Al parecer no era la única chica que venía a los entrenamientos de los chicos, pues al llegar a las canchas lo primero que visualizo fue un grupo de chicos trotando alrededor de la pista, luego su vista se dirigió a las gradas donde también había otro grupo, esta vez de chicas. Intento ver más allá intentando reconocer alguna y por suerte para ella sólo eran cuatro chicas nada relevantes, posiblemente familiares o novias de algunos de los chicos.
Se sonrojo ante ese pensamiento, comenzando a aumentar su paso hasta llegar a la banca donde estuvo la otra vez, en el partido de Henry, supuso que ese era el lugar especial, pues este se encontraba a tan sólo tres metros de la pista.
Henry, quien trotaba en un ritmo moderando, se detuvo al verla, saludándola con un movimiento en mano, interrumpió su recorrido para llegar con ella. Él traía puesto el uniforme del equipo, que era rojo con negro, calcetas blancas y tenis.
—Hola Tere—ambos sonrieron en ese instante. Él se acercó besar su mejilla derecha y en ese momento Teresa quedo estática.
—Ho-hola Henry—se levantó de su lugar.
—Me alegra que ya hayas llegado, ¿viste mis mensajes?
—Sí claro, no te preocupes por eso—sonrió es respuesta.
—Bien, yo termino a las dos cincuenta, así que ponte cómoda—también sonrió y se despidió de ella comenzando a trotar con los otros chicos.
Teresa volvió a sentarse, colocándose sus audífonos y observando los siguientes movimientos que hacían los chicos. Claro que esa paz que había logrado durante diez minutos se interrumpió por unos segundos cuando una de las chicas que estaban en el otro lado se le acerco a preguntarle algo.
—¿Eres novia de Henry?
Quisiera,pensó Teresa—. Mm.... no sólo somos amigos—sonrió un poco incómoda. La chicaasintió en respuesta y se fue de vuelta con sus amigas. Después de eso no hubomás interrupciones.
Durante todo el entrenamiento, Henry reflejo mucha determinación, confianza y liderazgo, ahora entendía porque siempre era capitán, pero aún no había visto a Gideon, por lo que era una suposición.
Después de entrenar Henry, junto con los otros chicos, se dirigieron a los vestidores a cambiarse de ropa y asearse. Antes de irse él le hizo una seña a Teresa de que lo esperará en su lugar por lo que ella sólo asintió en respuesta.
Pasaron aproximadamente veinte minutos, ella seguía en su mundo, escuchando música y observando el cielo. Para ser las casi las tres de la tarde estaba muy brillante el sol.
Fue inoportuno cuando su vista se volvió oscura y una pequeña risa se escuchó de fondo. Ella también sonrió cuando las manos se quitaron. Retiró sus audífonos y volteó a ver a Henry.
—Hey, ¿lista para irnos?
—Por supuesto—tomó sus cosas y ambos comenzaron a caminar hacia la salida de la escuela.
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Trust You
Romance¿Qué tanta confianza tienes contigo mismo?, ¿con los demás?, ¿con tu pareja? ¿Eres capaz de creer en la palabra de alguien o te dejas influenciar por los demás? Un malentendido que pondrá a prueba la confianza de dos adolescentes que están iniciando...