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↳ Sábado 27 de Noviembre

↳ Narrador Omnisciente

Kai salió lo más rápido que pudo de la casa Sendo y corrió hasta la suya con cuidado de no hacer daño a su gatita al correr tanto. Está algo preocupado por el estado de su amigo que no ve hace años, sabe cómo es Nahoya y teme que le haga algo.

— ¡Llegue! –Se dijo para sí mismo al ver su casa cerca, rápido fue hasta la puerta y la abrió bajando a Acua al piso– ¿Hola? –Habló para ver si alguien está aunque sea despierto–.

— ¡Kai! –Un Raikou baja rápidamente las escaleras de la casa para correr hacia el Kawata menor y esconderse en su espalda– ¡Tu hermano me quiere matar! –Habló con la voz algo agitada de tanto correr–.

Sip, un Nahoya bajo las escaleras rápidamente y paro su paso al ver a su hermanito parado y siendo usado como escudo humano por Raikou. Quién sabe cómo hizo el pelinegro para correr más rápido que Smiley, el miedo supongo.

— Nahoya, este es un buen y mal momento para hablarte de mi querido amigo, Raikou –Kai saco de su espalda al ojirojo y lo posicionó en frente del pelidurazno– tiene dieciocho años, odia a Kurose, lo conozco desde que tenemos cinco años al igual que Souya y básicamente no mata ni una mosca.

— ¿Por qué recién ahora me entero? –Smiley se cruzo de brazos y saco esa tipica sonrisa suya de su rostro, no encuentra lógico esto–.

Sí, tal vez Kai exagero un poquito la edad que tenían cuando se conocieron.

— Eeh, porque sabíamos que lo odiarias –Sonó más pregunta que afirmación– tú miralo, es totalmente inocente –Agarro las mejillas de Raikou y las apretó un poquito–.

Lo que Kai no espero era que Nahoya se tomara eso literal y abriera sus ojos para examinar de pies a cabeza al Utagawa menor. Este último sintió una corriente eléctrica pasar por todo su cuerpo al ver esos ojos color durazno, es la misma sensación que sintió cuando sus ojos chocaron por primera vez con los de Souya.

— Puede quedarse –Dijo sin más, como si fuera el dueño de la casa aprobó al pelinegro, desviando su mirada con el ceño fruncido– y quiero hablar contigo, Kai –Se dirigió a su hermano con el mismo semblante–.

¿Qué están viendo los ojitos de Kai? ¡Su hermano ahora es literalmente el gemelo de Souya!, con sus ojos abiertos y el ceño fruncido, Smiley no muestra está faceta a personas que recién conoce todos los días.

— Ok, Raikou esperame en mi habitación –Soltó las mejillas de su amigo y lo dejó irse libremente al lugar mencionado– ¿Pasa algo? –Miro a su hermano mayor con una leve sonrisa–.

Se sorprende de que Nahoya muestre su verdadera forma de ser ante alguien que acaba de conocer. Vuelvo a repetirlo.

— ¿Podemos salir está tarde, juntos? –Smiley miro a su hermanito sacando ese rostro fruncido a uno más neutro– Souya me dijo que será bueno para nosotros –Recuerda las palabras de su gemelo–.

A Kai le dieron esas ganas repentinas que le dan a veces de abrazar a alguien. ¿Smiley es una opción? Sí, ¿Lo abrazara? No.

— Claro –Sonrió y rápidamente se fue con Souya que vio pasar detrás de Nahoya y lo abrazo fuertemente, escondiendo su rostro en el cuello ajeno–.

Eso sorprendió al peliceleste que no vio venir a su hermano menor, también sorprendido por la fuerza que este usa para abrazarlo.

— ¿Estás bien? –Angry se preocupo por Kai, algo le dice que este no está al cien por siento hoy, aún así, aceptando el abrazo acariciando la espalda y cabello ajeno–.

— Tengo un lío de cosas en mi cabeza –Contestó a la pregunta ajena en voz baja– solo quiero abrazarte –Dice aferrándose aún más a su hermano–.

Angry entiende lo que dice, ya sabe como lidiar con estos cambios de humor y actitud de su hermanito.

— Está bien, anda con Raikou, preparé algo para que desayunen –Separa un poco el rostro de Kai para mirarlo con una sonrisa– si necesitas algo, aquí estoy.

Kai sonrió, agradecido de tener a alguien como Souya de hermano, alguien que puede soportar sus cambios repentinos de actitud y muchas cosas más.

— Ok –Sonrió y se separó de Souya para irse en dirección al segundo piso donde está Raikou en su habitación, seguramente con Acua– ¿Raikou? –Pregunto entrando al cuarto–.

— ¡Kai! Te extrañe mucho –Raikou bajo de la cama del falso albino y se abalanzó sobre él en un abrazo– con eso de tu hermano no pude saludarte bien antes –Realmente extrañaba mucho a su mejor amigo–.

— Yo también te extrañe mucho –Respondió Kai correspondiendo el abrazo de su amigo– hay muchas que contar –Se separó del cuerpo ajeno para mirar la cara del pelinegro–.

— Sí, muchas –Miro a su amigo de igual forma, ordenando un poco las ideas de lo que tiene para decir– y. . . ¿Jiro? –Fue lo primero que pregunto–.

Mala pregunta, Kai sabe que no puede ocultar nada a Raikou así que suspiro listo para una larga charla.

((•••))

Y hablando del Rey de Roma, nuestro querido, no tan querido, Jiro camina de forma nerviosa por las calles de Tokyo, mirando para todos lados constantemente. Su miedo de encontrarse con esa persona lo tiene aterrado y no puede salir de su casa tranquilamente.

— ¡Jiro! –Escucho como una voz animada lo llama delante suyo, antes de que unos brazos lo rodeen fuertemente– no te he visto hace mucho –Es Mikey, con un puchero en su rostro–.

Se asustó al principio, lo admite.

— A-ah, hola Mikey –Suspiro al ver quién es– estuve un poco ocupado estos días, lo siento –Se disculpó apenado, pasando su mano por su nuca y sin poder mirar al mayor–.

Eso molesto a Manjiro, ¿Por qué no lo mira?.

— ¡Jirooo! ¿Qué te pasa? –Agarro por las mejillas al pelirrojo para que lo mire a la cara, con el ceño fruncido– estás raro –Parece un niño de ocho años–.

Jiro se sorprendió por la cercanía del contrario, no pudo evitar ponerse un poco rojo.

— N-No es nada –Como pudo alejo al Sano de él, estar tan cerca suyo y que alguien los pueda ver le pone los pelos de punta–.

Draken, quien mira todo a unos cuatro pasos de los chicos, se extraño. Jiro no parece ser el típico chico enérgico y valiente que conoció cuando se unió a la ToMan. Al contrario, ya no se lo ve con Kai, parece desanimado y que algo lo asusta y lo tiene nervioso.

— Mm, vamos a comer doroyakis –Afirmó Mikey y agarro la mano del de ojos rojos y lo arrastró a su moto junto a Draken– sube –Prácticamente le ordenó que se suba detrás de él en su moto–.

Jiro sin más opción hizo caso a lo que Mikey le dijo. Se subió a la moto y abrazo al mayor apoyando su cabeza cerca del cuello ajeno. Pensando en todo lo que pasó últimamente en su vida.

¿Qué harán con él cuando se enteren?, ¿Lograrán entender su situación? No es su culpa. . . Todo es culpa de Kurose.

ᴛʜᴇ ʙʀᴏᴛʜᴇʀ ᴏꜰ ᴛʜᴇ ᴋᴀᴡᴀᴛᴀ •ᴛᴏᴋyᴏ ʀᴇᴠᴇɴɢᴇʀꜱ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora