𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 22

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𝐌𝐚́𝐬 𝐀𝐥𝐥𝐚́ 𝐝𝐞 𝐄𝐥

Capitulo veintidós

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『✙ 𝙰𝚕𝚎𝚓𝚊𝚗𝚍𝚛𝚘  ✙』

Había sido un largo y agotador día de trabajo, y por fin había logrado salir para regresar a casa, aún no caían las 8 por lo que podía pasar un rato con Esthela hasta que sea hora de dormir.

Al llegar a casa me sorprendió el echo de haber sido recibido por dos de mis empleadas, justo las que había dejado a cargo del cuidado de Esthela.

Ambas parecían preocupadas por lo que acabo preocupándome yo también.


¿Y si le pasó algo a mi esposa? Oh Dios mío no.

— ¿Le pasó algo a esthela?

Ellas se miraron entre sí y luego regresaron la mirada a mi.

Esto no es bueno..

— No es nada grave señor, Pero la señora no quiso comer casi nada en todo él día. Solo se la paso sentada todo el día en la orilla de la piscina.

— Comió una manzana y eso fue después de desmayarse.

— ¿¡Desmayarse!? — Ellas asintieron y sentí mi corazón latir con fuerza. — ¿Algo más?

— Ahora se encuentra en su habitación descansado señor..

— Está bien, Gracias.

Me apresure a subir las escaleras e ir en dirección a nuestra habitación. No podía creer que se pusiera así.

Al abrir la puerta lo primero que vi fue a Esthela, acostada en la cama mirando en dirección a la ventana..

Parecía triste y eso no me gustaba para nada ...

— Esthela... — Le llamé y ella levantó su mirada casi de inmediato, Yo le sonrei y ella casi que cayéndose se levantó de aquella cama para correr a mi.

Al tenerla entre mis brazos la estreche con fuerza, a la vez que llevaba una de mis manos a su cabeza para acariciar su cabello.

— Alejandro — Baje la mirada para mirarla a los ojos y ella sonrió, su rostro desbordando felicidad.

¿Tanta falta le hice? Nadie se había sentido así por mi.

Ella siguió abrazada a mi con fuerza y yo solo pude sonreír teniéndola entre mis brazos.

— Te extrañe mucho...

— ¿Porque no has comido bien en todo el día? — Hizo una mueca antes de alejarse de el abrazo.

— Ya te fueron con el chisme... — Su tono era de fastidio. Yo suspiré y pase mi mano por su mejilla, acariciándola con suavidad.

Su piel siempre es tan suave..

— Sabes que odio el echo de que no te alimentes bien.

— Si comí — Alce una ceja y ella sonrió, pareciendo nerviosa.

— Una manzana no cuenta.

— no comí solo una manzana. — Jugo con sus manos y yo me crucé de brazos, juzgandola con la mirada.

— Entonces.

Su sonrisa se volvió inocente haciéndola ver muy tierna — También comí el trozo de pastel que me dejaste.

— ¿Lo único? — Asintio y yo Suspire.

Dios mío con esta niña.

— pero no te enojes... Es que no se me antojaba nada — Di una palmadita en su cabeza y ella hizo una mueca.

— Eres una tonta ... — Me incline para darle un suave beso sobre los labios.

Me había echo tanta falta besarla, Y sentirla así entre mis brazos... Oh mi Esthela.

— Vamos a comer algo y luego a dormir.

— No — La mire con el ceño fruncido, Sus manos empezaron a quitar el saco de mi traje lentamente y yo la mire algo sorprendido cuando empezó a quitar también los botones de mi camisa. — Mejor vamos a darnos un poco de amor .. 

— Eres una traviesa — Sonreí ayudándola a desprenderme de mi camisa, ella sonrió y tomándome por la ebilla de mi pantalón me hizo caminar con ella hasta la cama.

Acabo tendida en la cama y yo a horcajadas sobre ella. Se ve tan sexy desde aquí arriba ... 

— Te extrañe mucho.

— Y yo a ti esthela — Me incline hasta estar cercana a sus labios y ella sin pensarlo dos veces se apresuró a tomar los míos.

Mis manos viajaron por su espalda hasta sus caderas y tomando los bordes de sus bragas las rasgue dejándola libre de ellas.

La escuché gruñir contra mis labios y yo solo sonreí contra los suyos.

— Me vas a dejar sin bragas — Me reclamo mientras me paraba frente a la cama para empezar a quitar el resto de mi ropa.

— Querida... — Sonreí mirándola ahí.. tendida en mi cama libre de bragas y con solo un brasier cubriendo sus hermosos pechos —  Para eso te puedo comprar muchas....

Sus brazos se extendieron a mi dirección mientras me miraba con una gran sonrisa...

Oh dios ... Cómo la e extrañado..

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Y Pensar que me dijo que no tenía hambre, creo que el sexo le abrió el apetito.

Ella preparo una deliciosa sopa de pollo. Si de esas que son para enfermos, pero a ella le quedan muy deliciosas.

Estábamos sentados lado a lado en la mesa mientras comíamos, casi llegaba la media noche así que era acabar de comer y dormir.

Disfrute a mi amada esposa por 3 horas seguidas y estoy agotado...  Aunque como resistirme cuando me pedía más, envuelta en sudar y con su hermosa cara llena de lujuria mirándome atentamente.

— Alejandro ..

— ¿Eh? —  Levante la mirada para verla mejor.

Ella tenía una pequeña sonrisa apesar de notarse cansada.

— Te noté muy pensativo.

— solo pensaba en lo delicioso que te quedó la sopa. — alague colocando el plato a un lado. Ella comía con lentitud, apenas y llevaba la mitad de la sopa.

— Creo que ya no quiero más... — movió el plato a un lado y yo la mire con una sonrisa. 

— Vamos a dormir linda... — Me levante de mi asiento y caminé hasta ella. Al levantarse la cargué en mis brazos.

Ella me miró con una sonrisa y empecé a subir las escaleras.. sus ojos se fueron cerrando lentamente.

Su hora de sueño ya había pasado así que era entendible.

Oh pequeña dormilona.

La acosté en la cama y tape con las sábanas. Ya se había quedado dormida y se ve tan hermosa así.

Creo que esthela me está empezando a gustar, Y eso es bueno... No pensé que me volvería a gustar alguien y aquí llego ella.

Me acosté a su lado y no dude en abrazarme a ella, Su cabeza quedó acostada en mi pecho y ella se acurrucó entre mis brazos. Siempre lo hace

Me gusta tanto estar así con ella, Tenerla tan cerca... Me encanta.




















Mas Allá De Él   [Eternos#0] ✓ •Completa•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora