Capitan

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Central de Londres.
Bar de sadomasoquismo.

¿Qué pasaría si Harry nunca hubiera oficializado su relación con Brenda y esta se acuesta con Parker desde mucho antes?

Parker.

La música a todo volumen me aturde, las sumisas vestidas de cuero que se pasean por nuestro alrededor queriendo complacernos no causan nada en mi, ni siquiera la que se encuentra sobre mis piernas, frotándose contra mi miembro de forma descarada.

—Más. —pido y ella vierte el licor dentro de mi boca.

La noche continúa y mientras el coronel se pierde con varias sumisas yo permanezco sentado con dos sumisas que son las encargadas de mantener mi copa llena.

—¿Por qué tan amargado, mi capitán? —una voz suave y melodiosa me llega desde atrás y no tengo que voltear para saber quién es.

Brenda, la morena que me tiene con dolor de polla desde hace varios días,  su vestido negro de lentejuelas resalta su figura y no puedo evitar imaginarme apretando sus carnes mientras la embisto con…. Para ya Parker, no va a pasar.

—¿Qué quieres? —pregunto con voz rasposa.

—Es hora de ir a casa, mi capitán.

«Mi capitán» volteo los ojos y con una seña le indico a las sumisas que ya pueden irse.

—Soy tu capitán, yo doy las órdenes teniente —intento beber un trago pero ella me lo arrebata—. Hey, ¿Qué te pasa?

—Parker, estás muy borracho. Dejalo ya. —intenta ponerme de pie pero no se lo permito.

—¿Por qué no vas a disfrutar con tu noviecito perfecto? —escupo con veneno—. Ve con él y déjame en paz a mi.

Recuerdos de la única vez que estuvimos juntos vienen a mi, el como disfruté tenerla entre mis brazos, en mi cama siendo mía. Los gemidos que le arranqué y el sabor de sus besos. Joder, como lo disfruté. ¡Maldita sea!

—Él está ocupado, y me pidieron que me encargara de ti —intenta parecer calmada tomandome del brazo para ponerme de pie, está vez si se lo permito—. Escúchame Parker, lo que pasó entre nosotros no tiene porqué afectar nuestra relación laboral. Tampoco quiero que tengas problemas con Harry. Solo fue algo que pasó en una noche de borrachera.

—¿Ah sí? Porque aún recuerdo cómo gemias mi nombre y como meneabas tu culo contra mi polla —sonrio con cinismo— ¿Así lo haces con él también? Debería preguntarle, quizá podríamos pasarnos uno tips de cómo complacer a la perfecta Brenda Fran… ¡Auch!

El puño que se estrella contra mi nariz no me deja terminar y antes de reaccionar ya estoy en el suelo con ella sobre mi, el bar es lo suficiente oscuro y está demasiado lleno como para que alguien nos note.

—No te permito que me faltes al respeto solo porque me acosté contigo, Parker —habla con firmeza—. Si me acosté contigo fue porque quise y ya, no le debo explicaciones a nadie, ni a ti ni a Harry porque aunque los dos quieren conmigo ninguno tiene las bolas que se necesitan para pedirme una relación formal y mientras no lo hagan yo soy del pueblo y para el pueblo. ¿Me escuchaste?

—Si. —respondo sin pensar, el vestido que antes le llegaba a la mitad de los muslos ahora me muestra más de lo que puedo soportar al estar sobre mi con las piernas abiertas, su entrepierna queda contra la mía y siento que en cualquier momento voy a romper la tela del pantalón con tanta presión.

—¿Si qué, Parker? —sus labios pintados con un labial rojo pasion parecen hacerme una invitación y el escote de su vestido, joder como quisiera tener esos dos trozos de carne dentro de mi boca y succionarlos hasta…—. ¿En que tanto piensas?

🔥FEMF🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora