Pasaron alrededor de dos minutos cuando la puerta fue finalmente abierta revelando a Henry, ambos compartieron una sonrisa, saludándose.
—¡Hey! ¿Qué tal, todo bien? —Preguntó él.
—Todo bien, sólo vine al baño y estirar las piernas un poco—rio algo nerviosa, sin dejar a un lado la sonrisa—¿Y tú?
—Igual vine al baño y te entiendo perfectamente sobre las piernas, créeme que estar nueve horas sentados no es algo que disfrute hacer cada que vengo aquí—mencionó divertido.
—Pero al menos estás un poco acostumbrado, ¿no? —Henry negó con la cabeza.
—Vengo cuando se trata de algo especial o para vacacionar, es decir que lo hago sólo dos veces en el año, puede parecer mucho, pero...sigo sin acostumbrarme—soltó una risa contagiando también a Teresa—. Lo siento dijiste que ibas al baño y yo estoy impidiéndote el paso—dijo haciéndose a un lado para dejarla pasar.
—No te preocupes Henry—antes de que Teresa pudiera cerrar la puerta ella habló nuevamente—¿Te veo luego? —Sonrió en dirección al él.
Por primera vez sentía que estaba tomando la iniciativa y aunque unas mariposas estuvieran haciendo de la suyas, la sensación que sentía en ese instante era agradable.
—Te veo luego—fue lo último que contestó antesde volver a los asientos.
Por fin estaban en tierras parisinas, y lo supo en el momento que desde la ventana observo gran variedad de luces amarillentas, donde una destacaba de las demás, obviamente se trataba de la Torre Eiffel, también lo supo cuando el pilotó dio su aviso en francés.
Justo en ese momento la energía por fin se le había agotado, eran las once, su vuelo pareció durar menos de lo esperado, y se sentía ahora mismo sin muchos ánimos de emocionarse estando en un país que más ha esperado visitar.
El camino fue mucho más tranquilo y se demoraron alrededor de cuarenta y cinco minutos para llegar al lugar donde estarían las dos semanas; parecía ser un hotel, la única diferencia es que este era exclusivamente para estudiantes de intercambio.
Sin duda todos ya estaba muy cansados, lo único que tenía en mente era irse a dormir lo más pronto posible. No obstante, tenían que esperar unos minutos más en lo que bajaban sus equipajes y les asignaba sus habitaciones.
—Bueno alumnos entiendo que ahora estén cansados, por lo cual sólo les asignares sus habitaciones y mañana temprano les daremos aviso de todo lo que haremos en estás dos semanas—habló la coordinadora de francés posicionándose en medio de todos.
—Lo primero que haremos es que formen grupos de tres, obligatoriamente de sólo chicas o sólo chicos, no puede haber dos chicos y una chica y viceversa—mencionó ahora la directora—. Y también que nos comenzaremos a comunicar en francés puesto que para eso fue a lo que venimos—se escucharon algunas quejas—. A partir de mañana.
Las tres chicas permanecieron juntas dado que obviamente decidirían compartir habitación. Tomaron sus cosas y fueron con la coordinadora para que las registrara y les diera su habitación. Lo mismo hicieron Henry y sus amigos.
—¿Qué habitación les toco? —Preguntó Gideon mientras los seis se dirigían a los elevadores.
—La seiscientos trece, ¿y a ustedes? —Respondió con algo de flojera debido a lo exhausta que se encontraba, Avril.
—Parece que somos vecinos de piso—mencionó Henry—. Nos tocó la seiscientos treinta.
Teresa soltó un fuerte bostezo que cubrió con ambas manos—. Lo siento—se disculpó apenada—. Es genial que al menos nos encontraremos.
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Trust You
Romance¿Qué tanta confianza tienes contigo mismo?, ¿con los demás?, ¿con tu pareja? ¿Eres capaz de creer en la palabra de alguien o te dejas influenciar por los demás? Un malentendido que pondrá a prueba la confianza de dos adolescentes que están iniciando...