(I)

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Hace diez años, Yeonjun tenía cinco años y estaba empezando la escuela: 

Un pequeño niño de cabello castaño, reía y jugaba con su amigo, Wooyoung, otro niño de su edad. 

― ¿Puedo jugar con ustedes? 

― Claro, ¿cómo te llamas? 

― Changbin, Seo Changbin, un gusto. 

― Yo soy Yeonjun y este es Wooyoung. 

Desde ese día, los tres niños se hicieron muy amigos, eran solo ellos tres, hasta que dos años después, Changbin llevó a un niño con él. 

Yeonjun y Wooyoung miraban con recelo al nuevo amigo de Changbin. 

― ¿Quién es él? 

― Se llama Hyunjin, Hwang Hyunjin. 

― ¿Es el hermano de Yeji? 

― Sí, pero no le gusta que lo comparen con su hermana, así que shh. 

― Bueno, un gusto conocerte Hyunjin. 

― ¿Sí me puedo quedar con ustedes? 

― Claro, ¿verdad Woo? 

― Ajá, mientras más personas para jugar, mejor. 

Y así, Hyunjin se integró al grupo, siendo el menor de este. 

Unos tres años más tarde, cuando los niños tenían diez y nueve años respectivamente: 

― Lo siento, tengo que quedarme con mi hermana. 

― Está bien, les venía a decir que otra vez estoy encerrado. 

― ¿Por qué? 

― Porque estoy resfriado. 

― Oh, y con lo delicado que eres. 

― Exacto, no quiero enfermarme más, bueno, me avisan cualquier cosa, tienen el número de mi casa. 

― Sí, te avisamos. 

― Puede que vaya a visitarlo. 

― ¿De verdad? 

― Sí, Yeji estará ocupada con sus amigas, y mis padres siempre me dan permiso, además, sus padres me dejarán ir, saben que no haré desastres como otros. 

― ¡Hey!, no hacemos desastres. 

― Sí, sí hacen desastres, bueno, me voy, ya quiero quitarme mínimo un abrigo. 

― Ok, hasta luego Jun. 

― Hasta luego. 

Yeonjun se subió al auto de su padre, apoyó la cabeza contra el cristal y se quedó dormido. Cuando despertó, se encontraba en su habitación, grande, con espacio para todo, incluso estudiaba ahí, porque tenía un tutor privado desde la primera vez que se había enfermado y tuvieron que llevarlo al hospital, ahí fue cuando conoció la verdadera soledad, pero por lo menos tenía a sus amigos, que siempre iban a verlo. 

― ¡Yeonjun, Hyunjin vino a verte! 

― ¡Hyunjin! ―se levantó rápido y corrió a abrazar al niño menor, pero no lo hizo. 

― Tranquilo, no traigo ningún virus, bacterias sí, pero solo las justas ―ya esa frase era algo normal para ellos. 

― Lo sé, solo es la costumbre ―Yeonjun saltó y abrazó a su amigo, que a pesar de ser menor, ya era un tanto más alto. 

A tu lado | soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora