A.F.H.M.i.t.Z.A.

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Bei Nuan y Lu Xing Chi siguieron a los ocho hombres del pesquero, junto con el secretario Li y algunos miembros de la tripulación, hacia la cabina de abajo.

Un hombre se precipitó de repente hacia ellos.

Era el niño pequeño, Yuan Yuan

Se abalanzó sobre él en silencio, dando patadas y puñetazos a un hombre alto y delgado del grupo de pescadores.

Era el mismo hombre que Bei Nuan había reconocido hace tiempo.

Era el que había visto la noche anterior a través de los prismáticos, el que había jugado a  atrapar a la cigarra y lanzado al hombre al mar con su cinturón.

Los ojos del hombre ardían y quería morderlo, pero después de todo, era un niño pequeño y con poca fuerza.

El hombre alto y delgado echó a Yuan Yuan a un lado con una mirada de asco, pero no se atrevió a hacer nada debido a toda la gente que había alrededor.

La madre ya había ido tras él, y se apresuró a apartarlo, disculpándose incesantemente: "Mi hijo no está bien de la cabeza, lo siento".

El hombre alto y delgado gruñó: "El niño tiene una enfermedad y todavía no se ocupa de ella, ¿golpeando a la gente?"

Bei Nuan comprendió a primera vista que el pequeño niño había reconocido al malo.

Había dicho ayer que en su última vida le había tirado por la borda un hombre alto y delgado, y que probablemente era el que tenía delante.

El secretario Li se apresuró a llevar a todos hacia delante y explicó de forma casual: "No se lo tomen como algo personal, conozco a este chico, este chico no está bien de la cabeza, mucha gente del barco ha sido golpeada por él, estamos acostumbrados."

Obviamente, esto fue para apaciguar las tonterías del hombre alto y delgado.

Xing Quan intervino: "Si no está bien de la cabeza, deberían encerrarle y no ponerle a causar problemas".

El secretario Li respondió con una sonrisa: "Sí, es cierto, hay que encerrarlo".

A Xing Quan le siguió un joven robusto y delgado que también dijo: "El hermano Xing tiene razón, ¿qué sentido tiene mantener a un psicópata así? Es un desperdicio de comida cuando crecen".

Bei Nuan sabía quién era ese hombre.

En el libro se menciona que esta persona se llama Wu Yi, que acaba de salir de la cárcel poco antes de subir al barco. Es un buen luchador y despiadado, y cuando estaba en el barco Xing Quan pretendía arrastrarlo, y los dos tenían una relación notable.

Los dos hombres tenían una relación inusual.

Este hombre es el buen ayudante de Xing Quan. En el libro, Wu Yi juega un papel importante en todos los secuestros y asesinatos de barcos.

Cada uno de los ocho era buena gente, pero Bei Nuan se dio cuenta de que los miembros de la tripulación que Sheng Yi había enviado a seguir no eran muchos y ninguno de ellos traía armas.

Cuando lo pensó, lo entendió.

Sheng Yi estaba seguro de que Xing Quan y los demás acababan de subir a la nave y aún no estaban seguros de la situación, por lo que no iban a crear problemas fácilmente.

Si hubiera más gente siguiéndolos, lo alertaría.

El que parecía más inofensivo era el secretario Li.

Como un anciano amable, charló con Xing Quan durante todo el trayecto, preguntándoles detenidamente por sus experiencias después de tantos días en el barco pesquero, con un tono lleno de simpatía por sus vivencias.