TE MOSTRARÉ UN POCO

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                Te mostraré un poco
Anabella:

Después de el parque, Benjamín y yo fuimos directo a la casa, yo tenía que buscar unas cosas para iniciar la escapada, yo le iba a mostrar como liberar un poco el estrés, entre y lo primero que vi fue a el Dr Lombardi sentado supongo que esperandonos.
  -- Anabella mañana tendremos la primera consulta. Vio a Benjamín entrar detrás de mí y lo fulminó.
  -- Está bien. Dije neutra y camine escalera arriba estaba un poco apurada. Llegue a mi habitación y tome una bolsa pequeña, metí una fusta porque si, me gustaba pedirle ese tipo de cosas a Elisa, metí un antifaz, un par de esposas, me metí a el baño y tome una ducha, sali y me coloque un juego de ropa interior bastante sexy, de color rojo, no había hecho esto con nadie, pero tengo conocimiento y se cómo hacerlo, me puse un vestido sencillo y unas zapatillas y por último un labial rojo intenso, después de una hora, baje las escaleras en silencio, salí por la puerta principal sin hacer ruido, camine un poco y ahí estaba él, mi Benjamín no tan mío porque está sería nuestra despedida, porque de verdad que le iba a dar la razón él no tiene porqué llevar muertes en su conciencia, yo no tengo conciencia pero el si, me acerqué y el me sonrió, abrió mi puerta del auto, y luego rodeo para subirse el, condujo en silencio por un rato, hasta que lo rompió el mismo.
  -- ¿No preguntarás a dónde te llevo?.
  -- ¿Por qué lo haría?. El se encogió de hombros y vi que insistía en eso.
  -- Ok, ¿A dónde vamos?. Me rendí y pregunte sin ánimos.
  -- A mi departamento, quiera que fueras la primera en ir. Eso me movió algo por dentro porque aunque el se arrepintiera de dejarme yo no, ya no había vuelta atrás y tenía un plan para eso. Yo no dije nada me mantuve callada todo el camino, llegamos a un edificio y antes que el me abriera yo me baje, el resopló pero no dijo nada, entramos y el saludo a un viejo que estaba en una casilla, luego subimos a un ascensor.
  Bajamos, caminamos a la puerta y Ben abrió, era un departamento de soltero, acogedor, solo una sala amueblada, un comedor, una pequeña cocina, había una habitación solo que esta no estaba metida en cuatro paredes, solo subías unos escalones que conectaban con la sala y allí estaba la gran cama, todo a el descubierto, quiero decir, que desde todas partes del departamento podías ver la habitación, era bastante elegante todo y masculino.
  -- ¿Quieres tomar algo?. Salí de mis pensamientos cuando escuche su profunda voz.
  -- Claro, quiero tomarte a ti, gota a gota. El trago grueso y se acercó a mí a paso peligroso, me excitada su manera de verte, con esa chispa de lujuria y deseo. Cuando llegó a mi me beso primero lento y aburrido, pero se fue intensificando, me pegó a su cuerpo y estrujó su erección contra mi vientre, me tenía muy mojada con solo ese beso, apretó mi trasero y sus besos bajaron hasta mi cuello, en ese momento el pareció tensarse seguro que recordó algo y me beso con furia, mordió mi labio inferior hasta sacar sangre, gemi porque me gustaba lo que me hacía, el separó los labios de los míos y gruñi con desaprobación, junto nuestras frentes.
  -- ¿ Por qué tuviste que hacerlo?. Esa pregunta me descolocó abrí los ojos porque si, los había cerrado y vi que el hablaba con lo ojos cerrados aún y con la furia reflejada en sus facciones.
  -- Soy así lo sabes. Respondí agitada.
  -- Me siento frustrado Ana, no puedo follarte sabiendo lo que pasó. Se alejó de mi y alboroto su cabello y comenzó a caminar de un lado a otro.
  -- ¿ Ya no me deseas?. El se detuvo con mi voz y me vio directo a los ojos.
  -- Claro que te deseo, pero no es lo correcto yo debería de estar denunciadote. Baje la mirada a el piso pensando en que lo entendía un poco, bueno eso creo.
  -- Hazlo .-- Lo vi a los ojos y vi su desconcierto--.Denunciame.
  -- Ja' Como que si fuera tan fácil.
  -- Es fácil, anda y abre una investigación yo no me negaré, eso te haría todo fácil, yo me declarare culpable. Estaba hablando en serio yo aceptaría su decisión y obvio no lo dejaría mal parado.
  -- Eso no es lo difícil Ana, yo no podria. Se acercó a mí y me beso y con sus manos acunó mis mejillas. -- No puedo estar contigo porque mi personalidad no me lo permite pero no podría dañarte. Se que era sincero pero estaba frustrado yo tenía la solución.
  -- Yo no te voy a obligar a nada Benjamín y es lo mejor para tu salud mental y para la mía, mientras estemos juntos no dejaré que nadie te toque, lamento decirte que no me arrepiento quisiera hacerlo de verdad que sí pero no puedo.
  -- Cambia por mi Ana por nosotros.
  -- No podría garantizarte nada, podría intentarlo pero no podría saber con certeza si lo lograría, por eso es mejor que te olvides de mi. Él suspiro fuerte. Tome su mano y lo guíe hasta la habitación.
  -- Estoy frustrado y enojado Ana, no sé si podría hacerte mía. Hablo avergonzado.
  -- Entonces yo te haré mío, te mostraré un poco a dejar el control en otros, es la mejor forma de sacar todo lo malo. El me vio confundido pero yo seguí hablando.
  -- Se que no confías en mí y quizás pienses que te haré daño, pero no es así no podría primero me mato yo misma antes de que te pueda hacer algo a ti, solo quiero que dejes que yo tomé el control y confíes en mí, será la última vez lo prometo. El me vio dudoso pero luego asintio.
  -- Acuéstate en la cama. Sonrió pícaro y me hizo caso, yo busqué la bolsa y saqué todo lo que necesitaría,tome las esposas y me subí a horcajadas en el, lo besé con sensualidad y saqué su camiseta por la cabeza, aproveche que sus brazos estaban hacia arriba y coloque las esposas amarrandolo a los barrotes de la cama, el se sorprendió con mi rapidez y se puso nervioso.
  -- Así no mataste a tu papá. Yo me tense, así mate a mi papá, pero no fue lo mismo .
  -- No te haría daño Benjamín, así me denunciarás y tuviera cadena perpetua por tu culpa no te lastimaria. El asintió confiando en mi, se relajo visiblemente. Caminé hasta la bolsa de nuevo y saqué un antifaz para que no viera solo sintiera.
  -- Quiero que te concentres en sentir, no tengas miedo.
  -- ¿Que harás?. Pregunto curioso.
  -- Solo siente, te gustará. Coloque el antifaz y el se removió.
  -- Ana no me gusta esto, Ana.. Me llamo pero yo estaba en la cocina, había cervezas y botellas de licor en la nevera pero yo no podía tomar alcohol. Solo tome un vaso con agua helada y volvi con él.  
-- Aquí estoy Benjamín, no seas impaciente. Me mantuve en silencio otra vez y quite mis zapatillas y mi vestido quedandome solo en ropa interior tome el vaso de agua y tome un trago me subí en la cama y con mis labios y lengua fría bese su cuello sin avisar, dio un respingón y gimió, bese y lamí el cuello luego alcance el vaso y volví a beber me concentre en el de nuevo y con mi lengua fui bajando hasta su pecho él se estremeció y gimió, pase mi lengua por una de sus tetillas él gimió más fuerte luego hice lo mismo con la otra, para seguir bajando hasta su abdomen me encantaba su paquete de seis perfectamente definidos bese hasta que me cansé, luego baje desabroche y baje su pantalón junto con sus boxers con fuerza hasta tenerlo completamente desnudos, me concentré en su pene ya erecto y pase mi lengua desde sus bolas hasta el glande se estremeció y gruñó fuerte, se removía mucho estaba muy excitado.
  -- Tienes que estar tranquilo, no me dejas hacer mi trabajo.
  -- Ana, ven aquí y desatame quiero estar dentro de ti ya. Estaba respirando agitado y yo le daría lo que quería pero a mi modo y a la hora correcta.
  -- Te estás portando desobediente tendré que castigarte. Benjamín gruñó y yo me baje de la cama busque la fusta y regrese a él, subí a la cama pero está vez totalmente de pie, con uno a cada lado de Ben. Pase la fusta desde su cuello haciendo un camino por su pecho fornido luego por su rico abdomen hasta su miembro, le di un pequeño azote en uno de sus muslos.
  -- Hey, que haces. Reclamo Ben.
  -- ¿Te dolió?. Pregunté con voz seductora.
  -- No. Respondió el con la voz agitada. Arrastre las fusta hasta una tetilla y después le propine otro azote un poco más fuerte él gimió y gruño de la excitación.
  -- Me tienes muy caliente Benjamín. Di un azote a el otro pezón y volvió a gruñir, le di uno en el centro del pecho y el siguiente en el abdomen y el último se lo di más suave en el glande.  
-- Dios Ana. Gimió y tenso los brazos intentando soltarse. Le quite el antifaz y me puse de pies todavía en la cama solo para que me viera, el me follo con la mirada, detallandome de pies a cabeza.
  -- Joder Ana, desatame de esta jodida cama, déjame follarte. Estaba desesperado y eso me tenía a mil pero esta tortura no había acabado.
  -- No Benjamín, aún no termino contigo. Me senté en su pelvis encima de su erección, menee un poco mis caderas y el soltó una maldición, volví a besarlo, sus labios, cuello, pecho, abdomen, llegue a sus pene y bese su glande lo vi a los ojos antes de meterlo a mi boca, chupe, subcione y lamí como si fuese una rica paleta, cuando sentí que iba a terminar pare, me incorpore poniendome otra vez en su pelvis.
  -- Ana maldición, si no me sueltas ya mismo.. No deje que terminara,me quite rápido mi tanga y tome su pene y me deje caer de golpe, maldijo por lo bajo mientras yo lo cabalgaba con rapidez y fuerza. 
 -- Dios, Ana me volverás loco, sigue así. Gemi en su oído, saqué las llaves de las esposas de mis senos y sin dejar de moverme lo solté, solo faltó que el se sintiera libre, Benjamín apenas sintió que ya las esposas lo habían liberado me tomo con fuerza las caderas y me embistió de abajo para arriba, con tanta fuerza que me sentía traspasada, no aguantaba más mi paredes vaginales lo apretaban.
  -- Si Ana córrete, hazlo para mí.
  -- Tu tambien córrete dentro de mi, déjame sentir tu semen cálido en mi interior. Y eso bastó para que todo se fuera a el caño nos dejamos ir en un orgasmo arrasador.

MI BELLA CALAMIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora