XVI

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Corrí de inmediato al lado de Sasuke y me arrodillé junto a él sin decir nada, no podía decir nada porque sé que nada que pudiera decir le podría dar consuelo.

Lo abracé con fuerza mientras las lágrimas ya se deslizaban por mi rostro, debía permanecer fuerte por él, debía ser fuerte por él y para él me repetía una y otra vez.

La respiración de Sasuke fue calmándose poco a poco sin embargo era incapaz de soltarlo, acaricie su cabello hasta que estuvo completamente sereno.

-Ella ya no está – dijo Sasuke en un susurro –

Observé su rostro de perfil entre mis piernas, se veía tan pequeño, tan frágil.

-Ya no está más sufriendo – dije intentando darle un poco de consuelo – pero estoy segura que nunca te dejará –

Sasuke se acomodó entre mis piernas y dejó su cabeza muy cerca de mi vientre y fue cuando entonces sucedió.

-Joder- dije por la impresión –

Sasuke se levantó y tan sorprendido como yo me observó.

-¿Fue el cacahuate? –

Asentí con mis manos en mi boca, volví a sentir otro movimiento en mi interior y tomé la mano de Sasuke rápidamente para que lo sintiera también.

Sasuke volvió a cubrir su rostro con sus manos y me observó.

-Sakura...gracias por todo –

Itachi se encargó de todo lo que fue el funeral de Mikoto, allí estuvieron cercanos y amigos de la familia Uchiha acompañando en todo momento.

Naruto estuvo allí de forma incondicional junto a Sasuke, al igual que Temari y Shikamaru quienes eran sus amigos más cercanos.

 Mis padres y miembros de la empresa en donde trabajaba Sasuke e Itachi también estuvieron presentes para acompañarlos, fue sin duda agotador pero a la vez lleno de paz al saber que Mikoto ya no estaba sintiendo más dolor.

Sasuke se ausentó algunos días del trabajo para estar junto con su padre e Itachi, ahora solo se tenían entre ellos y era importante que sus lazos se fortalecieran aún más.

La puerta del apartamento se abrió, era Sasuke quien había vuelto. Yo me encontraba sentada en el sofá en pijama con mi computadora.

-¿Qué haces? – dijo Sasuke sentándose a mi lado –

Le enseñe lo que estaba viendo...ropa de bebe rosa.

-Pensaba en comprar cosas para la bebé, debemos decorar su habitación...pienso que podría ocupar la que era la habitación de Ino –

-No te apresures, ya veremos que hacer – dijo Sasuke pensativo mientras miraba la pantalla del computador - me llamó tu padre hoy, dice que necesita conversar conmigo esta semana –

-¿Es en serio? – Dije preocupada - ¿sobre qué? –

-¿No lo sabes? – Dijo Sasuke confundido – Es sobre un posible ascenso en la empresa –

Deje mi computadora a un lado y lo abracé

-¡Es genial! – Dije observándolo – pero no, no lo sabía, no he hablado con mis padres sobre ti laboralmente desde lo de Corea y en el funeral de Mikoto pues estuvieron consolándome así que no pude haberlo sabido –

Sasuke no dijo nada, así que tomé su mano.

-Sé que no te gusta que me entrometa en cosas de tu trabajo, evito hacerlo la mayoría de las veces, pero ahora te juro que no tengo que ver en nada de lo que este tramando mi padre, si te dieran ese ascenso será por ti, nada ni nadie más que por ti –

Sasuke me dio una media sonrisa y se acercó para darme un beso.

Volví al trabajo a los pocos días y por supuesto, Ino estaba esperándome con su caja de donas habitualmente en mi oficina.

-No puede ser, tienes 21 semanas y no se te nota para nada que estás embarazada, yo ya parecía una vaca –

Su comentario me hizo reír pero tenía razón, mi barriga era pequeñísima, parecía en realidad que había engordado unos 5 kilos a que estaba embarazada.

Ella fue a su oficina para atender a sus pacientes y yo hice lo mismo, cuando termine con todas las citas de hoy busqué en mi bolso algo que había guardado allí desde hace días...la tarjeta de Sasori.

Marqué temblorosa su número celular.

-¿Sí? – escuché su voz al otro lado de la línea –

-Habla Sakura – dije intentando mantener la calma –

-Oh – escuche al otro lado de la línea – Lo siento, no esperaba que llamaras –

-Yo...yo no sé qué tengas para decirme después de todos estos años pero lo he pensado y creo que podría ser buena idea escuchar lo que tengas que decir –

-Joder, no esperaba esto, en serio, gracias –

-Pero será bajo mis condiciones, debe ser un lugar público...lo siento Sasori pero es la única forma en la que pueda acceder a tener una reunión contigo–

-Claro ¿sigue funcionando la cafetería frente a la biblioteca? –

Sonreí y negué con mi cabeza...de todos los lugares que existen en el mundo ¿tenía que escoger ese? Él nunca supo que yo trabajaba allí de todos modos, debe ser una coincidencia, además han pasado tantos años.

-Que sea allí la próxima semana a las 6 de la tarde– dije nerviosa –

-Perfecto, nos vemos – dijo Sasori antes de colgar la llamada –

¿Qué diablos acabo de hacer? 

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Fingiendo ser plebeya  P.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora