(XI)

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Kai estaba preocupado, a pesar de ser el más optimista del grupo, de verdad se sentía preocupado. 

― Yeonjun, tengo miedo. 

― Yo también, pero estaremos bien. 

― ¿Cómo puedes estar seguro? 

― Porque los tengo a ustedes, sé que estaremos bien. 

― A pesar de lo que dijo Beomgyu. 

― Sí, confió en que podemos manejarlo. 

― Quisiera tener la misma confianza que tú. 

― Tranquilo, está bien sentirse así ―Kai se quedó ayudándole a Yeonjun con su tarea, mientras los otros tres iban a ver la grieta y a buscar formas de conseguir más tiempo―. Mira, consiguieron un día. 

― Tengo un 1% más de confianza ahora. 

― Les diré que consigan una semana. 

― Tú termina tu tarea. 

― Sí señor. 

― Nada de señor, no estoy tan viejo. 

― Uh, bueno, nada de señor. 

― Una semana, pareciera que pudieran leerte la mente, ¿quién crees que lo haya hecho? 

― Beomgyu. 

― Taehyun. 

― Ok, un caramelo. 

― Un caramelo. 

― Volvimos, Beomgyu logró darnos una semana más. 

― Bien, consigue un caramelo. 

― ¿Apostaron? 

― Sí. 

― ¿Por quién apostaste Kai? 

― Taehyun. 

― Vaya, que poca fe me tienes. 

― Yeonjun, ¿acabaste? 

― Sí, ¿qué tal? ―Soobin revisó la tarea. 

― Perfecta, vamos. 

― Hace frío, no puedo salir. 

― Iremos a la casa Huening, no al Polo Norte. 

― Lo siento. 

― No importa ―Soobin se veía molesto―. Toma un abrigo ―Yeonjun obedeció, tomó el abrigo que tenía a la mano y se fue con Soobin. 

― ¿Qué pasó? 

― Estoy bloqueado, como verás, este año cumplo 15 años, así que estoy un poco fuera de control, me bloquee yo mismo, por eso Beomgyu lo hizo. 

― Oh, entonces es eso. 

― Sí, pero pasa que por un error, mi botón de desbloqueo, por así decirlo, no estaba en Beomgyu, si no en ti, no sé como pasó, pero ahora te necesito para desbloquearme. 

― Oh, está bien, ¿qué hago? 

― Espera un rato, Lea, ya estoy aquí. 

― Bien, hola Yeonjun. 

― Hola noona. 

― ¿Yeonjun? 

― ¡Hiyyih! 

― ¡Yeonjun! 

― Pasen, pasen ―Hiyyih los llevó a la grieta―. Ahí está. 

― Dame la mano Junnie ―Yeonjun obedeció―. Lo siento ―justo en ese momento, Yeonjun sintió un pequeño dolor en su pecho―. ¿Pasó ya? 

― Sí. 

― Bien ―los ojos de Soobin estaban blancos, su cabello negro, el reloj cambió, tenían medio año más―. A diferencia de mi hermano, mi alma no es destructiva, no te diré lo que es, no preguntes. 

― Hay cientos de tipos, hasta que logre adivinar me haré viejo. 

― No soy como ninguno de ellos. 

― Bien, tres fuera. 

― Tampoco como las hermanas Huening. 

― Ok, cuatro. 

― Ya nos vamos, necesito entrenar ―cuando volvieron a la habitación de Yeonjun, el menor seguía pidiendo que le diga su tipo de alma. 

― A ver, destructiva no, creadora tampoco, estabilizadora no, guardiana tampoco, match menos, ese solo es de musas ―Yeonjun hizo un puchero. 

― Si él no quiere decirte, nosotros menos. 

― Malos. 

― Es cuestión de cada uno. 

― ¿Constructiva? 

― Ya dije que no te diré, pero no, y es lo último que respondo. 

― Como dije, hay cientos de tipos. 

― Ya que estás, ¿cuántos exactamente son? 

― 93, incluyendo las variantes de musa, sin esas, 90. 

― Muy bien. 

― Odio las lecciones sorpresa. 

A tu lado | soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora