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Estiró el corto vestido negro que quedaba apenas cinco dedos por debajo de su culo sabiendo que si se movía demasiado y sin cuidado dejaría ver hasta su alma

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Estiró el corto vestido negro que quedaba apenas cinco dedos por debajo de su culo sabiendo que si se movía demasiado y sin cuidado dejaría ver hasta su alma. Aunque bueno, lo que llevaba debajo de aquel vestido era un bikini dos piezas negro pues sabía que si o si iba a acabar dándose un baño antes de volver a casa.

Bajó las escaleras donde Porco se encontraba sentado esperándola y sus ojos se abrieron al ver a su novia bajar. Estaba siendo iluminada por la luz del lugar haciéndole ver como si un mismo ángel estuviese bajando del cielo y el fuese un simple mortal sin más.

– Dios Zoe.

– ¡Vaya con mi hija! ¿Pero enserio esas vans? Tienes doscientos tacones.

La chica estiró la mano hacia Porco ayudando a este a levantarse y cogió un par de cosas que echó al bolso que cargaba sobre su hombro.

– Los tacones son incómodos. Además, con estos bailo mejor.

– Lo que hacéis vosotros ahora no se puede llamar bailar. —Exclamo su padre desde la cocina pues se encontraba preparando la cena.— ¡Eso es casi tener sexo en público!

– Adiós papá te quiero y te juro que esta noche tampoco serás abuelo. —Grito yendo hacia la puerta seguida por Porco y su madre.

– Cualquier cosa nos llamáis. Estaremos despiertos seguramente. —Dejó un beso en la mejilla de su hija limpiando un poco el resto de pintalabios que había dejado. Se enderezó hacia la pareja de esta y apoyó su índice de manera "amenazante" sobre su nuero.— Cuídala si quieres seguir vivo.

– S...i... s..i. Si.

A la mujer le fue imposible no reír pues a pesar de conocer al joven desde antes de que este empezara a caminar, aún seguía poniéndose igual de nervioso cuando ella gastaba alguna broma de aquel estilo.

La rubia tiró de la mano de su pareja pues si seguía ahí el tiempo se les echaría encima y tenía ganas de salir y bailar. El verano estaba comenzando y quería exprimirlo al máximo antes de ver a todos sus amigos partir lejos de allí como le había pasado el verano anterior pues mientras casi todos partían a la universidad, ella se quedaba allí terminando el instituto y aquel verano no sería distinto.

El cartel "BLUE MOON" se encontraba ya iluminado con aquel característico color azul que el Neón poseía. Aquel bar estaba ambientado en varias épocas pues mezclaba desde los 50s hasta casi los 90s pero sin duda la música que ahí se escuchan eran más que temazos.
Aunque habían intentado varías veces que el dueño pusiera algo de música de este siglo, este se había negado rotundamente pues era un rockero hasta la médula y aquello lo tenía totalmente prohibido y bueno, siendo el único lugar donde salir a bailar del pueblo simplemente se habían aguantado.

Porco abrió las puertas dejando que una canción de Elvis retumbase en los oídos de la pareja. La gente baila moviendo sus caderas al ritmo de aquel rock and roll y el ambiente estaba tan agradable y lleno como siempre.

Ocean Eyes || Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora