A.F.H.M.i.t.Z.A.

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Cuando todos terminaron de comer el pescado hervido, se fueron a la cama y en cuanto amaneció, Lu Xingchi se levantó y llamó a Bei Nuan, queriendo que le acompañara a buscar a Shao Bai y a Yan Teng.

Sin embargo, Bei Nuan sabía que era imposible no decir las tres palabras prohibidas en una ocasión como ésta, en la que era necesario mantener una larga conversación.

Se cubrió la cabeza con el saco de dormir, su voz era arrastrada, pero su tono era firme: "Anoche dormí demasiado tarde, no he dormido lo suficiente, tengo sueño".

Lu Xingchi sacó la cabeza del saco de dormir para dejarla respirar y le alisó el pelo. "Vuelve a dormir si quieres, te llamaré cuando sea la hora de irnos".

Se fue con Du Ruo.

Estuvieron mucho tiempo, no sabe de qué hablaron, Lu Xingchi volvió y dijo que Shao Bai y los demás habían prometido no informar del hecho de que algunas personas tenían habilidades psíquicas por el momento.

Ahora están dejando la ciudad de Faman, y Du Ruo tiene otros planes.

Planean visitar una vez la ciudad de Salun, que ahora estaba siendo atacada por un gran número de zombis en el sur.

Yan Teng dijo que la situación en Ciudad Salun era aún peor que la de Ciudad Faman, con un gran número de zombis reunidos cerca de la alta muralla a pocos kilómetros de Ciudad Salun y que la estaban atacando.

Sabía que Du Ruo quería ir a ayudar con los zombis mutantes.

"Yan Teng ya ha hablado con el comandante de la ciudad de Salun", dijo Lu Xingchi, "entonces ayudará a Du Ruo a salir de la ciudad".

Antes de irse, Bei Nuan sacó de mala gana su rifle y se lo devolvió a Shao Bai, pronunciando cautelosamente sólo dos palabras: "Gracias".

Eran soldados, y las armas no se podían regalar casualmente, pero Shao Bai le dijo sinceramente a Bei Nuan: "Si estás dispuesta a venir al Equipo Especial de Combate, definitivamente te ayudaré a solicitar una de las mejores armas".

Bei Nuan asintió.

Insistir en no hablar era lo más seguro.

Despidiéndose de ellos, el escuadrón abandonó la fortaleza de la ciudad de Faman.

Detrás de la fortaleza prismática se encontraban los confines de la zona segura; las montañas seguían siendo montañas, el agua seguía siendo agua, pero una cosa era muy diferente: por fin no se veían más zombis.

El grupo volvió a subir al todoterreno, esta vez en dirección al sur, hacia la ciudad de Salun.

Du Ruo se sentó en el asiento trasero y alargó la mano para pinchar a Bei Nuan: "Bei Nuan, ¿por qué no hablas hoy?".

Bei Nuan escupió tres preciosas palabras: "Me duele la garganta".

¿"Dolor de garganta"? Tal vez sea porque el pescado hervido fue demasiado picante anoche y está ardiendo", dijo Jiang Fei. "Bei Nuan, ¿puedo prepararte un té de crisantemo para beber?".

Cuando Bei Nuan estaba a punto de decir "no", de repente se dio cuenta de que había un "no", así que pisó el freno y se detuvo a toda prisa.

Se volvió hacia Jiang Fei y sacudió la cabeza, justo cuando estaba a punto de elegir sus palabras, vio que las cuatro horas que había pasado en la búsqueda "Haz lo que quieras" habían saltado a una hora negativa.

No hay que mover la cabeza.

Sacudir la cabeza es un sustituto del "no" en el lenguaje corporal.

Las cerca de cuatro horas que había conseguido pasar durmiendo se pusieron a cero de golpe, y encima me penalizaron con una hora más.