(XIX)

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Narra Soobin: 

― Despertaste ―abrí los ojos lentamente, reconocí la habitación enseguida, claro, estaba reparada, pero era igual que siempre―. Siéntate ―obedecí. 

― Señor, ¿qué hago aquí? 

― Te traje, estabas intentando comunicarte conmigo, así que supuse que querías venir, después dejé de recibir tu señal, pensé que tal vez te había pasado algo, veo que no me equivoqué, cuéntame. 

― Herí a mi hermano. 

― Pero, con tu fuerza, no puedes. 

― No, no puedo, sellé la más destructiva, pero volvió, no sé cómo. 

― ¿Cuánto daño? 

― Su brazo, todo su brazo, estaba sangrando mucho, eso fue lo último que vi. 

― Espero que esté bien, me agrada tu hermano. 

― Ya debo volver. 

― ¿Quieres que vuelva a sellarlo? 

― No, se romperá de todas formas. 

― Bien, hasta luego, cuidate mucho. 

― Sí, señor ―me transportó de vuelta a la Tierra, pero se confundió de casa, estaba con las hermanas Huening―. Lea noona. 

― ¿Dónde estuviste? 

― En algún lugar. 

― Soobin. 

― Sí. 

― Quieto ―no puede ser, no confiaban en que de verdad fuera yo―. Dije que te quedes quieto ―me examinó entero―. Sí eres tú. 

― Claro que soy yo, hasta luego ―me transporté a casa. 

― Quieto ―maldición, otro escaneo―. ¿Dónde estuviste? 

― No importa eso ahora, ¿qué pasó mientras no estuve? 

― Perdimos tiempo, tú culpa ―mierda―. Yeonjun ha estado algo histérico estos días ―cierto, por él me fui, igual, no fue su culpa, yo me alejé―. Habla con él. 

― Bueno ―subí las escaleras, se sentía extraño, como si yo fuera un intruso ahí―. Puedo pasar. 

― Soobin. 

― ¿Tú también me escanearás? 

― Si Kai ya lo hizo, no veo razón para repetirlo, los dejo solos. 

― ¿Dónde está Beomgyu? 

― Salió al parque, necesitaba aire, dijo. 

― Bueno. 

― Despiertalo, se enojará si no lo haces. 

― Bueno ―asintió y se fue―. Yeonjun ―no respondió, me recosté a su lado, se veía tan lindo―. Yeonjun. 

― ¿De verdad volviste? 

― Sí, lo siento mucho, no debí tratarte así. 

― No, no fue tu culpa, ahora levántate, si de verdad eres tú, no podrás estar cerca de mí. 

― Creo que un abrazo no hará daño. 

― ¿Estás seguro? 

― Sí, pero entendería si no quieres hablar conmigo, no he sido el mejor últimamente. 

A tu lado | soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora