Rachel
-CHRISTOPHER!-grité por enécima vez, hecha una furia. Tenía casi diez minutos dentro de un probador mientras le gritaba a mi mejor amigo, se suponía
que estaba en el sillón frente a mi puerta
pero como el imbéil no puede aguantarse
cuando una mujer le pasa por delante,
seguramente ya estaba follándose a
alguien.Refunfuñé una vez más, mi vestido
seguía con toda la parte trasera abierta y
mi brazo no llegaba hasta el inicio de la
cremallera. Me crucé de brazos con el ceño fruncido dispuesta a salir a buscar ayuda.Cuando salí por la gran puerta me fue
obvio saber con quien estaba, rodé los ojos molesta, nunca volvería a pedirle un favor.No podía creer que este idiota no pudiese pensar con algo que no fuera la polla si se trataba de una mujer.
Ya fuera de los vestidores caminé
alrededor de unos tres metros y medio
hasta la caja, no me sorprendió mucho
puesto a que era una tienda de lujo, de
esas donde el pitudo venía siempre, ahí,
el dependiente me miró sorprendido, era
guapo y no debia ser mucho mayor que yo, tal vez dos años o tres cuando mucho.Sonreí, ya tenía con quien jugar.
Tragó saliva apenas me acerqué y eso solo hizo que mi sonrisa creciera- le puedo ayudar en algo señorita?- casi murmuró, su voz era un toque ronca pero madura a su vez, cosa que me puso la piel de gallina.
Aparte estaba bueno y eso solo aumentó
mi interés en él.«En las cochinadas que podrías tener con él, mejor dicho»
- Gracias a Dios está alguien aquí, necesito ayuda, si, pero creo que más tú
amiga, no creo que vaya a poder caminar bien en dias- Sonreí tras mi sarcasmo, ignorando olímpicamente las palabras de mi conciencia, al parecer el chico había entendido mis palabras, bufó hastiado mirando los vestidores y segundos después me miró una vez más.«Lograste tu cometido, felicidades» Ignoré la ironía de mi conciencia y me mordí el labio inferior.
-Pero no importa, no te preocupes..
-Hice una pequeña pausa para leer el
nombre que sobresalía de una placa en
su pecho para mirarlo a los ojos después
formando una pequeña sonrisa en mis
labios-Joshua, no es tú culpa, de hecho ya
estoy acostumbrada de que sea como un
prostituto.Rodé los ojos nuevamente pero al ver
la pequeña sonrisa del supuesto Joshua
sonrei. Me parecía muy tierno, aunque
tenía ese aura ardiente y sexy alrededor.Me ponía y mucho.
-Me dijo que necesitaba ayuda en algo,
qué es?-Preguntó después de darme una
mirada de arriba a abajo.- Casi lo olvido. Ah, mi vestido, no alcanzo la cremallera, pero también quiero probarme ese de ahí - señalé uno que estaba a su alcance, definitivamente me encantaba, era negro, bastante escotado en el pecho y en la espalda y no parecía llegar a mis rodillas.
Parecido en cierta parte al que llevaba puesto, un vestido color crema, casi beige, que se pegaba a mi cuerpo como si se tratase de una segunda piel, me llegaba unos centímetros abajo de las rodillas, no quería algo muy vulgar ya que lo llevaría a una cena de la FEMF, por el tema de que por fin entraríamos en combate, no era escotado para nada, su cuello era uno de tortuga muy lindo y era de manga larga, justo para la ocasión.
Me lo pasó sin titubear y caminé de vuelta a los probadores moviendo mis caderas seductoramente, tratando de llamar su atención, así al menos iba a pasar del coraje que el idiota de Christopher me había hecho pasar.
Y así fue, apenas llegué a entrar a donde estaba antes porque ya me tenían
acorralada entre la puerta y las paredes
del cuarto. Sonrei.No era para nada pequeño, contaba con
un sillón bastante espacioso, dos paredes
forradas con espejos y una pared blanca
con una que otra fotografía de modelos
de la marca, la puerta era muy grande y
negra.