El lamento de la sirena [ NaruHinaSasu ]

─ Compasión

ꦿ⏝ Capítulo 010.

"Sakura tiene el corazón roto... Y además ¿Sale con Sasuke por despecho...?" se cuestionó Hinata mentalmente luego de escuchar al rubio.

—¿Estás seguro? Quizás estes equivocado.

—Sé lo que digo.

—Espera... ayer Sakura no pudo conseguir el empleo que tanto quería ¿Será por eso que tiene el corazón roto? —ella intentó buscar alguna otra explicación.

—No, eso no cuenta. Solo alguien alguien que amas de verdad puede romperte el corazón —afirmó el ojiazul.

—Pero... ¿Siempre que un corazón brilla es por una pena de amor? —posó sus ojos perlados en él.

El contrario no pudo responder esa pregunta, a su mente llegaron los recuerdos en la vez en la que el corazón de la Hyuga brilló fuertemente en un cálido color amarillo, diferente al que emanaba un corazón envuelto en pena—. ...Los sirenos solo buscamos corazones rotos —desvió un poco el tema—. ¿De qué nos serviría que brillaran por otro motivo? Además, no estás prestando atención a lo importante, Hime. ¿Es que no te das cuenta? —la azabache le regaló una mirada curiosa—. Esa chica... es nuestra oportunidad para librarnos de la maldición.

—...¿Qué? —musitó la Hyuga, impactada, sin entender a lo que se refería el rubio.

—Piénsalo. Nosotros compartimos la maldición —el chico movió sus manos mientras hablaba para explicar—. Si logramos que pase a otra persona, quizá podamos liberarnos. Y si la convertimos en sirena, podrás tener a tu enamorado para ti sola ¡Es el plan perfecto! —exclamó con una expresión de victoria—. Solo tengo que pensar cómo llevarla al mar y besarla... ¡Y problema resuelto! ¡Soy un genio!

—¿Qué? ¡No! ¡Ni se te ocurra! —dijo Hinata después de lo dicho, le parecía una completa locura.

—¿Por qué no? —Naruto puso una mano en su mentón, pensativo—. ¿Entonces quieres besarla TÚ? Hmm, eso también funcionaría —asintió repetidamente—. Además, sería muy sexy. Me gusta —murmuró para si, imaginándose la escena.

—¡Ninguno de los dos va a besarla! —la ojiperla alzó la voz, avergonzada.

—¿Pero no es lo único que se interpone para que seas feliz? ¿Vas a dejar que ella use al chico que te gusta?

—No... eso estaría mal. No sabemos si es verdad. Tampoco sabemos por qué sufre o qué le pasó —meditó la chica.

El rostro del rubio trazó una mueca—. Lo siento "doña bondad", pero así funciona la maldición: Una vida por otra. Si sientes pena por todo el mundo, vas a ser una pobre sirena para siempre.

—¡Me niego! Quizá... quizá nos falta saber más sobre la maldición —estableció la Hyuga—. ¿Y si hay alguna otra forma de romperla?

—¿Por qué tienes que arruinar mis planes con tu "bondad"?