Dos personas o mejor dicho... dos almas que fueron creados para permanecer juntas...
Un amor de verano abrirá las puertas a esta historia donde dos adolescentes descubren lo que es el amor de verdad...
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- Armin A...
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Al ver como las lágrimas caían por el rostro de Zoe se sintió la peor persona del mundo. Acababa de hacer llorar a la mujer que solo quería ver reír por el resto de su vida.
Se acerco a ella con cautela pero en cuanto extendió los brazos, la chica se apartó de Armin. Esta retiraba sus lágrimas con rabia quizás pues llorar delante de la gente no era algo que le gustase.
– Zoe.. perdón... no era eso lo que quería decir yo...
– ¿Quieres que te diga que si? Que te he besado para sentirme mejor por si soy una jodida cornuda.
Armin mantuvo el silencio y siguió acercándose más hasta que la atrajo con sus brazos. Zoe no opuso resistencia, es más, aprovechó aquel momento para disfrutar la calidez que los brazos contrarios le brindaban. Inspiró su olor quedando embriagada con este.
– No te he besado por sentirme mejor Armin... —La rubia se apartó de su pecho sin salir de sus brazos solo para poder mirarle.— Y se que está mal, que tengo novio y no está bien... No lo he hecho por venganza. Tenía ganas de besarte.
– También quería besarte. —Le interrumpió mientras agarraba su barbilla acercando de nuevo sus rostros.— Pero ahí dentro hay mucha gente que te conoce... Y no quiero que vayan hablando de ti malamente.
Zoe sonrió por la calidez de sus palabras. Sentía que aquella manera de "protegerla" era bastante distinta a la que Porco solía tener. Porco era un protector agresivo mientras que Armin era algo más suave, más que protección era preocupación.
El rubio se mordió el labio sin pensarlo al ver como la chica relamía el suyo propio lentamente. Querían besarse, ambos habían añorado los labios contrarios en aquellos escasos minutos que habían estado separados así que sin pensarlo mucho más, Armin atacó los labios de la fémina siendo ahora este el que unía aquel beso. Sus manos descendieron por la cintura de la chica haciendo que la poca distancia que seguía existiendo entre sus cuerpos desaparecieran.
Zoe se separó sólo para recobrar un poco el aliento que había perdido en aquel beso y habló.
– Vamos a la orilla. Aquí sigue habiendo mucha gente.
Armin asintió y sin soltar el cuerpo femenino, caminó marcha atrás por la fría arena siendo guiado por Zoe. Fue esta misma la que decidió cuál era el sitio correcto para seguir con aquel beso así que no muy lejos de la arena húmeda debido a las olas que cesaban allí, acabaron sentándose.
La rubia se sentó a horcajadas sobre Armin notando como aquella dureza daba de lleno contra sí misma arrebatándole un suspiro que solo sirvió de incremento para que el rubio comenzara a devorar los labios de la contraria. Este colocó sus manos sobre los glúteos de ella obligando así a mover su cuerpo lentamente sobre el bulto que tenía en sus pantalones. Zoe estaba disfrutando de aquel roce pues los gemidos comenzaron a salir de su garganta ahogándose en los labios contrarios haciendo así que ambos perdiesen la cabeza el uno por el otro.