El lamento de la sirena [ NaruHinaSasu ]

─ Duelo

ꦿ⏝ Capítulo 009.

Había pasado aproximadamente una hora desde que el Uchiha había ido en busca de ropa.

"Desde anoche, todo pareció irreal hasta ahora" pensó Hinata "pero la vida sigue su curso. Hay tareas que hacer, y trabajo pendiente"

Trenzó sus cabellos azabache, ató su mandil al rededor de su cintura, arremangó su camiseta y alistó todo para cuidar de la floristería como se debe.

Abrió el cuadernillo en el que tomaba notas para organizarse—. Hmm, debería sacar las espinas de las rosas primero... y cuando termine, puedo llamar a la tienda para pedir más lazos... —habló consigo misma.

—Ya volví.

—Hola, Sasuke. ¿Cómo estas? —saludó la ojiperla con una sonrisa.

—Traje todo lo que pensé que le podía quedar bien a tu amigo. Espero que esto le sirva por ahora —el pelinegro levantó un brazo en el que cargaba una maleta llena de ropa—. También pensé que podría necesitar-

—Eh —Naruto apareció a sus espaldas, interrumpiéndolo.

Sasuke se asustó, y por reflejó se alejó lo más rapido que pudo mientras se le escapaba una grosería de la boca.

Naruto lo miró con extrañeza, él solo se mantuvo rascando su estómago.

—No te había visto —le dijo el de ojos negros—. Me asusté por un segundo —habló por lo bajo—. Ey, em... quería disculparme por lo que pasó antes.

Al rubio no pareció importarle mucho lo que el otro dijera—. ¿Eso es para mí? —señaló la maleta que cargaba el Uchiha.

—¿Eh? Ahh... Sí, sí.

—¿Y qué esperas? Dámelo.

Hinata, quien los miraba no tan lejos de donde ella se encontraba, pensó "Se llevan mejor de lo que esperaba. Al menos Naruto actúa civilizadamente... o casi"

Se acercó a ellos al momento en el que Naruto tomó la maleta—. Muchas gracias por ocuparte de esto, Sasuke, en serio ¡De verdad lo valoro! —mencionó para ocultar la imprudencia del ojiazul.

—Sí, bueno, no hay problema. Es solo ropa, Hina —respondió el pelinegro.

—Y... ¿Qué es eso? —la chica notó que él llevaba algo más consigo.

—Ah, es el uniforme de mi trabajo. Pasé a buscarlo por la tintorería.

—¡Ah, claro! Hoy tienes el turno temprano en el muelle —expresó la Hyuga efusivamente.

"Es tan amable cuando él está cerca. No creo que la haya visto enojada..." pensó el rubio con un tic en el ojo cuando los observó hablando.

—Pero, Sasuke... ¿No tienes que estar ahí en diez minutos? —Hinata miró su reloj de mano.