2: El orígen de un villano.

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Voten y comenten xfa, díganme qué opinan de la historia hasta ahora C:

Tengo una obsesión extraña con la canción del multimedia, solo por eso la puse















Después de mi milésima humillación pública, creo que el destino decidió ser buen samaritano conmigo ya que el grupito de idiotas no se dignaron a siquiera darme una mirada de reojo. Supuse que la inspectora Im había hecho su trabajo porque ni el mismísimo Jungkook me dirigía la palabra, ni para entoxicarme en la dosis de veneno diaria que recibía de su parte. Lo diré otra vez: que llore lo que quiera.

Para mí era mucho mejor así, y es que quién no preferiría la indiferencia de su verdugo a tenerlo haciéndote la vida imposible. Ni que fuera masoquista.

De todas maneras, él había arruinado todo, iniciando por nuestra tregua. Nos prometimos mutuamente no meternos en los asuntos del otro, hacer el intento de soportarnos y obviamente, su parte del trato era que yo no debía decir nada de lo que me había hecho a nadie. Todo iba de maravilla, mi vida era un veinte por ciento menos miserable, pero para ser honesto esperé mucho de él.

Masajeaba los hombros de Yoorim en el jardín de la escuela cuando Hoseok se acercó, tapando del lindo sol de otoño que nos pegaba. Mi amiga, sin poder evitarlo, le miró de arriba hacia abajo con desprecio, yo sinceramente no sabía cómo sentirme al respecto después de los eventos del día anterior.

Me sonrojé de vergüenza y enojo al recordarlo.

—Uh, yo...—empezó a decir, jugando con sus manos mientras yo alejaba las mías de los hombros contrarios, preparándome mentalmente para responderle de la manera más déspota que podía—quería disculparme contigo, por bueno...ya sabes...

Vaya, miren quién viene con el rabo entre las patas, pensé; apostaba mis bolas a que sus padres no les gustó para nada tener que ser llamados por la inspectora debido al comportamiento inadecuado de su hijo. Poco a poco el karma cobraba la cuenta.

—Oh, claro que lo sabe—espetó ella, cruzándose de brazos.—¿Necesito hacer una lista o tu cerebro si da para recordarte todo lo que has hecho?

—Lo siento, de verdad—me odié mucho porque para mí, el sonaba verdaderamente arrepentido. Así como me encantaba ver al destino jugar sus cartas, también me sentía culpable al respecto por disfrutarlo.—Traté de avisarte ayer, quería llevarte a un lugar seguro pero me ignoraste.

—Hoseok,—le llamé por su nombre, logrando sorprenderlo en el proceso, sus ojos avellanas mirándome con ilusión hicieron que mi frío y duro corazón se ablandara; Dios, ¿Quién era ese nuevo chico? El Hoseok que yo conocía no me miraba con nada más que altanería y superioridad—dame una razon por la cual no debería haberte ignorando, visto tu antecedente conmigo, era lo más inteligente que puede hacer.

—N-no hay ninguna—respondió casi de inmediato.—Pero de todas maneras quise intentarlo, sé que era tu cumpleaños.

—Lamentablemente lo era—Yoorim estaba por explotar de la ira. No la culpaba.

—Lo siento—volvió a repetir como disco rayado.—Hare lo que tú quieras, sin excepciones, lo juro.

Él miró sus pies como si fuera la cosa más interesante del mundo, parecía un niño pequeño que acababa de ser regañado, con el semblante de un perro arrepentido que acababa de morder a su amo. Podía usar la situación a mí favor, pero no tenía ni ganas para eso, no después de que mi cumpleaños número dieciocho alcanzó el primer lugar en el top 10 de los peores que había tenido. El segundo era el número 10, Jungkook me había pasado viruela y me la pasé tres semanas en mi cama.

Cómplices [KookGi] ꪜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora