A.F.H.M.i.t.Z.A.

4.2

Según la línea de tiempo de la novela, la periferia de la Ciudad S sería sellada por una línea de bloqueo antes del anochecer. Este lugar pronto se convertiría en el territorio de los zombis. Sería un desperdicio no limpiar este lugar antes de eso.

No había zombis en la tienda.

Mientras Bei Nuan recorría los pasillos, su dedo barría rápidamente los estantes.

Todo lo que tocaba con los dedos se desvanecía en el aire: patatas fritas, turrones, cecina picante, tiras de pescado seco, setas enoki y cuencos de olla caliente autocalentables. Los diversos helados de la sección de congelados también fueron limpiados por Bei Nuan y entraron en su dimensión de bolsillo.

El tiempo no fluye en la capa superior de su dimensión de bolsillo. El estado de los helados cuando los ponía en su espacio de bolsillo era el mismo que tendría cuando los sacara. No se derretían en absoluto.

Por último, estaban los distintos vinos expuestos en el mostrador.

En los últimos días, podían disipar la pena y desinfectar.

Eran, sin duda, moneda de cambio.

También había muchas cajas en el pequeño almacén del fondo. No sabía lo que había dentro y no tenía tiempo de comprobarlo. Las metió todas en su espacio con un solo pensamiento.

Justo después de terminar, Lu Xingchi entró. Se quedó sorprendido cuando vio las estanterías vacías.

Bei Nuan pensó; lo siento, has llegado demasiado tarde. Toda la deliciosa comida se ha acabado.

"Parece que todo se ha agotado", dijo Bei Nuan.

"En". Lu Xingchi dio la vuelta y se detuvo en el pasillo de la comida.

Las estanterías estaban casi vacías y sólo quedaba una fila de pollo guisado y fideos instantáneos con sabor a setas.
"¿Lo quieres?" Cogió un paquete y le preguntó a Bei Nuan.

Bei Nuan se negó firmemente.

El gran jefe puso cara de pena mientras recogía los restos de pollo guisado y los fideos instantáneos con sabor a setas que Bei Nuan no quería.

Salieron juntos.

Bei Nuan buscó en su bolsa y rebuscó. Fingió que sacaba un mantel desechable de la bolsa en lugar de su dimensión de bolsillo y se dirigió hacia el grupo de zombis caídos. Los clavos de sus cabezas ya habían desaparecido. Probablemente Lu Xingchi los había recogido para reutilizarlos.

Bei Nuan los cubrió cuidadosamente con un mantel blanco, los arropó y rezó unas oraciones por ellos.

La espeluznante risa sonó varias veces en su mente, y la barra de progreso de la Santa Madre subió en consecuencia.

Lu Xingchi se quedó sin palabras cuando vio los arreglos funerarios de Bei Nuan para los zombis.

Du Ruo se apoyó descuidadamente en el vehículo. "Podrías dejarla venir con nosotros. ¿Tienes el corazón para dejarla atrás otra vez? Deja de fingir. Si realmente fueras tan desalmado, ¿habrías encontrado una salida y conducido un bucle tan grande de vuelta?"

Du Ruo tenía razón. Debería aprender de sus errores.

Su lado racional le decía que esta vez no podía llevar a Bei Nuan con él, pero por alguna razón inexplicable, no podía dejarla atrás y no preocuparse por su bienestar.

Cuando se marchó, no pudo deshacerse de la imagen de ella de pie en el arcén, con el casco en la mano.

Y también estaba Du Ruo, que de vez en cuando comentaba en tono despreocupado: "¿Crees que caerá en manos de los zombis o de la gente? Lu Xingchi, ¿por cuál quieres apostar?"

Así que, al final, se había dado la vuelta y había regresado.

En cuanto volvieron, la vio subir a un coche amarillo en el carril contrario. En el asiento del conductor de ese coche había un hombre joven.

En un momento así, se atrevió a subir al coche de cualquiera. No tenía ningún sentido de la vigilancia.

El pequeño coche amarillo abandonó la carretera principal y entró en una gasolinera. Lu Xingchi se giró para seguirlos sin pensarlo.

Nada más entrar en la gasolinera, la vio en un estado lamentable.

Llevaba en la mano un durián gigante, lista para aplastar a alguien en la cabeza.

De vuelta al presente

Lu Xingchi señaló hacia Bei Nuan con la barbilla. "Ves, no tienes que preocuparte por dejarla atrás".

Bei Nuan estaba abriendo la puerta del coche amarillo brillante con forma de escarabajo. Entró en el coche y lo puso en marcha. El coche emitió sonidos mientras ella lo hacía girar. Con un estruendo, el coche se estrelló contra el bordillo.
Había tanto espacio y estaba tan vacío. Era simplemente una maravilla que pudiera encontrar algo con lo que chocar.

Lu Xingchi miró el pequeño coche amarillo y contempló. Si la Bei Nuan de su vida pasada experimentara que la persona que había conocido recientemente se convertía en un zombi y luego fuera testigo de cómo él mataba a un zombi de un disparo en la cabeza, ya estaría llorando.

Aunque la actual Bei Nuan había cubierto al muerto con un trozo de tela, no derramó ni una sola lágrima ni se entretuvo. Cogió la llave del coche y se marchó. Este comportamiento absolutamente pragmático era completamente diferente del comportamiento de Bei Nuan en el pasado.

Y así, una extraña escena ocurrió en la autopista de Ciudad S. Un robusto todoterreno negro circulaba por el carril más lento. Le seguía un minicoche amarillo brillante que aceleraba y frenaba repentinamente mientras seguía al todoterreno. La conducción desordenada de Bei Nuan era peligrosa en extremo.