─ Algo especial

194 31 0
                                    

ꦿ⏝ Capítulo 003

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


ꦿ⏝ Capítulo 003.

El impacto repentino de la caída había llevado a Hinata hasta una considerable profundidad en el océano. Las esperanzas de salir de aquel lugar eran muy bajas.

Aún arrastrada por la fuerza del agua hacia el fondo, ella trató —en vano— de usar sus brazos para aferrarse a su vida.

¿Aferrarse a qué? Si por más que los alzaba con todas sus fuerzas y cerrara sus manos para sostenerse, lo único que sentía era el agua helada, la superficie estaba ya muy lejos. Sus movimientos eran torpes, se sentía presionada.

"Inalcanzable..." pensó "Aunque lo intento, siempre es inalcanzable" No pudo hacer más que fijar su mirada apagada hasta el único punto en el que la luna iluminaba el oscuro mar, más arriba de donde se encontraba ella. Lo demás que la rodeaba era solo una total oscuridad.

Pronto sintió que se desvanecía, sus fuerzas desparecían, sus ojos se nublaban.

Gracias a su mente, Hinata se vio envuelta en unos recuerdos del pasado. ¿Su vida iba a pasar frente a sus ojos ahora que se encontraba cerca de su lecho de muerte?

Como una suave sensación, sintió como si unas delicadas y hermosas flores blancas la guiaran hasta esas épocas.

«Era una tarde en la que el cielo comenzaba a mostrar un naranja no muy intenso, y una ligera brisa se hacía presente.

Justamente acababa de salir de clases.

—¡¡Hinaaa!! ¡Ey, Hina! —una conocida voz femenina la llamó, y ella volteó en su dirección—. ¡Adivina quién entró al equipo de Lacrosse! —exclamó Hanabi con gran entusiasmo mientras mantenía entre sus brazos un lacrosse stick.

¡Wow, que bueno! ¡Sabía que podrías hacerlo! —habló la ojiperla en respuesta, mostrando genuina alegría—. Estoy orgullosa de ti ¡Felicidades! —acarició su cabeza con una mano.

—¡Je, je, je! Gracias, amiga —la castaña guiñó un ojo con diversión—. Lo único malo... es que tengo que entrenar después de la escuela, así que ya no vamos a poder volver juntas. Que mal... —Hanabi habló inflando los cachetes, apegó el lacrosse stick a su mentón y soltó un suspiro.

Hinata le regaló una sonrisa con los ojos cerrados, para que se tranquilice—. Está bien, pero aún podemos estudiar juntas después de tus entrenamientos —propuso.

—¿Lo prometes?

—¡Lo prometo!

Ambas sonrieron en grande mientras picaban sus mejillas con diversión.

—¡Genial, porque estoy a punto de reprobar álgebra! —indicó la de ojos claros. Aunque era hermana de Sasuke, ella había heredado rasgos más parecidos a los de su abuela materna.

—Hanabi... —la azabache le pellizcó una mejilla a modo de juego, como pequeña reprimenda. Siempre le decía que ponga más empeño en sus clases y no lo hacía.

El lamento de la sirena [ NaruHinaSasu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora