Dos personas o mejor dicho... dos almas que fueron creados para permanecer juntas...
Un amor de verano abrirá las puertas a esta historia donde dos adolescentes descubren lo que es el amor de verdad...
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- Armin A...
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Armin llevó sus manos hacia la cabeza de Zoe guiando su movimiento de manera desesperada. Esta no dudó en dejarse guiar mientras iba incrementando la manera en la que trabaja aquello. El rubio no se contuvo respecto a los gemidos pues solo se encontraban ellos dos en aquel lugar. Zoe agarraba sus cadera impidiendo que el mar le alejase más lejos de allí y mientras su lengua comenzó a recorrer ya el endurecido miembro, saboreó el salado sabor del mar de nuevo antes de metérselo hasta casi el final de su garganta.
Salió recobrando el aliento y lo primero que hizo Armin fue besarla. Quizás no había hecho que se corriese pero aquella sensación hacía sido la mejor que había sentido en su vida.
– Te haría lo mismo pero no aguanto tanto bajo el agua.
– Podemos ir la arena.
Comentó con una sonrisa de lado mientras comenzaba a salir del mar siendo seguida por Armin no muy de lejos.
Los ojos de él estaban posados de manera hipnótica sobre el cuerpo de la chica compleméntame mojado. Las gotas de agua caían por su cuerpo y su pelo bastante mojado se adaptaba perfectamente a su figura.
Zoe se tumbó sobre la arena húmeda dejando que el agua que las olas lanzaban tocasen hasta casi sus gemelos.
Armin se colocó entre sus piernas y justo cuando iba a colocarse para poder probarla escuchó la negación de Zoe.
– Vamos a ver las estrellas.
El rubio no entendió si aquello era una metáfora o realmente quería ver las estrellas. Alzó su mirada al cielo observando que este estaba completo de ellas.
– ¿Y cómo las vamos a ver?
– Quiero tenerte dentro Armin... quiero que mi primera vez sea contigo frente al mar. —Zoe se enderezó sentándose.— ¿Traes un condón de mi bolso?
Armin asintió corriendo. Quizás parecía desesperado pero estaba deseando hacer aquello con la chica de sus sueños. Rebuscó y dio con uno de los envoltorios.
– ¿Tenías ya pensando hacer esto? —Preguntó arrodillándose ante ella.
– Pero solo contigo. Desde lo que pasó en la playa solo quise hacerlo contigo.
Ambos eran inexpertos en aquel tema. Era la primera vez para ambos y estaban algo nerviosos. Armin pasó sus dedos sobre la chica solo comprobando que estaba bastante húmeda y no era debido a que acababan de salir del agua.
Con ayuda y manos algo temblorosas, Armin acabó colocándose el preservativo y guió su punto hacia la entrada de ella. Sus piernas rodeaban el cuerpo masculino mientras que una de las manos de él descansaba bajo la parte inferior de la espalda alzando el cuerpo.
– ¿Estás segura? Si duele o algo dímelo y paro.
– Hazlo por favor, hazlo...
Armin asintió y con cuidado comenzó a adentrarse en ella, sentía que aquello estaba demasiado estrecho y que le estaba haciendo muchísimo daño y mal no era cierto. Zoe sentía como todo su cuerpo ardía de dolor, varias lágrimas cayeron por su rostro mientras intentaba que su cuerpo se adaptase a aquello que tenía dentro de ella.