—¡Oh, Dominic! —exclamó Brenda Franco llena de alegría, atrayendo aún más la atención de los universitarios en el área verde central.
El chico Alemán compañero de Derecho estaba postrado ante ella con una rodilla enterrada en el césped mostrándole entre sus manos un fino y costoso anillo de oro blanco junto una piedrecita del caribe, llevaban saliendo casi 3 años, y se canso de esperar por un momento adecuado para pedírselo, ya que entendió que el mejor momento es el ahora. A unos cuantos metros de ambos, Luisa Banner y Lucero Benavides secaban sus lágrimas de emoción, les encantaba la pareja que los dos hacían.
Simón Miller, el chico despistado que llegó de Saturoni el semestre pasado observaba cada detalle de la castaña a lo lejos mientras hablanda con su compañero de finanzas Bratt Lewis.
Al griego Lou le había atraído desde el primer instante en que la miró y que eso empeoró cuando se vio deslumbrado por su arrolladora personalizada,《Debo impresinarla en la cita del sábado》.
La morena de curvas pronunciadas cabeceó una afirmación antes de lanzarse a los brazos de Parker y besarlo con detenimiento, volteo a ver a sus amigas diciéndoles con la mirada que las miraba después, no fue difícil para ambas captar el mensaje implícito de ello,《Iban a follar》.
—Me da envidia de la buena, ya quisiera poder cogerme a un sexy alemán —solto, Lulú, sacándole una carcajada escandalosa a Lou. —Mientras otras van de arriba abajo en disfrute con pollas grandes y reales, yo tengo que conformarme con el vibrador de 25.1 cm —se dejo caer con decepción en el suelo, tirando sus libros.
—Ya, tal vez aun no te allegado el dichoso momento —dijo la otra, posando disimuladamente sus ojos en el griego, con el que saldrá este fin de semana. Preguntándose interiormente: ¿Cuánto le medirá a él? ¿19? 《Sí es más de eso, ni loca lo dejo ir》.
—¡Chicas! —el grito femenino las hizo girar, topandose con su amiga Laila Linpcor, venía con el paso y la respiración acelerada, su cara tenía un color rosa intenso, los ojos parecían traer llamas, y Lulú se imagino humo saliendo de sus orejas, avento a unos metros de ellas sus cosas de medicina y bolso, empuño sus manos y dejo salir un grito al cielo, que volvió a poner toda la atención de los presentes sobre ellas.
—¡¡Hijo de puta!! ¡Ojalá y te mueras maldito Ali Mahala!
—Pero, ¿qué diablos te pasa? —preguntaron al unísono.
—¿Qué me pasa? —el sarcasmo no paso por alto. —Al puto desgraciado no le basto con robarme un jodido beso el viernes, sino que llego a ayer a mi casa presentándose con mis padres como mi novio... ¡Ash, lo odio! ¡Te juro que si lo veo lo mato!
Como cosa rara de la vida, los ojos de las tres vijaron al pasillo más cercano del área, justamente doblando sobre la esquina de éste iba el susodicho, aun lado de él, iba su amigo Antoni Mascherano, quien hace poco llego de Italia. Laila no penso demasiado en lo que iba hacer, simplemente se sacó un bisturí de su bata y corrió hacia el Iraní, Lulú la siguió y Luisa intentó llamar a Alexandra, pero recordó que estaba ocupada con un trabajo para el periódico, su mente se nego a molestar a Brenda, así que le marco a Ángela y Rachel para informales las situación, pero con la última no obtuvo ninguna respuesta, 《¿Dónde demonios se metió su mejor amiga?》.
[...]
Un gemido broto de los delicados y carnosos labios femeninos, al tiempo que su cuerpo se arqueo presa del deseo que la tiene al borde con cada enérgica estocada. Se supone que debería estar al lado de sus amigas en el área verde central de la prestigiosa universidad y no bajo el atractivo hijo de puta que se adentraba con salvajismo en su interior, aferrándose a sus amplias caderas sin darle ningún tipo de tregua para recuperar el aliento, estaba acostumbrada al gran apetito que esté poseía, pero el recuerdo del por qué los llevo a esto, le nublaba la razón y le dolía como nunca nada le había dolido antes. Observo con molestia la oficina del vice-rector, sitio que desde hace un tiempo se convirtió en el lugar ideal para mermar o empeorar sus delirios carnales, sus ropas estaban esparcidas por el piso y entre esto sus bragas hechas trizas.
