El primer mes fue verdaderamente difícil. Hablar con un desconocido de las preocupaciones y problemas que lo venían siguiendo desde que tenía memoria era incomodo. Le tranquilizaba saber que al final de cada sesión Yoongi lo esperaba en el auto. Al terminar irían al departamento de cualquiera de los dos, cenarían y dormirían juntos, era la mejor parte del día. Así pasaron dos meses más.
—¿Qué tal comida italiana? —pregunto Yoongi sin despegar la vista de la avenida.
—Suena bien. Hace como tres días que no comemos comida italiana —se burló Taehyung.
Yoongi hizo un puchero de reproche. Amaba la comida italiana y Taehyung últimamente le contaba los días en que el omega se pudiera resistir a no comerla solo para molestarlo.
—Puede ser otra cosa si quieres.
Taehyung sabía que Yoongi no quería otra cosa.
—Está bien, lo digo enserio. Creo que me estas volviendo también en un adicto a la comida italiana —rio el alfa haciendo sonreír al omega.
Ambos bajaron del auto cuando llegaron al departamento del alfa. Taehyung rodeo el auto para poder abrazar a Yoongi. Lo apretujo entre sus brazos dándole besos en el rostro, le gustaba borrar el semblante gruñón que Yoongi fingía tener cuando estaba con él. Las discusiones habían disminuido un poco, aunque le costaba abrirse lo hizo desde el principio porque de verdad quería sanar. Tenía un largo camino por recorrer y lo haría.
La besos y abrazos del alfa hacían que la risa del omega no cesara, resonaba en el elevador logrando que dos lobos saltaran de emoción de un lado a otro. Bajaron en el piso correcto, Taehyung se paró en seco al instante de haber salido el ascensor.
—Papá. Mamá ¿Que hacen aquí? —Taehyung se acercó a ellos. Dejo de abrazar al omega, en cambio le rodeo la cintura con un solo brazo.
—Venimos a visitar a nuestro hijo y conocer a su novio —señalo la madre con obviedad.
—Soy Min Yoongi —saludo cortésmente y sin saber cómo interpretar el rostro de Taehyung.
El alfa estaba serio y casi parecía culpable. Yoongi no sabia cual era la razón por la que aún no conocía a los padres del alfa, se preguntó si fueron los temores de Taehyung. Se pregunto si no lo quería presentar porque pensaba que no duraría.
—Es un gusto conocerte Yoongi —saludo el padre del alfa, sonrió y definitivamente era Taehyung con más edad.
—¿Qué tal si Taehyung nos prepara un café o te? lo que prefieras —ofreció la madre al ver que su hijo no se movía.
—Bueno yo debo ir a mi departamento que está a lado —las manos de Yoongi se movían intranquilas como casi nunca pasaba, Taehyung noto que eso no pasaba.
—Está bien Yoongi —Taehyung tomo una manos del omega, la entrelazo con la de el —vayamos adentro.
La pareja mayor siguió a la más joven. Tomaron asiento mientras el dueño del departamento fue a preparar las bebidas. Los padres de Taehyung se percataron de como Yoongi en cuanto entro al departamento ordeno el lugar como si este fuera suyo. La pareja se miró con complicidad al saber lo que pasaba. Yoongi regreso de guardar un par de prendas que esa mañana dejo en el sofa mientras decidía que ponerse.
—Antes que nada, déjame decirte que soy gran admiradora de tu trabajo —hablo la mujer en cuanto el omega se sentó —Tae no paraba de hablar de M.Y y Min-ho nunca, era su obsesión y cuando vi la colección que crearon ustedes dos juntos quede maravillada. Gracias a ti nuestro hijo pudo cumplir su sueño imposible.
—Es que ese es el problema, creemos que existen sueños imposibles, sin embargo, ninguno lo es, incluso en el que parece más imposible que todos hay una pequeñísima oportunidad que lo hace alcanzable —comento con tranquilidad.
Taehyung se acercó con las bebidas. le entrego una a cada uno.
—Tienes razón Yoongi. Me agradas —alago el padre del alfa.
Yoongi sonrió apenado. Justo se daba cuenta del miedo que tenía por no caerle bien a los padres de Taehyung. Ese miedo se esfumó con un par de palabras compartidas.
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𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓝𝓮𝓰𝓪𝓭𝓸 ~ [ 𝓣𝓪𝓮𝓰𝓲 ]
FanficSi a Yoongi le hubieran dicho que sería un omega, los hubiera pateado y... ¡Oh! esperen, si se lo dijeron y los pateo. Por más que Yoongi negara desde pequeño que sería un omega, la adolescencia le dio un golpe en la cara diciéndole lo contrario. Po...