NO QUIERO CARIÑO

5 2 0
                                    

               No quiero cariño
Anabella.
  
Siento mis ojos pesados y no los puedo abrir, mi mente está en blanco por un momento, pero poco a poco los recuerdos de antes me regresan, haciendo que abra los ojos de golpe e intente levantarme, fracasando a el instante porque me mareo.
  -- Oh por Dios, ya estás despierta. Chilla Beca, la ubico y también miro al rededor para inspeccionar, puede que todo haya sido un sueño.
  -- ¿Que me pasó?.
  -- Te desmayaste y entre la doctora y el doctor Lombardi te atendieron. Trago grueso y me hago la desentendida.
  -- ¿El Dr Raúl vino a verme?.
  -- No te hagas la tonta, sabes perfectamente de que Lombardi te hablo. En ese momento se abre la puerta y por ella entre la doctora Fernández y más atrás Benjamin.
  -- Ana, que bueno que has despertado ¿cómo te sientes?. Habla de manera amigable la doctora pero yo la veo igual que veo a todos.
  -- Quiero irme. Digo a secas.
  -- Pues, no te irás hoy tuviste un ataque de ansiedad y eso puede dañar a tu bebé gracias a Dios tu psiquiatra está aquí y podremos colocarte un tratamiento porque también estaba baja de peso.
  -- Él no es mi psiquiatra.
  -- Pero es el padre de tu criatura y conoce tu caso a la perfección.
  -- Creo que lo mejor es que les demos un poco de privacidad para que hablen. Habla la bocona de Rebecca la fulminó con la mirada pero ella solo se encoge de hombros y camina a la salida igual que la doctora, dejándome sola con el hombre que me mira de forma intensa sin decir nada.   
-- Te entregaré el feto a apenas nazca. Hablo pero algo en mi se remueve.
  -- No, no lo harás porque no vamos a separarnos más.
  -- No seas infantil yo no quiero una jodida familia.
  -- Puedes decir lo que quieras pero yo si quiero estar contigo y mi hijo o hija así que olvida eso de dejarme otra vez ¿No pensabas decirme sobre tu embarazo?. Lo ultimo fue un reclamo, me renuevo incómoda.
  -- Si te iba a decir, pero primero tenía que estar segura de que iba a nacer. El asiente sin ganas.
  -- Volveremos a casa. Dice a secas
  -- No pienso ir contigo a ningún lado y menos a esa casa de tu padre.
  -- Hablaba de mi apartamento o de otro, no pienso alejarme de ti así que no lo intentes, nada de lo que digas me va a hacer cambiar de desicion y antes que lo digas, no, no es solo por el embarazo, te estuve buscando como loco todos estos meses. Me cabrea mucho que hable como que si yo hubiese abandonado.
  -- Tu no querías seguir conmigo y cuando me fui no sabia del embarazo.
  -- Ana debiste entenderme no es normal lo que hiciste no para mi, pero lo entendí rápido y quería seguir, quiero seguir y aquí estoy no me importará cuantos insultos tenga que recibir, solo se que aquí me voy a quedar.
  -- No quiero cariño. Declaró cruzada de brazos.
  -- De acuerdo.
  -- Tampoco quiero un perro,ni te amos, tampoco quiero un hermoso jardín. El sonríe y asiente .
  -- Esta bien, no perro no jardín.
  -- Ah, tampoco quiero a la jodida pelirroja cerca o diciéndome comadre o sobrina a mi hija.El lo piensa.
  -- De eso mejor te encargas tu, ella da un poco de miedo.
  -- Ya lo había dicho son unos cobardes los dos. El me ve y sonríe y yo ruedo los ojos. Se acerca y me da un beso en los labios que me sabe a gloria, ve mi vientre no tan abultado.
  -- ¿Puedo?. Yo lo miro y veo su mano cerca de mi vientre, ¿puede hacerlo? si, si puede. asiento y miro a otra dirección. El acerca su mano y su calor me reconforta.
  -- Hola beba, tu mami dice que eres Evangeline y le creo, soy tu papi ya te amo mi amor. Su voz aniñada me da repelús, mi incómodo dolor de estómago se hace presente, el nota mi ansiedad y se aleja poco a poco. Lo miro si comprender que pasa y sonríe comprensivo.
  -- Esas son emociones Ana, te da ansiedad porque no conoces ningún tipo de emociones y tu cuerpo aún no está preparado y las rechaza, pero te irás acostumbrando.
  -- No quiero. Digo recomponiendome. 
 -- Pues, tienes que hacerlo para poder mantener lo que es tuyo contigo debes aceptar tus emociones y sentimientos. Alzo una ceja sin comprender.-- Yo soy tuyo, el o la bebé que llevas dentro también, tu ves si no dejas con otra. El sonríe de lado y yo tengo ganas de encerrarlo en un cajón bajo llave ¿otra? ni loca, yo solamente yo tengo derecho a sus mirada y sonrisas, con mi hija igual, es mía nada más.

MI BELLA CALAMIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora