Hojas de la arena

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-Continuamos-

-Narra Narrador omnisciente-

-Aldea de orcas-

Eso fue más difícil de lo que esperaba.- Fue lo que dijo Issei mientras salía de su celda, dejando detrás suyo a una satisfecha orca; la cual estaba tumbada en el piso y respiraba fuertemente.

¡Ayúdame!/¡Sácame de aquí!/¡Llévame contigo!- Eran algunos de los gritos que Issei escuchaba mientras buscaba la salida del lugar, pero que el simplemente ignoró.

¿Puedo saber por que ignoras a todos esos hombres que te piden ayuda?- Fue la pregunta mental que le hizo Helmet, pues era raro que Issei no ayudara a alguien en problemas.

Necesito primero salir de aquí y lograr hablar con la jefa de la aldea. Si los libero ahora, solo me complicaran las cosas y puede que todos vuelvan a ser capturados.- Finalmente Issei había llegado a la salida y se fue de ahí. Pero, para su mala suerte, apenas pudo recorrer unos metros antes de que un gran batallón de orcas lo rodearan.

Issei hizo aparecer sus dos espadas y se preparo para pelear, aunque sabía que sería inútil por la gran diferencia numérica. Pero justo antes de que una encarnizada batalla tuviera lugar, una poderosa voz hizo acto de presencia.

¡Mis guerreras, deténganse!- A lo lejos, una imponente sombra de dos metros y medio fue la causante de aquel grito que detuvo a todas las demás orcas. La sombra dio un poderoso salto desde su posición y al caer, ya estaba enfrente de Issei.

¿Cómo fue que escapaste?- Issei escuchó la pregunta, pero su mente estaba en blanco para responder, pues enfrente de él estaba una belleza de piel verde, con pechos copa E y un trasero bien formado y que se veía increíble. La orca tenía un físico bien trabajado y un hermoso cabello azul rizado.

La orca se mostró molesta al ver que el humano no le respondía, pero al ver salir apresuradamente a una de las suyas de las celdas y verla arreglando su vestuario lo más rápido que podía, entendió más o menos que había pasado.

Es increíble que hayas podido satisfacer a una de nosotras sin tener coito con ella.- Issei finalmente salió de su trance causado por la hermosa mujer enfrente de él.

¿Cómo sabes qué no hubo coito?- Issei comenzó a buscar a sus alrededores una forma de escapar y tal vez llegar con la reina o jefa de este lugar.

Ella no huele a ti, por lo que es obvio que no hubo nada.- Issei quedo impresionado por lo que había dicho la orca, pero mantuvo su expresión sería.

Miren, solo quiero hablar con su jefa y lamentablemente para ustedes, yo no pienso volverme un juguete sexual.- Issei volvió a ponerse en posición de combate.

Pues eso has estado haciendo mocoso.- Issei al oír eso, relajó completamente su postura y saco de entre sus ropas una punta de flecha hecha de diamante.

¿Conoces a Dextra?- La jefa de la tribu pregunto mientras le quitaba la punta de flecha a Issei y veía esta con interés.

Si, mi nombre es Hyodou Issei y estuve buscando su pueblo para aprender su estilo de dos espadas.- Algunas de las orcas que se habían mantenido al margen, comenzaron a protestar de la osadía de Issei y muchas ya estaban preparadas para asesinar al chico, pero toda esa ira se esfumo con un simple movimiento de la mano de su jefa.

Si Dextra te envió, supongo que es porque confía en ti y piensa que eres digno de aprender nuestro arte. Además de que necesitas el arte por alguna razón.- Issei hizo desaparecer sus dos espadas y se relajó completamente.

Pero eso no significa que te lo vaya a enseñar solo por eso. Primero, tengo que ver que seas digno.- Dicho eso, la jefa comenzó a pedirle a sus súbditas que prepararán unas cosas para las pruebas que Issei debía dar para mostrar ser digno.

"Necesito una oportunidad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora