Capitulo 33

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-Alexa, vamos a la playa. James, también quiero que vengas, quiero tomar fotos de nosotras y todos los primos juntos. -no me deja responder y nos empuja a todos fuera de la habitación-. Por cierto, se los veía muy lindos, ahí abrazados.

Niego por su comentario. 

Cuando estamos en la playa, están todos los primos sacándose fotos, incluidos los recién casados, aunque el semblante de Madison no es muy bueno. Nos llaman para seguir con las fotos, Mathias mira todo el rato a Pamela y ella, bueno, trata de evitarlo.

-Alexa -veo a Madison-. ¿Podemos hablar? -pregunta tímidamente.

-Si, claro -nos alejamos de todos-. ¿De qué quieres hablar? -la miro fijamente expectante.

-Por favor necesito que ustedes tengan primero al hijo de la herencia del abuelo -creo que ya le dijeron la regla para heredar-. Hable por teléfono con el abogado del abuelo y también ya me comunique con el abuelo mismo. Ténganlo primero ustedes. -dice desesperada.

-Yo sé lo que se estipula en ese testamento, pero... -me interrumpe.

-Soy muy joven para tener un hijo, yo no podría -continúa insistiendo-. Y no le digas a Gael que hable de esto contigo, ya sabes cómo es él. -me agarra las manos.

-No te preocupes, no le diré nada -le acaricio las manos-. No sé qué decirte sobre eso, yo aún no estoy embarazada, pero no quiero tenerlo solo para heredar algo material... 

-¡Alexa! -grita- estamos tomando fotos en pareja. -me llama Aurora.

-Voy a... -le digo.

-Sí, no te preocupes, pero piénsalo en tenerlo primero. -niego, luego camino donde está Aurora.

-Quiero tomarles una foto a ti y a James para el recuerdo. -niego con mis manos.

-La verdad es que ya nos... -la voz de James me interrumpe.

-Es una buena idea. -dice guiándome en dirección al mar.

-Excelente, ahora James abrázala por detrás -James hace caso y ella saca la foto-. Quiero que se den un beso y no solo un piquito, quiero un beso de verdad. -¿Qué le pasa a esta chica? ¿No pensará que nos sentimos incómodos? Yo sí me siento mal de que me miren cuando beso a mi esposo.

-Ya tenemos una foto, ahora tenemos que irnos. -trato de evadir la propuesta de Aurora.

-Alexa, será muy rápido. -insiste. 

-Será solo un beso. -me besa sin darme la posibilidad de responder, cierro los ojos apenas sus labios chocan con los míos, hace caso a la orden de Aurora, en vez de quedar inmovilizado de labios, se mueven aún mas de lo que mando Aurora y lo peor es que yo correspondo moviendo mis labios al compás de los suyos, en el transcurso del beso me acuerdo de mi madre y se me sale una lágrima que recorre por mi mejilla, llega a nuestro nuestros labios, se siente un poco salado y húmedo.

-Chicos, ya tomé como 50 fotos, ¿no estaban apurados? -me separo de James, pero hundo mi cabeza en su cuello.

-James, no quiero que me vean así. -le susurró y él asiente.

Muy eficientemente él me oculta para caminar al auto, sigo llorando, creo que ya no me importa que él me vea llorar, eso es en lo que menos pienso ahora.

*****
Llegamos a Los Ángeles, le pido a James que conduzca a la clínica. Él me hace caso y cuando llegamos para la clínica salgo disparada del auto. Entro y me acerco a la enfermera de la recepción.

-Doctora, ¿qué hace aquí tan tarde? -pregunta sorprendida la enfermera.

-Busco a mi madre, Sylvia Jones. Ingreso hoy. -ella cambia de semblante.

-Cuidados intensivos, doctora. -hay que cabeza la mía sabiendo que está tan mal.

Corro, no me importa los zapatos que tenga, corro a cuidados intensivos. Al llegar busco entre todos los pacientes, afuera de cuidados. Cuando la encuentro voy a ponerme lo necesario para entrar.

Entro, ella está dormida, pero la abrazo y comienzo a hablarle. Sacó todo lo que tenía dentro. 

-Mamá, no quiero que me dejes, eres la única que estuvo conmigo cuando mas lo necesité, me criaste sola y sobre todo me criaste muy bien. Aunque estabas en todo el derecho de rehacer tu vida, pero por estar conmigo no lo hiciste. Lo único bueno que me pasó en estos meses en que supe que estabas enferma, es mi trabajo. Por favor, no me dejes sola. -lloro.

-Hija. -escucho la voz de mi madre casi inaudible.

-Mamá, no hables. Ahorra fuerzas. -la abrazo.

-Hija, perdóname por haberte hecho casar por contrato, perdóname por no haber sido capaz de cuidar la empresa -respira-. Hija, trata de vivir bien, no veré a tus hijos, pero sé que los guiarás bien. Trae a James, quiero hablar con él. -sigo llorando, salgo y ahí está James, lo llamo.

-Mi madre quiere hablar contigo -lo dejo entrar y salgo-. Ponte barbijo, bata desechable, cobertor de cabello y entra.

Cuando salgo, voy corriendo al baño de doctores, Pamela me sigue, pero le doy una señal para que no lo haga. Pasan unos minutos. Sigo llorando, no puedo seguir pensando en mi madre, si no, yo voy a terminar también en una cama de hospital. Es tan difícil saber que mi madre está por morir y no poder hacer nada. Como voy a soportar, saber que no volveré a ver a mi mamá.

No puedo seguir ocultando mis sentimientos en este tipo de acontecimiento. Siento que alguien entra. 

-Alexa, tu madre te quiere ver. -habla y de nuevo salgo corriendo para donde está mi madre.

La veo, está con los ojos abiertos, pero cuando yo llego a su vista me observa sin decir ninguna palabra.

-Mamá, perdóname por todos los malos ratos que te hice pasar, aunque no haya sido intencional...-me interrumpe.

-No, de eso no se pide disculpas, hijita, pero aun así te disculpo. Hija cuídate mucho, me iré feliz de aquí sabiendo que te crie muy bien, estoy muy satisfecha de la mujer en la que te has convertido, eres muy dulce y afectiva con quien consideras buena compañía  para ti, sabes con qué amistades juntarte y con quien ser distante y fría, pienso que fue mejor así, eres fuerte... -eso último lo dice como un susurro.

Le pienso responder, pero escucho un pitido, es del electro cardiograma, miro la máquina, sus signos vitales se están cayendo. Me desespero, los ojos de mi madre siguen abiertos, le pido a una de las enfermeras el desfibrilador, cuando me lo trae coloco rápidamente las paletas. Cuento 1. 2 y 3. Le doy la orden de una descarga. 

-Uno mas. -ordeno y nada.

-De nuevo. -vuelvo a ordenar, pero no pasa nada, dejo el desfibrilador, y comienzo con la reanimación con las manos, siento que alguien me jala.

-Alexa, para... ya no sirve de nada -quito las manos de James de mis hombros-. Ven aquí. -pataleo, lucho para zafarme de él, siento que el alma se me va, ya no siento las piernas, ni los brazos. Escucho mi corazón latir al máximo, mi cerebro va a explotar, mi respiración se va apagando y con el último respiro y fuerzas susurro-. Mamá -y de pronto ya no siento nada, también me voy, se nublan mis ojos y ahora todo es oscuro.  

*****

Sufrí escribiendo este capítulo, llorar no está en mi configuración, pero lo sentí en el alma. 

DEL ODIO AL... ¿AMOR? ME NIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora