Dos personas o mejor dicho... dos almas que fueron creados para permanecer juntas...
Un amor de verano abrirá las puertas a esta historia donde dos adolescentes descubren lo que es el amor de verdad...
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- Armin A...
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— Porco🐷💖
Hola Me llamas cuando puedas? Quiero hablar contigo ❤️❤️
Escribiendo... Escribiendo... Escribiendo... Estoy ocupado ya te llamaré. Te quiero 😘
—
Sabía que había algo detrás de todo aquello. Sabía que su pareja no estaba siendo sincera pero igualmente quería seguir confiando en él, había algo que le decía que sería incapaz de engañarla.
Salió de su casa esperando que sus pensamientos se volvieran a centrar y tener la paz que necesitaba pero aquello lo vio incapaz cuando observó a Armin sentado junto a su tabla de surf.
– Hola. —Habló aún cando la chica ni siquiera estaba completamente cerca de él. No le contesto, cogió su tabla lista para ir de nuevo al mar.
– ¿Ibas a besarme el otro día?
La chica se giró hacia Armin mordiéndose el interior del labio. Tenía ganas de gritar, de gritarle a él porque le había hecho una cobra. Se dejó caer sobre la arena y de repente estaba llorando de nuevo. El rubio que estaba junto a ella no sabía como reaccionar ¿la abrazaba? ¿Le daba una golpecitos en la espalda? Sin darle tiempo a reaccionar, Zoe se levantó quitándose las lágrimas con rabia y con tabla en mano corrió hacia el agua pero no iba sola. Estaba siendo seguida por Armin. Este agarró su mano impidiendo que fuese más hondo. El agua chocaba contra sus gemelos y ambos tenían la respiración entre cortada. Apenas habían corrido pero las mariposas que cada uno tenía en sus respectivos estómagos absorbían demasiado de aire que entraba por sus pulmones. Zoe giró su rostro hacia él de ojos azules y de repente estaban más cerca de lo que pensaban.
– Te estás mojando los pantalones.
Comentó la rubia pues el chico se había metido completamente vestido en el agua.
– No me importa... ¿qué te pasa?
El silencio inundó a ambos y como tendría que haber hecho antes, Armin rodeó el cuerpo de la chica apretándola contra el. Noto como su hombro se mojaba y entonces supo que la chica estaba llorando de nuevo. Sobó su espalda dejando un suave masaje en forma circular con su pulgar. Se mantenían en silencio siendo movidos por las olas, la tabla chocaba contra ellos pues Zoe la había dejado caer nada más había sentido los brazos contrarios.
– Creo que mi novio me pone los cuernos. —Sollozó la rubia.
Armin no sabía que decir. Solo había tenido una relación en su vida y no sabía como actuar ante esas cosas. Lo único que podía hacer era sujetarla entre sus brazos intentando reconfortarla como pudiese.
