Mi Rey [KageHina] [Traducción]

capítulo 16-Ella finalmente se ha ido

Kageyama Tobio

Me dirigí a la escuela con Saya aferrada a mí. Apenas dormí anoche, tratando de encontrar una manera de escapar de ella.

Empezó a hablar de sí misma, aburriéndome e irritándome hasta la saciedad. Me pareció que una clase de literatura inglesa era mucho mejor que ella parloteando sobre su vida.

No vimos a Hinata fuera, y me alegré y me decepcioné al mismo tiempo. Echaba de menos a Hinata, pero que me viera traicionarle de esa manera duele.

Llegamos a la escuela pero no sirvió de mucho, ella seguía pegada a mí como un pegamento.

"¿Podrías dejarme en paz unos cinco minutos? " gruñí irritado.

"Bueno. No. "

Justo la respuesta que esperaba.

Vi a Hinata pasar por mi clase y tenía un moratón en la mejilla.

¿Qué le ha pasado?

Hicimos contacto visual y me apresuré a apreciarlo y mirar a Saya. Si me encontraba mirándole, nos iba a complicar aún más la vida.

Sus ojos también eran diferentes, como si una especie de ira y determinación brillara en ellos.

No veía por qué tenían ese brillo. No tenía nada por lo que estar decidido.

"Kaggy, sé que hoy no tienes entrenamiento, ¡así que vamos a tener nuestra primera cita! " dijo Saya felizmente

Gruñi, "¿no puedo? "

"No, te mostraré a dónde vamos más tarde. " dijo ella.

El tiempo pasó muy rápido ese día. La escuela terminó en poco tiempo. Y por primera y probablemente no última vez, quise que la escuela fuera más larga.

Ella metió todo en su mochila e incluso se acercó a meter mis cosas en mi mochila.

Incluso cogió el libro que dejé debajo de la mesa para inventarse una excusa para volver a la escuela más tarde.

Me arrastró a un restaurante de lujo y, al parecer, nos consiguió la "suite privada".

¡La cosa tiene literalmente una cama!

Sacó un vestido y un esmoquin.

"¡Póntelos! ", dijo, "¡hazlo o si no! "

Ella fue a cambiarse y yo cogí el esmoquin. Molesto, me lo puse a regañadientes.

Unos minutos más tarde, me senté justo delante de Saya, que parecía medio desnuda y me molestaba con sus ojos saltones.

El esmoquin era terriblemente molesto. No estaba acostumbrado a no llevar camiseta. Y era vergonzoso, parecía que estaba haciendo de príncipe azul.

El camarero vino con un filete y espaguetis. Yo pedí el filete.

Fue molesto. No estaba acostumbrado a comidas elegantes como esa. Y la carne no me permitía cortarla.

Al final, cogí el filete entero con el tenedor y lo mordí desde allí.

Saya se quedó allí dando vueltas a sus espaguetis mientras me miraba fijamente.

Me hizo sentir aún más incómodo.

Después de terminar nuestra comida, dijo: "Vamos a bailar. "

Me quejé. Quería irme a casa.

Me levantó de mi asiento y me lanzó una mirada de advertencia. Suspiré derrotado y la entretuve.