A.F.H.M.i.t.Z.A.

26.1

Lu Xingchi levantó su ballesta y se preguntaba cómo disparar esa flecha para detenerlo cuando vio a Bei Nuan buscando a tientas el pequeño espejo que solía utilizar.

Giró el espejo y un haz de luz solar se reflejó hacia arriba a través del espejo redondo en la cara del chico.

El reflejo fue más rápido que la flecha de Lu Xingchi, y el chico estaba a punto de dar otro paso hacia el borde cuando, con una mirada, se dio cuenta de la luz inusualmente brillante que se reflejaba desde abajo.

Bei Nuan guardó el espejo y asomó la cabeza desde su escondite.

Agitó los brazos enérgicamente, luego cruzó ambos antebrazos por encima de la cabeza y le hizo una gran cruz.

El significado era claro: no saltes.

Innumerables zombis seguían entrando frenéticamente por la puerta, y detrás del chico, la puerta que conducía a la azotea del edificio se cerró de golpe y con estrépito.

"¿Qué debemos hacer?" Bei Nuan preguntó a Lu Xingchi.

"Hay demasiados zombis, y tengo mala vista para disparar flechas". Lu Xingchi ya estaba extendiendo la palma de la mano en dirección al tejado mientras hablaba: "Probaré otra cosa, la distancia es un poco grande, no sé si funcionará".

La tubería metálica del tejado del edificio pareció de repente como si se tirara de cemento de goma, haciéndose rápidamente más fina y larga, extendiéndose en el aire como si estuviera viva, y chocando finalmente con el tejado del edificio de enfrente.

El chico podía verlo claramente, pero no podía verlo desde abajo, y en un momento, el tubo alargado se soldó al tubo del lado opuesto.

El chico extendió la mano con incredulidad y agitó el largo tubo de metal.

No había ningún lugar al que huir, y de repente, milagrosamente, se había creado una forma de vida en el tejado del edificio.

Sólo que no era tan bueno.

Nadie quería morir si podía vivir, así que el chico no dudó en absoluto e inmediatamente se agachó y sujetó el tubo con ambas manos como si fuera a trepar por él.

La distancia entre los dos edificios de dormitorios no estaba cerca, y el edificio tenía seis pisos, por lo que caerse no era divertido.

El sonido de la puerta cerrándose detrás de el era cada vez más fuerte.

La puerta era de tablas finas de madera, no muy resistentes, y el palo clavado en la puerta estaba a punto de caerse, así que el chico se agarró a la puerta, rodeó el tubo con las manos y lo enroscó con las piernas.

De este modo, todo el hombre se enroscaba fuertemente en la tubería como un wombat, colgando en el aire entre los dos edificios de dormitorios, subiendo poco a poco.

A mitad de camino, la puerta de la parte superior del edificio se abrió de golpe.

Los zombis salieron a borbotones por la estrecha puerta y se precipitaron juntos hacia el tejado.

El megáfono del chico fue arrojado al suelo, pero el hombre ya no estaba.

Los zombis vieron al chico que se esforzaba por avanzar en el tubo, algunos fueron lo suficientemente tontos como para lanzarse directamente hacia él, sólo para caer por las escaleras como bolas de masa crujiente.

Algunos no fueron tan tontos y siguieron su ejemplo, agarrando el tubo de metal e intentando subir también, pero desgraciadamente sólo había un tubo y había demasiados zombis luchando por él, haciendo un lío.