─ Corazón humano

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ꦿ⏝ Capítulo 007

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ꦿ⏝ Capítulo 007.

—Sasuke, no es eso. No hay nada entre Naruto y yo —bajó su mirada, con pena, el sonrojo de sus mejillas aún no desaparecía del todo—. Es una persona que necesita ayuda, nada más. La verdad es que no tiene a nadie —presionó sus manos contra la esquina de la mesa—. Está durmiendo en la habitación de mi abuela hasta que consiga un lugar. No quiero que pienses otra cosa.

El Uchiha sonrió para tranquilizarla—. Está bien, entiendo. Perdón por preguntar... Parecías un poco tensa, por eso quise saber. Pero aún no respondiste la pregunta más importante, Hina —se acercó a ella—. Quiero saber si estás bien. Eso es lo que me importa —hizo una pausa—. Sé lo que significa... hacer las cosas solo por el bien de los demás. Tu corazón te dice otra cosa... pero en el fondo sabes lo que tienes que hacer —ahora él bajó su mirada—. ¿No te sientes así a veces?

Hinata recordó lo que ocurrió el día anterior, su mirada se llenó de melancolía—. Mmm... —pero no dio respuesta.

—Lo que quiero decir es que si no te sientes cómoda con un extraño en tu casa, quizá pueda quedarse en mi apartamento.

Ella negó con sus manos—. Ah, pero no puedo. Es mi responsabilidad... es como un pariente lejano o algo así ¡No pasa nada —sus palabras tenían tintes de nerviosismo.

—¿Estás segura? Me imagino que puede incomodarte tener a un tipo semi-desnudo dando vueltas por tu casa —aseguró—. A menos que... —su rostro mostró una expresión divertida—. Bueno... te gusten esas cosas ¿Quizás es una nueva táctica para atraer más clientas a la tienda? No sabía que pensabas así, Hina —dijo burlón.

—Pff... —la ojiperla contuvo una carcajada—. Ey, no me des ideas. Voy a sacar mis notas. Podría cambiar el código de vestimenta para los empleados varones... —bromeó también.

El Uchiha revolvió sus cabellos azabaches y ella no pudo evitar reír.

—Ah, esa es la Hinata que conozco —expresó el pelinegro, ella aclaró su garganta, un pequeño sonrojo apareció de nuevo—

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—Ah, esa es la Hinata que conozco —expresó el pelinegro, ella aclaró su garganta, un pequeño sonrojo apareció de nuevo—. Hablando en serio, si hay algo que pueda hacer para ayudar, avísame.

—En realidad... quizá puedas hacer algo por mí ¿Podrías prestarle ropa a Naruto? No sé si te diste cuenta, pero le di esos pantalones cortos que dejaste una vez... espero que no te moleste.

—No hay problema. Tengo mucha ropa de sobra en la casa de mi mamá. Además, aquí entre nos, ese color naranja tan brillante no me gustaba para nada —susurró lo último—. Podría ir ahora mismo a buscarla... Hoy hace un poco de frío. Además, quiero disculparme por confundirlo con un ladrón... saldré por la puerta trasera ¿Está bien?

—¡Muchas gracias, Sasuke! ¡Eres genial! —Hinata asintió, entusiasta.

—Nos vemos en un rato.

—Nos vemos...

Se despidieron con la mano. Cuando el Uchiha cerró la puerta tras de si, ambos se apoyaron en la misma desde diferentes lados, pensando "Hice lo correcto... ¿No?"

Después de unos segundos, Hinata se dirigía hacia al centro de la tienda "Me pregunto si Sasuke me cree realmente" rascó su cabeza con pesadez "Es increíble que recuerde todas las cosas a las que les puse 'Naruto'... Ah..." soltó un suspiro.

Una vez en el lugar, Hinata notó que Naruto estaba sentado encima del mostrador, con una cámara entre sus manos. Se miraron con seriedad.

—Abajo —ordenó Hinata, haciendo un además.

—Ufff, está bien —el rubio obedeció—. Mandona... —musitó, encargándose de que la chica no lo escuchara decir eso último—. ¿Qué pasó con tu novio?

—Sasuke no es mi novio. Fue a buscar algo de ropa para darte —explicó.

—...Pero es él quien te rompió el corazón ¿No? —afirmó el ojiazul.

—Ya te dije que no me rompió el corazón —repitió, ya se había cansado de decirlo.

—¿Qué sentido tiene negarlo? Es tan evidente... ¿No te das cuenta? Tu corazón... está brillando muchísimo en este momento —Naruto desde su punto de vista, observaba un brillante color azul destellando en el pecho de la Hyuga.

Ella se mostró muy confundida, llevó una de sus manos a su pecho—  ¿Brillando? —no entendía.

—No puedes verlo ¿Eh? Ay, por favor... debes ser la sirena más inútil que haya existido.

—¡Es que soy humana, no soy una sirena! —exclamó la ojiperla con obviedad.

—Eso es verdad. Las sirenas no tienen corazones que brillen como los seres humanos. En ese caso eres la sirena más rara que haya existido —corrigió, encongiéndose de hombros, para luego adoptar una pose menos burlona—. La capacidad de ver los corazones humanos. Es lo que nos permite buscar a los que tienen el corazón roto —le explicó—. Cuanto más brillo y fuerza tenga la luz que emana, mayor es la pena de ese corazón roto —un destello azulino rodeó sus ojos mientras hablaba—. Tienes un corazón humano, pero también eres en parte una sirena. No entiendo qué pasa contigo, uf —analizó, Hinata lo miró estóica—. En fin... ¿Le contaste todo? —apoyó sus manos en el mostrador, de espaldas.

—¿Si le dije la verdad...? —el contrario asintió—. ¿Cómo voy a hacer eso? Nadie me creería. Pero me duele mentirle así... debe pensar que estoy ocultando algo.

—¿Acaso no le has mentido siempre? ¿Qué diferencia hay? —cuestionó Naruto.

—¿...Perdón?

—Que gracioso. Ayer no parabas de repetir que querías mantener la vida que llevabas. Pensé que sería interesante analizar si era una vida tan genial como decías. Que desilusión. Tienes una vida tan previsible, tan común... patética, la verdad. Estoy seguro de que ni siquiera le dijiste que estás enamorada de él —Hinata lo miró intrigada, el ligero rojo de sus mejillas solo mostraba que él había logrado leerla por completo.

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Sasuke se encontraba revolviendo su armario, seleccionando las prendas que le llevaría al "chico de ultramar" que ahora vivía en la casa de Hinata.

Miró toda la ropa tendida en la cama, muchas eran de los días en los que fue voluntario como salvavidas.

"Debería llevarle ropa más linda para disculparme por haberlo tacleado así..." meditó "Sobretodo ahora que sé que lo asaltaron..." fue de nuevo a su armario "Tenía algunas cosas de marca por aquí... A ver..." buscó con más empeño.

—Ah, sí —expresó cuando encontró lo que buscaba.

La puerta de su antigua habitación crujió, alguien había entrado.

—¿Sasuke? ¿Qué estás haciendo? —preguntó un pequeño niño pelinegro, parecía que había despertado hace poco.

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𝐄𝐋 𝐋𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐈𝐑𝐄𝐍𝐀

El lamento de la sirena [ NaruHinaSasu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora