Capitulo 29

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Camino libremente por el parque, hace ya un tiempo no lo hacía, salí a correr. De repente veo a una niña caerse de la bicicleta, me le acerco.

-¿Estás bien, pequeña?

-Si creo -es una niña pequeña- No, no estoy bien. Me duele aquí. -dice la pequeña mostrando su rodilla. 

-Tienes la rodilla lastimada, ven -la cargo y la siento en uno de los bancos del parque- ¿te duele mucho? -pregunto.

-¡Luna! ¡Cuántas veces te tengo que decir que no converses con extraños -volteo a ver a la persona que grita-. ¿Qué pasó? ¿Por qué tienes la rodilla lastimada? -se acerca a nosotros más rápido.

-No, la regañes, se cayó y además se lastimó la rodilla. -digo mirando a Luna, así es como se llama la pequeña. 

-¿Estás bien, mi amor? -pregunta el hombre acercándose a la niña.

-Con un helado ya no me dolerá nada -muestra una pícara sonrisa-. Podemos invitarle también a la señorita. -dice jalándole el brazo. 

-No te molestes. -digo dirigiéndome al hombre-. Yo la curo y se podrán ir por su helado. 

-No es molestia, nosotros te invitamos. -dice cargando a su hija- Gracias.

-Gracias -sonrió-. Que sea de menta por favor. -agrego.

-Espérenme, voy por los helados. -camina para la heladería.

Luna y yo asentimos, mientras esperamos voy curándole las raspaduras que se hizo, ella me cuenta cosas de su papá y su mamá. 

Pasan los minutos y el padre de la niña aún no llega con los helados, estamos sentados, pero me canso, me paro y al instante siento que me abrazan por detrás. No me alerto por qué sé quién puede ser, miro a Luna y ella mira a quién está abrazándome.

-¿Quién te pidió permiso para poder venir al parque? -pregunta sonriendo. Intento quitar su brazo de mi cintura, pero él no me deja hacerlo.

-Te voy a pedir que, por favor, me sueltes. -finjo una sonrisa porque estamos en frente de Luna.

-Eres mi esposa, te puedo tocar todo lo que yo te quiera. -sigue sin soltarme.

-Hola, soy Luna. -dice sonriéndole la pequeña y además le extiende la mano.

-Soy James -¿Alguna vez podrá ser más cálido? No importa si es con un niño, encima quiere tener hijos- Alexa, nos vamos. -le miro.

-¿Qué tienes? ¿Cómo voy a dejar a Luna sola? -pregunto haciendo caras. 

-Ya viene su padre, podemos irnos. -se va acercando el hombre con tres helados, antes de que James diga algo más, me adelanto.

-Gracias por el helado, pero ya me tengo que ir -digo agarrando el helado- Nos vemos. -digo regresando con James.

-Vamos a jugar en los columpios. -dice alegremente Luna.

-Me tengo que ir nena, no vemos preciosa. -le doy un beso en la mejilla.

Caminamos unos metros hacia delante y James comienza con su caprichito.

-¿Cuánto quisieras ser la madre de esa niña, verdad?- pregunta sarcásticamente.

-Tonto, yo no te reclamo nada -quito su brazo de mi hombro-. Sobre todo cuando esa tal Valentina se te cuelga y ella sí sabe que estás casado. -por qué rayos salió eso de mi boca. 

-¿Celosa? -dice burlonamente.

-¿Yo? Por favor ya quisieras. -contesto sin mirarlo.

-Respondiéndote a los reclamos que te hice, yo solo quiero dejar bien en claro que tú -me señala-. ERES MÍA. -dice firme en su tono de voz, supongo que quiere dejarle bien en claro al hombre, celoso resultó James.

DEL ODIO AL... ¿AMOR? ME NIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora