Extra III: A-Yuan ha cambiado

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Wei Ying ha sido muy feliz desde que tomó la decisión de convertirse en padre.

Ama con locura al niño que es su hijo y la familia que consiguió gracias a ese pequeño que adornaba su vida con sonrisas.

Wei Ying no puede creer lo rápido que ha pasado el tiempo. A-Yuan ya no es un bebé, ha crecido hasta convertirse en un apuesto adolescente.

Cómo todo padre, se esforzó por educarlo lo mejor posible. Por ello, no entiende porqué su hijo había tomado un camino tan alejado de lo que él y Lan Zhan le habían inculcado y se preguntaba ¿en qué había fallado?

Wei Ying consideraba que la libertad era algo fundamental en la educación siempre que se respetaran ciertos límites.

Sin embargo, A-Yuan había decidido ignorar sus enseñanzas e ir por un camino opuesto.

Su pequeño y risueño hijo dejó atrás aquella etapa y se había vuelto irrespetuoso, vivía casi como un pandillero, había comenzado el hábito de fumar y Wei Ying casi estaba seguro que había probado cosas mas fuertes que la nicotina.

Todas las noches, Wei Ying observaba como el rostro de A-Yuan llegaba con una nueva magulladura o corte y le dolía el corazón porque A-Yuan hacía oídos sordos a sus regaños y consejos.

Wei Ying no pudo soportarlo más y esa noche decidió enfrentar al adolescente que se estaba saliendo de control.

Lo atrapó justo antes de que se escabullera del apartamento y lo detuvo.

—¿A dónde crees que vas? —inquirió con severidad. La versión adolescente de su hijo le devolvió la mirada con molestia.

Wei Ying observó con preocupación el nuevo corte en su cara y el brillante piercing que colgaba en el labio del menor.

Le tomó unos momentos encontrar las palabras. Wei Ying no era una persona que estaba en contra de las perforaciones y tatuajes pero definitivamente le hubiese gustado que su hijo le comentará lo que planeaba hacer.

—¿Cuándo te pusiste un piercing? —logró articular mientras miraba la pequeña bola plateada.

—No es tu problema —Wei Ying no supo que pregunta había respondido su hijo y por el tono que usó, bien podía aplicar para ambas.

Todo el lenguaje corporal de A-Yuan gritaba: déjame en paz.

—Por supuesto que es mi problema; soy tu...

—Mi tutor legal, lo tengo —interrumpió altaneramente.

—¡A-Yuan!

—¡No me llames así! —gritó molesto—. Mi nombre es Wen Yuan. No soy un estúpido bebé.

Aquellas palabras se habían sentido como un puñetazo y Wei Ying sintió como su respiración se interrumpía momentáneamente.

—No eres un bebé pero tampoco eres un adulto. Esta noche, ni sueñes en salir. Te quedas aquí y vas a explicar que rayos has estado haciendo estos últimos días —Wei Ying dijo enojado y a cambio solo recibió una risa sarcástica del adolescente.

—Sigue soñando —Wen Yuan dió media vuelta para marcharse y Wei Ying se apresuró a detenerlo, tomando su antebrazo; el menor en respuesta se volteó con brusquedad, zafándose del agarre del alto y sin proponerlo, golpeando el rostro de Wei Ying.

Todo fue muy rápido y ninguno supo cómo reaccionar.

En ese momento preciso, Lan Zhan regresó a casa y encontró aquella escena perturbadora escena.

Su esposo y su hijo, en una acalorada discusión que había tenido como resultado: un Wei Ying herido.

Al verse bloqueado por ambos lados, Wen Yuan se vio acorralado y se apresuró a decir:

Will you marry me soon? [WangXian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora