 

― Ya dije que no quiero saber tu historia con él, se supone que en algún momento tendremos que trabajar con él ―no quería pasar todo el rato mirándolo como si quisiera matarlo. 

― Lo siento ―nos quedamos en silencio―. ¿Aún te arde? ―asentí―. Déjame ver ―abrí los ojos, Beomgyu mandó una pequeña ráfaga de aire helado a mis ojos, se sentía bien―. Servirá para el ardor. 

― No lo quiero. 

― Tómalo como mis disculpas. 

― Está bien, pero de verdad, vete, no importa si no te veo, pero sentir tu presencia ya es horrible. 

― Lo siento ―como lo odiaba. 

A tu lado | soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora