PROLOGO

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Se podía observar como el cielo aclarecía muy notoriamente mostrando la luz de la mañana.

Los rayos del sol ya se sentían en cada poro de la piel humana y el cuerpo diminuto de Alexa ya lo sentía. Durante esta estación el aire de la ciudad se sentía fresca; no era ni seco ni tan húmedo, era perfecto para ver algo de naturaleza en tan congestionada ciudad.

El cumpleaños de la pequeña niña de nueve años era al día siguiente, aunque a ella no le hacía nada de ilusión en ningún sentido. Siempre la pasaba con su mamá y su mejor amiga Pamela. Para ella su cumpleaños perfecto y feliz sería estar ese día acompañada de su papá que siempre estaba trabajando. Tan solo pensar en ello la niña se entristecía. 

Ella se lamentó que amaneciera tan rápido, frotándose los ojos dirigió su mirada hasta la cortina abierta, según ella lo dejo serrado la noche anterior, no le dio importancia y se alistó para la escuela.

-¡Buenos días, mamá! -grito la niña abrazándola por detrás, sobresaltándola-. Perdón mami, creo que te asuste

La madre de la niña comenzó a reír a carcajadas de su propia reacción haciendo que Alexa también mostrara una risita divertida sosteniendo su vientre para que pudiera aguantar sus ganas de ir al baño. 

-Descuida, mi amor. Ahora ve al baño y no te aguantes las ganas -le guiñó un ojo y Alexa salió disparada de allí 

La madre de Alexa sirvió la comida y espero que su hija volviera para que desayunaran.
Miro a Alexa al parecer esta estaba inquieta por algo, comía, pero estaba golpeando la mesa suavemente con las yemas de sus dedos.

-Hija, ¿te pasa algo?... estas inquieta desde que volviste del baño

-Yo quería preguntarte una cosa mamá -se rascó la nuca un poco nerviosa como si le asustara la respuesta que le daría su madre-. Mañana es mi cumpleaños y... yo... mmm... bueno... quería saber ¿papá estará con nosotras esta vez?

La madre la miro con un gesto de compasión. Pensó un poco que responderle a su hija, tratando de encontrar las palabras adecuadas para calmarla. 

-Pues con certeza no lo sé -el rostro de la niña se afligió por un momento-. Puedes preguntarle cuando llegue del trabajo está noche -el rostro de la niña se animó en ese mismo instante
Alexa solo asintió meneando la cabeza, termino rápidamente su comida. 

El día se pasó rápidamente para Alexa, entre clase y clase. Las materias que llevo ese día no eran muy fuertes, ella se pasó el día suponiendo como disfrutaría su cumpleaños si su papá lo pasaba junto a ella. No recuerda la última vez que él estuvo para ella, es pequeña, pero siente que lo necesita y sola se da cuenta de que su papá solo piensa en cuidar de su legado para ella. 

El timbre de la escuela hace que Alexa suspire de emoción porque solamente significaba una cosa ¡las clases culminaban! No es que sea una niña a la que no le gusta la escuela, pero no deseaba seguir en la escuela por ahora. Salió con Pamela su mejor amiga. 

Pamela ha sido su mejor amiga desde que tiene memoria. Ella ha sido su única compañía todos estos años. Alexa jamás fue sociable, en cambio, Pamela si, ella puede entablar conversación con cualquier otro niño o niña muy fácilmente. Su amiga es muy especial para Alexa. 

La noche se hizo presente muy rápido. Alexa se durmió de tanto esperar a su papá. Le gano el sueño y ya no pudo ver o esperar a que papá llegara para hacerle la gran pregunta. 

*****

-Cumpleaños feliz, te deseamos a ti, cumpleaños felices, te deseamos a ti... -desde lo lejos se oían voces cantando 

Alexa abrió poco a poco los ojos y vio dos personas borrosas en su habitación. Los ojitos de Alexa se humedecieron. Jamás creyó que podía amanecer de esta forma, sus dos padres estaba parados cantándole feliz cumpleaños.

-Feliz cumpleaños, mi princesa. 

-Papá, gracias -Alexa abraza a su papá, pero este vuelve a hablar.

-Vengo a desearte feliz cumpleaños y a despedirme, tengo que viajar, pero no cambies de carita que te lo recompensaré -la niña bajo la mirada y pensó que siempre decía lo mismo-. Lo prometo -abrazo más fuerte y ella acomodó su cabecita en el pecho de su padre acurrucándose. 

Paso más de medio día de que el padre de Alexa salió de Los Ángeles, por más que Alexa deseara desde lo más profundo de su ser pasarlo con su papá no se realizó. 

Mientras tanto el corazón de la madre de Alexa estaba muy inquieto veía una película con su hija y la veía tan tranquila que parecía que nada podía pasar, pero ella no se sentía bien ojalá pasara este sentimiento creyó para sí misma y así no preocupar a su hija. La función acabó. 

Alexa veía por la ventana del auto como las nubes se tornaban grises, observarlas siempre había sido uno de sus pasatiempos preferidos, le gustaba la lluvia cada vez que se aproximaba Alexa sentía que debía meterse en la cama y ponerse a leer. 

Sin embargo, ninguna de las dos se imaginó que esta tormenta sería un anuncio del presagio más desgarrador que una familia puede recibir. 

-¡NO! ¡EL NO PUEDE ESTA MUERTO! ¡MI PADRE NO PUEDE ESTAR MUERTO! -aferrándose a las faldas de su madre Alexa lloraba-. Por favor mami, no es cierto, mi... papá no -su madre solo podía consolarla acariciando su cabello y abrazándola

Después de todo la noticia le cayó como si una espada le traspasara el alma a la madre de Alexa, las vivencias que compartieron los dos y sobre todo las experiencias que Alexa ya no viviría porque ya no tenía a su padre. Su padre había fallecido...

DEL ODIO AL... ¿AMOR? ME NIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora